Un error le costó la vida a 11 militares, admite el presidente de Colombia
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, reconoció el domingo que un error le costó la vida a 11 militares en una emboscada de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el departamento de Arauca.
"La falta de rigor, la falta de seguir con los procedimientos al pie de la letra le dio una oportunidad al enemigo y esa oportunidad fue lo que desencadenó este triste resultado", dijo Santos a periodistas al referirse a la muerte de un suboficial y 10 soldados en Arauca, en la frontera con Venezuela, a donde el mandatario viajó junto a la cúpula militar para analizar la situación.
El sábado, según el Ejército colombiano, la compañía Drigelio Almarales, del décimo frente de las FARC, mató a los 11 militares, pertenecientes al Batallón Energético Vial No. 16, que realizaba tareas de registro y control en Tres Cruces, municipalidad de Arauquita.
Santos, que viajó a la zona y encabezó un consejo de seguridad, dijo que entre los errores que hubo está el hecho de que el pelotón durmió "cerca de cinco noches" en el mismo sitio, cuando los protocolos de seguridad no lo recomiendan.
Pese al "revés", dijo el mandatario, la situación "deja unas lecciones de las cuales vamos a aprender para no cometer errores hacia el futuro".
El gobernante reiteró que "con reveses como éste" no van a “bajar un minuto la guardia", y anunció que la fuerza pública contará, a partir de la próxima semana, con nuevos equipos de tecnología.
"El nuevo plan de guerra, que se está poniendo en marcha, está comenzando a dar resultados en muchos frentes. Aquí en Arauca no ha comenzado a dar los resultados totales porque falta personal que debe llegar en las próximas semanas", indicó.
Antes, el comandante de las Fuerzas Militares, general Alejandro Navas, también reconoció que hubo "un error táctico; un mal empleo del terreno".
Además de condenar el ataque, el presidente Santos ofreció recompensas hasta de 1.9 millones dólares por cuatro jefes de las FARC, señalados de ser los presuntos responsables de la emboscada.
