Soldados rebeldes dicen que tomaron el gobierno en Mali
Soldados desertores de Mali declararon este jueves que tomaron el gobierno y disolvieron las instituciones públicas, ante la incapacidad de las autoridades para manejar una insurgencia en el norte del país.
En un comunicado publicado en medios de comunicación estatales, soldados uniformados —liderados por un vocero— dijeron que suspendieron la Constitución.
Las fuerzas de seguridad formaron el Comité Nacional para la Restauración del Estado y la Democracia y para trabajar como un gobierno de transición, de acuerdo con Amadou Konare, portavoz de los militares.
Konare acusó al gobierno de no proporcionar a los soldados los medios para luchar contra los insurgentes nómadas tuaregs, cuyo levantamiento creció durante el retorno de rebeldes que derrocaron al gobernante libio Moammar Gadhafi.
La afluencia de combatientes que regresan de Libia ha revitalizado la insurgencia tuareg, que trata de arrebatar el control de algunas regiones del norte.
El combate entre las fuerzas de seguridad y los rebeldes en la región ha desplazado a miles de malíes a países vecinos.
"Teniendo en cuenta la incapacidad del régimen para luchar eficazmente contra el terrorismo y restaurar la dignidad a la gente de Mali a través del uso de sus derechos constitucionales, las fuerzas armadas de Mali, junto con otras fuerzas de seguridad, han decidido asumir sus responsabilidades para poner fin a este régimen incompetente del presidente Amadou Toumani Toure", dijo Konare.
El líder del grupo hizo un llamadoa la calma y declaró un toque de queda inmediato entre la medianoche y las 06:00 horas, hasta nuevo aviso.
"Estamos pidiendo a todos que respeten las instituciones de la república. Estamos tomando todas las acciones y medidas necesarias para garantizar la seguridad de las personas y sus propiedades", dijo el capitán Amadou Sanogo, supuesto líder del nuevo gobierno de transición.
Las declaraciones no hicieron referencia al paradero del presidente, cuyo palacio se encuentra en la capital, Bamako.
Toure ha gobernado la nación durante 10 años y está previsto que renuncie el mes próximo tras cumplir dos mandatos presidenciales.
En su cuenta oficial de Twitter, el gobierno negó los informes de un intento de golpe de Estado y dijo que estaba escribiendo desde el palacio para demostrar que estaba a cargo.
"Los desertores y otros efectivos militares que no quieren luchar en el frente se amotinaron", dijo este miércoles, antes de que los soldados hicieran su anuncio.
La creciente insurgencia tuareg ha generado preocupación en Washington, que ve a la pequeña nación como un aliado importante en contra del grupo AQIM, la facción subsahariana de Al Qaeda.
Francia, el antiguo poder colonial en Mali, lamentó la violencia en el país africano a través de un comunicado de su primer ministro, Alain Juppe.
Francia “condena en los términos más fuertes la violenta perturbación del orden constitucional (…) llamamos a la restauración de la constitución y las instituciones, respecto por los derechos humanos y libertades fundamentales, especialmente de la persona del presidente Amadou Toumani Toure”.
Gran Bretaña, por su parte, aseguró que la situación en Bamako es poco clara y que hay reportes de fuego constante. Además, recomendó a sus ciudadanos en Mali permanecer en su hogar o en un lugar seguro.
El conflicto en la región ha obligado a Naciones Unidas a pedir 35.6 millones de dólares para hacer frente a la crisis humanitaria.
Una delegación de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, que estaba en una misión para evaluar los hechos en el levantamiento tuareg, quedó atrapada en el caos en la capital. Su director dijo que sus intentos de hablar con ambas partes no han tenido éxito.
Se desconoce el paradero de Toure y se han dado disparos esporádicos este jueves, dijo Abdel-Fatau Musah, director del bloque de África Occidental.
El ministro de Exteriores de Kenya, Moses Wetangula, aseguró en un mensaje en Facebook que ha permanecido dentro de un hotel en la capital de Mali, donde había atendido una reunión sobre seguridad y paz regional.
“Una situación empeorando. Toque de queda impuesto. Aeropuerto cerrado. Disparos de artillería pueden ser escuchados repetidamente”, escribió.