Los golpistas de Mali prometen elecciones y un nuevo gobierno
Tiendas y oficinas permanecieron cerradas este viernes en Bamako, la capital de Mali, después de que los líderes del golpe militar comenzaran a preparar los planes de gobierno.
El arrebato del poder causó al menos tres muertes, cometidas por soldados renegados y descubiertas en el hospital Gabriel Tourey; además dejó 28 heridos, reportó el director de Aministía Internacional, Saloum Traore.
No se permitió el acceso a miembros de Amnistía a otro de los hospitales principales de Bamako.
Los líderes militares anunciaron el jueves la suspensión de la Constitución y cerraron las fronteras de Mali. Hasta ahora, se desconoce el paradero del presidente Amadou Toumani Toure. Los militares sólo han dicho que “está a salvo”.
La noticia del golpe provocó la condena inmediata en todo el mundo. La nación del occidente de África era considerada una de las democracias más fuertes del continente.
Amadou Konare, el vocero de los militares, acusó al gobierno de un mal manejo de la insurgencia de los rebeldes nómadas tuaregs, quienes piden la creación de un estado independiente y se han alzado contra el gobierno del país en numerosas ocasiones desde los años 60.
Los tuaregs están distribuidos a lo largo de Mali, Libia, Algeria, Niger y Burkina Faso. El último levantamiento tuvo lugar a finales del año pasado pero tomó fuerza en enero, cuando comenzaron a atacar las ciudades al norte de Mali. Además, el grupo se ha activado por la afluencia de combatientes que lucharon en nombre del exlíder libio, Moammar Gadhafi.
Los tuaregs tomaron ventaja del caos que vive la capital y se movieron al sur para ocupar la ciudad de Anefis, que se encontraba en manos de los soldados malíes, informó en un comunicado el Movimiento Azawad de Liberación Nacional. Agregó que el golpe no afectará la solicitud separatista de los tuaregs.
Los líderes malíes han declarado un toque de queda a lo largo del país pero pidieron a la gente regresar a sus trabajos el martes. Afirman que Mali celebrará elecciones presidenciales, pero no especificaron fecha.
Konare informó que las fuerzas de seguridad formaron el Comité Nacional de Restauración de la Democracia y el Estado para trabajar en un gobierno de transición.
Estados Unidos llamó a la “inmediata restauración de la constitución en Mali, incluyendo la autoridad civil sobre las fuerzas armadas y el respeto a las tradiciones e instituciones democráticas”, dijo la vocera del Departamento de Estado, Victoria Nuland, sin informar si la ayuda de 140 millones de dólares sería suspendida.
En 1991, un golpe de Estado liderado por Toure terminó con una dictadura en la nación. Toure se convirtió en presidente en 2002, fue reelegido en 2007, y se esperaba que renunciara en abril, cuando se había fechado la elección presidencial.
El golpe de estado podría significar un importante retroceso en el desarrollo político nacional de Mali, dijo la directora para África del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, Jennifer G. Cooke.
La creciente insurgencia tuareg ha generado preocupación en Washington, que ve a la pequeña nación como un aliado importante en contra del grupo AQIM, la facción subsahariana de Al-Qaeda.
El aumento de la violencia entre los rebeldes y las fuerzas de seguridad ha provocado el desplazamiento de decenas de miles de malíes a países vecinos.