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Hugo Chávez enfrenta a la oposición más desafiante de su trayectoria

El gobernante venezolano, que busca su cuarto mandato consecutivo, enfrentará este domingo las elecciones más cerradas de su gobierno
mié 03 octubre 2012 02:06 PM

Al cantar canciones folclóricas y tocar la guitarra en sus mítines de campaña, Hugo Chávez no muestra indicios de que enfrenta el desafío más fuerte en sus 13 años como gobernante de Venezuela.

Se ha referido a su mucho más joven oponente, Henrique Capriles Radonski, como una “mosca” que no vale la pena perseguir, cuando le retó a un debate a principios de este año.

Los opositores de Chávez están seguros de que este domingo Capriles desbancará al desde hace mucho tiempo líder de la izquierda, un estribillo que ya se ha escuchado antes de lo que fueron finalmente derrotas.

El mandatario es un sobreviviente político y sigue siendo popular en el país. Sin embargo, hay indicios, dicen los observadores, de que esta vez Chávez está realmente contra las cuerdas.

La influencia de Chávez sobre los gobiernos de izquierda en América Latina con frecuencia ha irritado a Estados Unidos, el principal socio comercial de este país sudamericano. Venezuela es el cuarto mayor exportador de petróleo a Estados Unidos. A pesar de la estrecha relación económica, ambos países no son precisamente aliados cercanos: Chávez a menudo define como “imperialistas” a EU y sus aliados.

Para complicar todavía más la relación entre Estados Unidos y Venezuela, Chávez es aliado del iraní Mahmoud Ahmadinejad, defendió el exlíder libio Moammar Gadhafi e incluso ha ofrecido su apoyo al líder sirio Bachar al Asad.

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Para los venezolanos está en juego la trayectoria ideológica de su país. Chávez, de 58 años, ha tenido más de una década para implementar su visión del socialismo del siglo XXI, una visión que enfatiza el uso de las inesperadas ganancias derivadas del petróleo estatal para financiar programas sociales.

Los observadores dicen que Capriles, de 40 años, representa una alternativa moderada. Se ha comprometido a no poner un fin a los programas sociales que Chávez ha puesto en marcha, y promete combatir la corrupción que ha crecido en el sector público.

Los candidatos ofrecen dos caminos distintos para resolver los problemas que están en la mente de los venezolanos: la infraestructura decadente, los altos índices de delincuencia y la polarización política.

¿Una contienda cerrada?

Como se esperaba, ambas partes afirman que saldrán victoriosos, y ambas partes cuentan con encuestas que respaldan esas afirmaciones.

Varias encuestas le dan a Chávez una ventaja de dos dígitos, mientras que por lo menos una le da a Capriles una estrecha ventaja. Los simpatizantes de Chávez dicen que la mayoría de las encuestas fueron transparentes. Los que simpatizan con Capriles dicen que la gente tenía miedo de expresar sus verdaderas opiniones.

“La información que obtenemos de las encuestas es, en el mejor de los casos, confusa”, dijo Federico Welsch, analista político y profesor jubilado de la Universidad Simón Bolívar.

Parte del problema es “un connatural sesgo en las empresas encuestadoras”, según Iñaki Sagarzazu, profesor venezolano de política en la Universidad de Glasgow, en Escocia, quien ha seguido de cerca a los encuestadores.

Capriles, señaló, también debe pensar que es una contienda cerrada, lo cual quedó en evidencia tras un discurso este verano en el cual le habló directamente a las fuerzas armadas, asegurándoles a ellos y a otras instituciones que las cosas estarán bien si él gana.

Ese discurso fue importante debido a que existen dudas sobre si las fuerzas armadas, cuya cúpula está repleta de leales a Chávez, aceptarán una derrota. A partir de los sesgos, hay dos conclusiones que Sagarzazu ha extraído de las encuestas: Que Chávez está “varado” con un apoyo cercano, aunque no del todo, al 50%, y que Capriles está cerrando la brecha.

“Pensamos que la noche del 7 de octubre será larga, dado que las cosas parecer estar más cerradas que lo que las encuestas o el gobierno hacen parecer”, dijo.

Chávez, ‘cool’ y a la moda

Los nuevos carteles de campaña de Chávez lo presentan montado en una motocicleta, jugando basquetbol e incluso actuando como artista de rap.

Es un fuerte contraste con la imagen de un hombre enfermo al que le fue diagnosticado cáncer el año pasado y sometido a dos cirugías, además de múltiples sesiones de tratamientos de quimio y radioterapia.

El cambio de imagen es parte de un esfuerzo para captar el apoyo a su favor entre los votantes indecisos de Venezuela, en su mayoría jóvenes, quienes constituyen el 23% del electorado y podrían desempeñar un papel fundamental en la elección del domingo.

Ni Chávez ni nadie de su gobierno ha hablado públicamente sobre qué clase de cáncer padece. Hace poco se opuso a la pregunta de un reportero acerca de su salud.

“Aquí estoy, y cada día me siento en mejor condición física”, dijo el presidente. “Y creo firmemente, que esa expresión que utilizaron sobre las limitaciones físicas no va a ser un factor en esta campaña”. Crear una imagen juvenil también es importante debido a que Chávez es 18 años mayor que su rival político, quien cumplió 40 este verano.

“Los venezolanos buscan un nuevo camino”, ha dicho Capriles a sus partidarios. “Han sido 14 años del mismo gobierno. Este gobierno ya completó su ciclo y no tiene nada más que ofrecer. Sólo reciclan promesas”.

Chávez, presumiblemente debido a su estado de salud, no ha estado en tantos mítines o viajado tantas veces como en campañas anteriores. Su esfuerzo por conseguir la reelección sobre todo ha sido a través de discursos presidenciales transmitidos por los canales estatales de televisión.

Chávez no habría podido competir para la reelección de este año debido a los límites constitucionales. Pero su Partido Socialista Unido de Venezuela buscó un referéndum en 2009, en el cual los votantes eliminaron los límites del mandato. Ganar un nuevo mandato permitiría a Chávez gobernar Venezuela hasta 2019, que marcaría el XX aniversario de su ascenso al poder.

Sea cual sea su estado de salud, Chávez sigue siendo una fuerza en la política venezolana. Su imagen está en todas partes, en la televisión, en pancartas enormes y en la radio.

Sigue teniendo gran popularidad entre los venezolanos, y sus partidarios siguen tan apasionados como siempre. Sin embargo, Capriles ha estado todo el tiempo ahí, y sus partidarios dicen que el sentido del impulso está cambiando.

“Lo vemos todos los días, la gente nos está abriendo sus puertas e invitándonos a entrar” dijo Tomás Guanipa, secretario general del partido de Capriles, Primero Justicia. La campaña se ha calentado en el tramo final mientras las acusaciones de irregularidades se dan por todos lados

El mes pasado, la campaña de Capriles acusó a Chávez de utilizar un discurso presidencial televisado para sacar del aire un acto de campaña de la oposición. Y el equipo de campaña de Chávez publicó imágenes tomadas con cámara escondida en las que supuestamente mostraba a uno de los líderes de la campaña de Capriles aceptando un soborno.

“Definitivamente, hay momentos de tensión”, dijo Welsch, el profesor jubilado de la Universidad Simón Bolívar. Esa tensión también ha derivado en violencia en varios actos de campaña. El sábado se informó que hombres armados mataron a tres activistas que apoyaban a Capriles en estado de Barinas, en el oeste de Venezuela. A principios de este mes, en la ciudad portuaria de Puerto Cabello, un grupo de personas identificadas como simpatizantes de Chávez, también conocidas como “chavistas”, lanzaron piedras mientras Capriles se dirigía a un mitin de campaña. Varias personas resultaron heridas en un subsiguiente enfrentamiento entre ambos bandos.

El partido Primero Justicia, de Capriles, ha acusado de acoso al partido gobernante a lo largo de la campaña, sobre todo cuando el equipo de campaña de Chávez sacó un video de cámara escondida en el cual se muestra a un legislador que trabaja en la campaña de Capriles aceptar dinero de parte de un empresario. El equipo de campaña de Chávez dijo que el dinero era supuestamente un soborno para la campaña de sus rivales, y acusó a la campaña de Capriles de financiarse de esta manera.

Capriles respondió al video despidiendo al legislador y uniéndose al llamado del gobierno para llevar a cabo la investigación. “Es muy difícil el entorno en el que hacemos campaña”, dijo Guanipa, del Partido Primero Justicia. Describió el acoso a la campaña de la oposición como actos de desesperación de parte del partido gobernante. “Es la agenda de alguien que está derrotado”, dijo.

Representantes de la campaña de Chávez se negaron hacer comentarios, sin embargo, Chávez habló la semana pasada con la prensa acerca de que una victoria Capriles era imposible, haciendo referencia a las encuestas.

“Estamos listos para que sea respetada la voluntad de la gente y para que nadie venga y no respete la voluntad de Venezuela”, dijo Chávez. Mientras tanto, un exministro y vicepresidente bajo el gobierno de Chávez, José Vicente Rangel, acusó a la oposición de ser capaz, en caso de que pierdan, de dar un golpe de Estado o un sabotaje económico.

La ida y vuelta de acusaciones sólo pueden significar una cosa, según el analista Sagarzazu: “Todos los chanchullos que han ocurrido apuntan en la dirección de que el gobierno sabe que las cosas están cerradas”.

La interrogante más grande para los observadores en el extranjero es si la elección traerá inestabilidad a Venezuela, sin importar quién gane.

El exembajador de EU en Venezuela, Patrick Duddy, dijo que la agitación es evitable, sin embargo, en un análisis para el Consejo de Relaciones Exteriores, expuso varios escenarios de preocupación, comenzando por el hecho de que “Chávez y varios de sus principales colaboradores han afirmado que habrá inestabilidad y violencia en caso de que no sea reelegido”.

Podría desatarse la violencia en caso de que parezca que Chávez va a perder, si muere inesperadamente o si gana con la presencia de trampas, escribió Duddy.

“Aunque Chávez ha declarado que respetará los resultados de la elección, los escenarios más plausibles de inestabilidad y conflicto en Venezuela provienen de la premisa de que los chavistas no estarán dispuestos a dejar el poder y que estarían dispuestos a provocar la violencia, orquestar los disturbios civiles o participar en diversas formas de resistencia armada para evitar dejar el poder”, dijo Duddy.

La periodista Osmary Hernández y Rafael Romo, de CNN, contribuyeron con este reporte.

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