La niña activista pakistaní atacada por el Talibán está en estado crítico
Las preocupaciones por la salud de la activista pakistaní adolescente que recibió disparos del Talibán aumentaron este jueves luego de que un doctor informó que se encontraba en estado crítico. Funcionarios planean trasladarla a otro hospital.
Las autoridades dijeron que llevarán a Malala Yousufzai, de 15 años, del hospital militar en Peshawar a uno en Rawalpindi.
Esta última ciudad es sede de la milicia pakistaní, dijeron tres funcionarios que pidieron el anonimato porque no están autorizados para hablar con los medios.
Malala está en condición "crítica", detalló el teniente coronel Junaid Khan, jefe de neurocirugía en el hospital militar de la ciudad de Peshawar. Este miércoles, los médicos le sacaron una bala del cuello y dijeron que su condición era "satisfactoria".
Pero ahora sufre también de un edema severo, dijo Khan.
Un edema es una acumulación anormal de líquido en una parte del cuerpo que ocasiona inflamación.
Y mientras ella lucha por recuperarse, Naciones Unidas celebra por primera vez el Día Internacional de la Niña , que tiene como objetivo "discutir y avanzar en la vida y las oportunidades de las niñas en todo el mundo".
Faiz Muhammad, tío de Malala, dijo que su sobrina no ha estado consciente desde hace más de 24 horas, cuando se le realizó la cirugía para extraer la bala.
"Los médicos dicen que necesita descanso de 48 horas", dijo.
Muhammad, que está en el hospital con Malala, dijo que la familia estaba "muy preocupada" por su condición.
"Contamos con todas las oraciones de la nación", dijo. "Las oraciones están con nosotros, así que, si Dios quiere, todo va a estar bien".
Varias personas enojadas en las redes sociales, en la calle y en los periódicos han condenado el ataque contra Malala, calificándolo de cobarde y parte de un gobierno incapaz de hacer frente a los militantes.
Este martes, los militantes talibanes detuvieron una camioneta que transportaba a tres niñas, incluida Malala, en su camino a casa desde la escuela en el Valle de Swat al noroeste de Pakistán.
Uno de los pistoleros preguntó quién era Malala Yousufzai. Cuando las chicas la señalaron, los hombres abrieron fuego. Las balas impactaron a las tres niñas.
Las lesiones producidas por los disparos no amenazaron la vida de las otras dos chicas, pero el ataque contra Malala la llevó a cuidados intensivos.
Este miércoles, la policía se llevó el conductor de la furgoneta y al guardia de la escuela para interrogarlos. También dijeron que habían identificado a los culpables.
En tanto, el Talibán se adjudicó la responsabilidad del ataque y prometió que la matará si sobrevive. El grupo defendió su atentado contra la niña por motivos religiosos.
Cualquiera que “haga campaña contra el islam y la sharia debe de morir por la sharia”, afirmó el grupo en un comunicado este jueves.
El talibán citó precedentes por tomar ese tipo de acciones contra niños y mujeres.
“Es una clara orden de la sharia que cualquier mujer que de cualquier forma juegue un rol en la guerra contra los muyahidin, debe morir”, indicó.
Malala "estaba jugando un papel vital en el apoyo" al gobierno paquistaní e “invitaba a los musulmanes a odiar a los muyahidines".
"Si alguien piensa que Malala fue atacada por la educación, eso es absolutamente falso, y propaganda de los medios de comunicación, Malala fue atacada por su papel pionero en la predicación de la laicidad y de la llamada moderación ilustrada", dijo el grupo.
Pakistán señala que el Valle de Swat, cercano a la frontera con Afganistán y a unos 300 kilómetros de la capital Islamabad, alguna vez fue uno de los destinos turísticos más importantes del país.
Pero eso cambió cuando los militantes, con la cara cubierta por turbantes oscuros, desataron una ola de violencia. Demandaron velos para las mujeres, barbas para los hombres y prohibieron la música y la televisión, además de que cerraron las escuelas para niñas.
En este clima, Malala habló con el mundo exterior a través de sus publicaciones en su blog.
Comenzó a escribir diariamente sobre su batalla contra los extremistas que usan el miedo y la intimidación para forzar a las niñas a permanecer en casa.
Por su trabajo, obtuvo el primer Premio Nacional de la Paz en Afganistán en noviembre.
El Talibán ha controlado el valle donde vive Malala desde 2009, cuando el ejército limpió la región en una operación en la cual también evacuaron miles de familias.
Pero algunos grupos permanecen y la violencia continúa.
"Tengo derecho a una educación", dijo Malala a CNN en una entrevista el año pasado. "Tengo derecho a jugar. Tengo derecho a cantar. Tengo derecho a hablar. Tengo derecho a ir al supermercado. Tengo derecho a hablar".
Malala también impulsa a otros jóvenes a actuar contra el Talibán y a no esconderse en sus habitaciones.
Mian Iftikhar Hussein, ministro de Información de Khyber-Pakhtunkhwa, ofreció una recompensa de 100,000 dólares por la captura de los culpables del atentado contra la activista.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, calificó el acto como "atroz y cobarde" y dijo que los atacantes deben ser llevados ante la justicia.
"El secretario general, al igual que muchas personas en todo el mundo, está profundamente conmovido por los esfuerzos valientes de Malala Yousufzai para promover el derecho fundamental a la educación, consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos", dijo un representante de Ban.
Shaan Khan contribuyó con este informe, al igual que los periodistas Aamir Iqbal y Shams Noreen