Morsi da por concluida la transición con la nueva Constitución
El presidente de Egipto, Mohamed Morsi, declaró este sábado una "nueva era" para el país, al decir que la nueva Constitución garantiza la igualdad ante la ley y pone el poder en manos de los legisladores, no en las del presidente.
Morsi habló tres días después de la firma de la polémica Constitución como ley. A pesar de las críticas al documento, más del 63 % de los votantes egipcios la aprobó después de dos rondas de votación.
"No hay más tiranía, discriminación o ausencia de justicia social", dijo Morsi en un discurso ante los miembros de la Cámara alta del parlamento, los jefes de los partidos políticos del país, dignatarios de la sociedad egipcia y diplomáticos.
"Todos los ciudadanos… no importa de qué clase provengan, o en lo que ellos crean, o cuál es la posición política que tengan… Todos son iguales ante la ley y bajo la virtud de esta Constitución. Egipto no puede ser construido por algunos de sus ciudadanos, mientras que otros se quedan atrás. Egipto es para todos los egipcios. La libertad es para todos los ciudadanos, sin excepción. Y la democracia es el resultado del esfuerzo de todo el mundo tras el éxito de la revolución del 25 de enero".
La adopción de la nueva Constitución pone fin a un periodo de transición que duró "mucho más de lo necesario", agregó el mandatario egipcio.
"Hago hincapié a todos los egipcios de que fortaleceré la autoridad del poder judicial y garantizaré su independencia", dijo. "El Estado moderno no puede funcionar bien sin medios de comunicación libres, lejos del dominio del poder ejecutivo y lejos de aquellos que sólo tienen intereses creados en sus propios asuntos, también lejos de las fuentes de corrupción de financiamiento".
La Constitución pone al parlamento completamente a cargo de todos los poderes legislativos, señaló Morsi; que los votantes, no el presidente, les da esa autoridad, e instó a los legisladores a trabajar juntos con todos los partidos políticos y de las instituciones civiles.
Los críticos dicen que la Constitución fue sometida a votación con demasiada rapidez. Los liberales, cristianos y otros grupos minoritarios señalan que se sentían excluidos de la asamblea dominada por los islamistas que la redactaron y que el texto no incluyó sus voces.
Miembros de la oposición dijeron que la Constitución utiliza un lenguaje vago y no protege los derechos por los que los egipcios lucharon en la revolución del año pasado, que derrocó al presidente Hosni Mubarak.
Morsi y sus partidarios aseguran que la Constitución protege los derechos personales, especialmente con sus cláusulas sobre el tratamiento de los detenidos en el sistema judicial, que hizo uso caprichoso de sus poderes bajo el gobierno anterior.
El presidente dedicó la mayor parte de sus 40 minutos de discurso a la economía, diciendo que Egipto es un Estado moderno y la economía debe basarse en políticas eficaces y transparentes. Dijo que el país tendrá un retorno económico.
La inflación alcanzó el punto más bajo es en los últimos dos meses, señaló, y descartó los rumores de que los bancos egipcios se derrumbarán.
Morsi también mencionó que el turismo, una importante fuente de ingresos para Egipto, que se redujo drásticamente desde la revolución, va en aumento. Unos 4 millones de turistas regresaron en los últimos meses, el doble que en un periodo de seis meses el año pasado.
El presidente también se refirió a la política exterior, haciendo hincapié en una política de no interferencia en los asuntos de otras naciones y un enfoque en el fortalecimiento de las relaciones exteriores. También dijo que Egipto apoya la revolución siria y trabajará por el apoyo árabe e internacional para sustituir el actual régimen de Bachar al Asad.
Amir Ahmed contribuyó con este informe.