Chinos protestan contra el gobierno por la censura de un diario
Nota del editor: “Jamie’s China” es una columna semanal que trata sobre la sociedad y la política china. Jaime FlorCruz ha vivido y trabajado en China desde 1971. Estudió Historia de China en la Universidad de Beijing (1977-1981) y fue corresponsal y jefe de oficina de la revista “Time” en Beijing (1982-2000).
(CNN)— El resumen de las historias recomendadas en algunas redes sociales populares en China no presentó nada extraordinario esta semana, hasta que los usuarios pusieron un poco más de atención.
Por ejemplo, en la plataforma Sohu Weibo, los caracteres de la página de inicio se habían dispuesto de tal forma que se leía: “Aguanta, Southern Weekly”, pero solo si se leía verticalmente, de arriba hacia abajo. Otro sitio, 163.com, se estructuró de tal forma que si se combinaba el primer carácter de las primeras seis filas de noticias se leía “¡Vamos, Southern Weekly, vamos!”
Se referían a la ola de ira que se levantó esta semana en contra de la supuesta censura del gobierno en contra del Southern Weekly , diario de la ciudad sureña de Guangzhou, en China.
Durante dos días, los periodistas del diario y cientos de simpatizantes se han reunido frente a las oficinas del Southern Weekly portando carteles en los que piden libertad de expresión y condenan la censura en la prensa.
“Es un ataque y la supresión de la libertad de prensa y del derecho que la gente tiene de saber la verdad. No está bien”, dijo un manifestante anónimo. “Vine para decir que el Southern Weekly no está solo”, explicó otro.
Algunos de los manifestantes más jóvenes llevaban flores en señal de duelo y una mujer llegó con una máscara cubierta con caracteres chinos con los que explicaba que se trataba de un biyantao, un preservativo contra la libertad de expresión.
Exigieron la renuncia de Tuo Zhen, el jefe de propaganda del Partido Comunista en la provincia sureña de Guangdong, entre afirmaciones de que el editorial en el que llamaba a hacer reformas se reescribió para parecer un tributo al gobierno del Partido Comunista.
Esta inusual protesta representa un reto para Xi Jinping, el flamante jefe del Partido Comunista, quien apenas empieza a definir su agenda como líder absoluto al frente de un país enorme en constante cambio.
También representa un serio dilema para el Partido Comunista en la era de las redes sociales y el micro-blogging.
Todo empezó con una publicación en Weibo, una red social china similar a Twitter, en la que se quejaban de que el departamento de Propaganda de la provincia de Guangdong había reescrito el editorial anual de Año Nuevo del diario sin el conocimiento de los editores.
Originalmente se titulaba El sueño del constitucionalismo de China, pero al ser impreso había cambiado a Persiguiendo el sueño, lo que repite la línea oficial del Partido Comunista. Los censores también agregaron texto que contenía datos erróneos.
De inmediato, las redes sociales de China fueron testigo de un torrente de publicaciones en las que se condenaba la censura china y se apoyaba al Southern Weekly.
La controversia expone el papel de los zares de la propaganda, quienes supervisan el flujo de la información en China.
Ciertamente los medios chinos se han diversificado en las últimas tres décadas gracias a las reformas y a la apertura gradual de China. Con el tiempo, la prensa local ha obtenido un poco de libertad para reportar acerca de temas diversos y para hacerlo de forma diferente, en especial en asuntos no relacionados con la política.
Sin embargo, la censura del gobierno nunca ha cesado y la mayoría de los grupos mediáticos siguen siendo propiedad del Estado.
El departamento de Propaganda emite regularmente directrices escritas u orales relativas a las noticias que deben o no ser reportadas y cómo debe hacerse. Así que uno puede imaginarse la frustración que soportan los editores y los periodistas cuando se enfrentan a la censura.
El Southern Weekly no desconoce las controversias relacionadas con la censura. A lo largo de los años ha mostrado una tendencia liberal. Dentro del margen de maniobra, produce historias relativamente frescas, penetrantes y atrevidas.
“Algunos de nuestros ensayos, exposiciones y revelaciones han tratado de rebasar el límite”, dijo un antiguo reportero, quien pidió mantener el anonimato.
“Las llamamos historias ‘del límite’, como cuando juegas ping-pong y haces puntos no con tiros poderosos sino con golpes ligeros y sutiles”.
Para ello, algunos de los editores y reporteros se han metido en problemas con los zares de la propaganda. Por ello han ganado respeto y han atraído a un séquito fiel, en especial entre los jóvenes, los citadinos y los intelectuales.
La vocera del ministerio del Exterior, Hua Chunying, insistió el viernes en que no había censura contra la prensa en China y que el gobierno protege la libertad de prensa según la ley.
Sin embargo, es evidente que se ha tratado de controlar a los medios, en especial a los populares servicios de micro-blogging , que se usan para exponer los problemas y abusos que podrían ridiculizar al gobierno.
Mientras tanto, se están bloqueando los términos relacionados con el Southern Weekly.
No se sabe qué tan grande es la amenaza que representan estas protestas para el nuevo régimen de Xi. Tampoco se conoce la postura de Xi respecto a la libertad de prensa y de expresión.
Algunos analistas se preguntan su Xi o el gobierno central apoyaron las acciones de los funcionarios de Guangdong.
Algunas personas culpan de la polémica a Tuo Zhen, el nuevo jefe de propaganda de la provincia. Un observador en Guangdong culpó a su “comportamiento y estilo de trabajo” de ser los causantes de la polémica.
Sin embargo, para otros la controversia es más que el enfrentamiento entre el departamento de Propaganda de Guangdong y el Southern Weekly.
“Es una crisis de publicidad para el nuevo gobierno de Xi Jinping”, dijo Xiao Qiang, fundador y editor en jefe del China Digital Times, un sitio estadounidense que analiza los temas de internet y los medios en China.
“Se está poniendo a prueba su credibilidad política y su aptitud de liderazgo. Cuando un líder supremo no parece definido y firme, un evento pequeño llega a la esfera pública nacional y el Estado pierde ligeramente el control del contenido de los medios y el ciberespacio”.
Sin embargo, para el Global Times, el mensaje es claro.
“Sin importar cómo se regulen los medios chinos, nunca serán iguales a sus contrapartes occidentales”, señaló el grupo mediático respaldado por el gobierno a través de un editorial. “Este debería ser el criterio básico de los profesionales de los medios en China. El sistema político de China es diferente al occidental y los medios no pueden deslindarse de la realidad política de un país. La única manera en que pueden desarrollarse los medios en China es en concordancia con el rumbo del desarrollo del país”.
Según el China Digital Times, el departamento de Propaganda Central ha emitido una directriz urgente en la que indica a los grupos mediáticos de todos los niveles que:
- Los medios estatales son un principio básico inquebrantable
- El “incidente” del Southern Weekly no tiene que ver con el jefe de propaganda de Guangdong, Tuo Zhen
- El desarrollo del incidente se debe a la “intervención de fuerzas hostiles”
En la directriz se indicó a todos los editores, reporteros y personal que desistieran de apoyar al Southern Weekly y se ordenó a todos los medios que vuelvan a publicar predominantemente el editorial del Global Times.