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El Papa deja el pendiente de limpiar las finanzas del Vaticano

A pesar de instituir organismos y leyes para reformar la imagen financiera del Estado papal, Benedicto XVI no lo consiguió del todo
lun 11 febrero 2013 02:10 PM

El papa Benedicto XVI consideró una de sus prioridades limpiar la reputación del dinero turbio del Vaticano, al reforzar las leyes de la ciudad Estado y al contratar a un suizo de alto perfil encargado de combatir los delitos financieros para elevar los estándares a niveles internacionales.

Expertos independientes dicen que se ha logrado un gran avance en un corto período de tiempo. Sin embargo, tras su renuncia, el Papa y el Vaticano siguen estando muy por debajo de su objetivo de inclusión en una “lista blanca” de Estados y siguen envueltos en un vergonzoso pleito con el Banco de Italia.

En 2010, el Vaticano creó un órgano de supervisión llamado Autoridad de Información Financiera (AIF), y elaboró una nueva ley para asegurarse de que todos los departamentos cumplieran con los estándares internacionales en lo referente al lavado de dinero y al financiamiento del terrorismo.

Sin embargo, un informe presentado en 2012 por Moneyval, grupo europeo de la lucha contra el lavado de dinero, halló que el Vaticano sigue sin dar la talla en siete de 16 áreas clave. También en 2012, Gotti Tedeschi fue destituido como director del banco del Vaticano, o Instituto para las Obras de Religión, como formalmente es conocido.

En respuesta al informe de Moneyval, el Vaticano designó al abogado Rene Bruelhart para quedar como director de la AIF y encabezar su esfuerzo por lograr una mayor transparencia. Bruelhart previamente había cumplido un papel parecido en Liechtenstein, el principado situado entre Suiza y Austria.

Durante años, el Vaticano ha intentado hacer un esfuerzo para mejorar en ese ámbito y deshacerse de la reputación de turbias operaciones financieras, la cual data de por lo menos 30 años atrás, cuando en Londres murió Roberto Calvi, conocido como el “banquero de Dios”.

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A Calvi lo encontraron colgado de un puente y su muerte nunca ha sido explicada por completo. Fue presidente del Banco Ambrosiano, en cual el banco del Vaticano tenía una pequeña participación.

El banco del Vaticano opera para los aproximadamente 500 habitantes del Estado más pequeño del mundo, aunque también para miles de organizaciones católicas de beneficencia, órdenes religiosas y diócesis de todo el mundo. Tiene alrededor de 33,400 cuentas. Las transacciones del Vaticano se realizan en euros.

Moneyval halló que la amenaza de la delincuencia financiera en el Vaticano es muy baja. Aunque dijo que el alcance global del banco, su alto volumen de transacciones de dinero y la falta de información sobre algunas organizaciones sin fines de lucro podrían convertirla en un objetivo para lavadores de dinero.

“Todavía se deben resolver importantes cuestiones con el fin de demostrar que un régimen plenamente eficaz se ha instituido en la práctica”, señaló el informe.

El Banco de Italia hizo referencia al informe de Moneyval cuando decidió cancelar definitivamente los pagos con tarjetas de crédito y débito en las tiendas y los museos del Vaticano a finales del año pasado, haciendo que los turistas sólo puedan comprar con efectivo los recuerdos y los boletos para ingresar a lugares de interés como la Capilla Sixtina.

Entrevistado por un periódico italiano poco después de la acción del banco central, Bruelhart expresó su sorpresa y dijo que el Vaticano había implementado todas las medidas requeridas por la Unión Europea, y que en algunos casos había adoptado normas aún más estrictas.                               

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