El cónclave para elegir al nuevo papa puede empezar antes de lo previsto
Los cardenales que elegirán al sucesor del papa Benedicto XVI se podrían reunir antes de lo esperado, afirmó Federico Lombardi, vocero del Valticano.
El cónclave, en el que se reunirán 117 cardenales de la Iglesia católica, podría comenzar antes del 15 de marzo si ellos ya se encuentran en Roma, afirmó Lombardi.
Previamente, Lombardi había dicho que el cónclave comenzaría entre el 15 y el 19 de marzo.
Pero este sábado, Lombardi aseguró que debido a que el cónclave es convocado por una renuncia, y no por una muerte del Papa, los cardenales supieron con mayor anticipación que deberán viajar a Roma.
La decisión podría ser tomada inmediatamente después del 28 de febrero, cuando la Iglesia se encuentre en las manos de los cardenales, agregó.
Expertos también están trabajando en puntos de la Constitución Apostólica que necesitan ser clarificados, según Lombardi, para implementar un nuevo protocolo.
Lombardi dijo que se reunió con el Papa el sábado y que lo encontró “calmado y relajado a pesar de esos días emocionales”.
Benedicto XVI, de 85 años, anunció la semana pasada que renunciará al papado debido a su avanzada edad.
Aun cuando Benedicto no estará envuelto directamente en la elección de su sucesor, tendrá influencia. Él nombró a 67 de los 117 cardenales que participarán en el cónclave.
Más de dos tercios de los cardenales deben de elegir a un nuevo Papa. El anuncio de la decisión se conocerá luego de que emerja humo blanco de la chimenea del Vaticano.
Benedicto XVI tendrá su audiencia final en la Plaza de San Pedro el 27 de febrero. La Iglesia católica no está planeando una ceremonia formal para marcar la partida del Papa, según Lombardi.
El Pontífice primero se trasladará en helicóptero a Castel Gandolfo, donde permanecerá hasta finales de abril o principios de mayo. Luego regresará al Vaticano donde vivirá en un monasterio que actualmente se encuentra en remodelación.
La decisión de Benedicto XVI de permanecer en El Vaticano tiene motivaciones prácticas y espirituales, según Lombardi.
Su presencia permitirá apoyar a su sucesor y al resto del clérigo, según Lombardi, aunque este rechazó la idea de que Benedicto XVI interferirá cuando el nuevo papa asuma el cargo.