Autoridades de EU interrogan a cardenal acusado de ocultar pederastia
En 1998, dos familias expusieron a los dirigentes de la Arquidiócesis de Los Ángeles que sospechaban que un sacerdote había abusado de sus hijos, pero los clérigos no notificaron de inmediato a la policía, en lugar de ello, la mano derecha del cardenal de la ciudad alertó al sacerdote, lo que permitió que huyera a México.
El caso se encuentra plasmado en documentos que un juez de California ordenó entregar a la Arquidiócesis de Los Ángeles a inicios de este año y en el que se muestra el "detrás de cámaras" de cómo altos miembros de la organización religiosa intervinieron en investigaciones de la policía sobre casos de pederastia.
Los documentos involucran al cardenal de Los Ángeles, Roger Mahony , quien este sábado testificó durante cuatro horas ante una corte de la ciudad, en una comparecencia privada.
Mahony, quien llegó a ser uno de los hombres más poderosos de la Iglesia católica en el continente americano, recibió constantes avisos de abusos de sacerdotes y algunas veces dio órdenes sobre cómo lidiar con los casos, incluyendo pedir a sus subordinados negar a la policía los nombres de los acólitos para evitar mayores investigaciones.
Mahony anunció el viernes en su cuenta de Twitter que se encontraba "a pocas horas" de viajar a Roma para formar parte del cónclave que elegirá al siguiente papa, una decisión que ha generado controversia entre los defensores de las víctimas de abuso y organizaciones como Católicos Unidos, quienes se oponen a que participe después de las acusaciones.
“Ahora sabemos mucho más sobre su conducta y palabras de lo que sabíamos antes y creo que ayudará a que sea una comparecencia más a fondo”, dijo Anthony De Marco, un abogado que ha pasado décadas representando a las víctimas de abuso y que este sábado lideró la comparecencia de Mahony.
Las preguntas al cardenal giraron en torno al caso del sacerdote de origen mexicano Nicolás Aguilar-Rivera.
La Arquidiócesis peleó para que los documentos que revelan cómo se manejó el caso de Aguilar-Rivera no se hicieran públicos, pero un juez ordenó la difusión del material, más de 12,000 páginas que detallan ese y otros casos de abuso sexual que datan de 1930 en la Arquidiócesis.
El sacerdote que abusó de niños en México y EU
El caso del reverendo Nicolás Aguilar Rivera es un microcosmos de la crisis de abusos sexuales que vive la Iglesia católica. En la década de los 80, la Arquidiócesis de Los Ángeles estaba extendiendo su influencia a una creciente comunidad latina en el sur de California.
Aguilar Rivera llegó a Estados Unidos procedente de México en marzo de 1987, la Arquidiócesis lo recibió y acomodó en dos parroquias donde los padres de familia le confiaban a sus hijos.
“Incluso utilizó su estatus de recién llegado y su necesidad de aprender inglés como su estrategia para estar a solas con los niños”, consideró Terry McKiernan, fundador del grupo un grupo BishopAccountability.org, que se encarga de dar seguimiento a los casos de pederastia.
Una vez en Estados Unidos, Aguilar Rivera fue enviado a la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, al este de Los Ángeles, recinto cuya mayor parte de fieles son de origen mexicano.
En enero de 1988, dos familias informaron al sacerdote Thomas Curry que creían que sus hijos habían sido abusados. Curry era en ese momento el segundo hombre al mando de la Arquidiócesis de Los Ángeles y la mano derecha del obispo Mahony.
Un incidente “ocurrió en una Navidad cuando el padre visitó a una de las familias”, escribió Curry a Mahony en una carta fechada el 10 de enero de 1988. “Hubo mucho de beber y la familia le pidió que se quedara. Durmió en el cuarto de los niños y creen que se metió a la cama de uno de los chicos esa noche”.
Pero la Iglesia no respondió a la acusación hecha por los padres de familia que avisó a la policía, en lugar de ello, Curry se reunió con Aguilar Rivera un día después para informarle que la familia ordenaría una investigación de la policía.
“Me ofrecí a encontarle un lugar para vivir hasta que pudiera hacer otros arreglos, pero aseguró que se quedaría con su hermana y después viajaría a México esa mismas semana”, escribió Curry a Mahony.
Con la información sobre la denuncia, Aguilar Rivera salió de la ciudad antes de que la policía fuera notificada, aparentemente, el director de la escuela de uno de los niños fue quien dio el aviso.
La policía solicitó a la Arquidiócesis una lista de los acólitos de las iglesias en las que trabajó el sacerdote mexicano, pero Mahony señaló que “por ningún motivo podían dar la lista”, escribió en un documento. Hasta el momento, ningún miembro de la Arquidiócesis ha sido culpado de obstrucción a la justicia.
Eventualmente y sin ayuda de los clérigos, la policía consiguió la lista y señalaron que 26 menores fueron molestados por el sacerdote en solo 9 meses, la familia de 10 de los muchachos presentó cargos en su contra y fue acusado de realizar en 19 ocasiones actos lascivos con los menores de edad.
Con la investigación abierta, Curry escribió al obispo de Aguilar Rivera en México. “Dígale que debe regresar para responder a las acusaciones en su contra”, pero no volvió. Aguilar Rivera permaneció en el sacerdocio por otros 21 años en México, donde también se le acusó de abuso.
Un ciudadano mexicano presentó en 2010 una demanda civil en Estados Unidos contra el sacerdote. Acusaba a Aguilar Rivera de haberlo violado cuando tenía 12 años y era acólito en México.
El demandante señala que Mahony y un cardenal mexicano conspiraron para esconder al sacerdote en ambos países teniendo conocimiento de las acusaciones de pederastia. Mahony negó las acusaciones.
Aguilar Rivera fue capturado en México en 2003 acusado de abuso sexual, pero salió libre, según un reporte de Dallas Morning News.
El sacerdote finalmente fue retirado de sus deberes en 2009 por El Vaticano, que aprobó remover su “estado clerical, por ser un sacerdote que ha estado acusado de abuso sexual a menores en México y Estados Unidos", reportó la Agencia Católica de Noticias el 31 de julio de 2009.
Se cree que Aguilar Rivera, ahora de 71 años, está vivo y en libertad en México.
Mahony, quien esta semana cumple 77 años, fue nombrado arzobispo de Los Angeles por el papa Juan Pablo II en 1985, estuvo en el cargo hasta 2011 cuando se retiró. En 1991 se convirtió en cardenal, el puesto más alto en la jerarquía católica, solo por debajo del papa.
McKiernan, quien inició la organización BishopAccountability.org en 2003 para mantener rastro de los abusos en la iglesia, señaló que los documentos dados a conocer recientemente muestran la magnitud de los esfuerzos de Mahony y Curry para “evadir a las autoridades de forma intencional”.
A inicios de enero, el actual arzobispo de Los Ángeles, Jorge H. Gómez, relevó de sus deberes públicos y administrativos a Mahony por el mal manejo de las acusaciones de abuso sexual en contra de algunos sacerdotes.
En un acto calificado por activistas como sin precedentes, Gómez disciplinó a su predecesor.
Respecto a Curry, Gómez señaló que el sacerdote renunció este mes como obispo regional de Santa Barbara y Ventura y “se disculpó públicamente de sus decisiones mientras servía como párroco”, dijo.