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El aumento de adopciones en Uganda siembra dudas sobre explotación

El país africano, uno de los más pobres del planeta, se ha convertido en un destino de adopción para las familias estadounidenses
sáb 02 marzo 2013 06:17 PM
uganda
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Uganda es uno de los países más pobres del planeta. Pero en medio de su economía basada en la agricultura hay una industria que está en auge: la adopción internacional de niños. La pobreza extrema se combina con una de las tasas más altas del mundo de natalidad, una olla a presión donde muchos niños son abandonados o dados en adopción.

Pero hay temores de que tras las crecientes cifras de adopción, queda mucho por hacer para evitar que los niños sean explotados. Los niños a veces son huérfanos, pero otras veces solo son hijos de familias cuyos padres no pueden cuidar, y son pequeños de los que se hace cargo el sistema público de bienestar infantil.
Para algunos, esto puede significar un hogar temporal. Para otros, es el primer paso en un camino que llevará a la adopción y una nueva vida.

Mientras los países tradicionales de adopción son cada vez menos atractivos –  Rusia ha prohibido a los estadounidenses la adopción de niños , y puede llevar años navegar por la burocracia china para una adopción – Uganda es visto como una alternativa rápida y fácil para los futuros padres.

En Uganda, el proceso de adopción puede llevar unos meses. Pero el país no ha firmado la Convención de La Haya, un tratado que proporciona un plan de seguros adopciones internacionales.

Muchos de los niños adoptados de Uganda se les da una mejor oportunidad de vida en el extranjero –en términos materiales– pero la velocidad y la facilidad del proceso tiene muchos observadores preocupados.

Freda Luzinda trabajó en la embajada de Estados Unidos en Kampala, Uganda, donde durante dos años se dedicó a tratar los visados de adopción. Ahora es la directora nacional en Uganda de La Voz de un Niño, una organización que promueve los derechos de los menores y su bienestar.

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Ella dice que muchos padres biológicos en Uganda no entienden lo que realmente significa la adopción y que no hay ninguna palabra para "adopción" en la lengua local ugandesa.

"Puedo decir que alrededor del 60% de los padres biológicos con los que hablé no entendía lo que era la adopción", dijo Luzinda.

Muchos padres biológicos no entienden que la adopción es permanente, creen que pueden recuperar a sus hijos de nuevo más tarde. Estos conceptos erróneos son parte del problema, pero no el único.

El aumento de las adopciones de Uganda durante los últimos años ha creado un número cada vez mayor de orfanatos y de agencias de adopción para satisfacer la demanda.

"Cuando empecé la tramitación de visados en la embajada había entre 7 y 10 orfanatos que ponían los niños en adopción. Y crecieron las cifras, y crecieron y crecieron. Cuando terminé, y esto fue dos años más tarde, hicimos la cuenta, y se trataba de unos 100 orfanatos ", dijo Luzinda.

El crecimiento exponencial de la industria de la adopción en Uganda ha alimentado los temores de que  los niños estén siendo explotados con fines de lucro  y que el interés superior del niño no es lo más importante.

"La creación de huérfanos sucede mucho en Uganda, personas van a las comunidades pobres a encontrar familias vulnerables a quienes convencen de entregar a sus hijos”, aseguró.

Terreno fértil para las familias estadounidenses

Los hermanos Zach, de 4 y Philip, de 1 año, han encontrado una familia que les quiere en los Estados Unidos, su vida anterior era la historia promedio de los dos millones 400,000 de huérfanos en Uganda.

Los dos chicos fueron encontrados abandonados en distintos lugares de Kampala, ambos fueron dejados en lugares visibles y encontrados por la policía.

Ahora Zach y Philip tienen una nueva vida en los Estados Unidos, los dos están en la escuela y quieren muchísimo a sus nuevos padres. En 2008, fueron adoptados por Lisa y Tague Harding de Minnesota a través de la Casa del Bebé Amani, uno de los orfanatos de Uganda.

"Siempre hay una tragedia en el comienzo de una historia que hace que la adopción sea un paso necesario", dijo Lisa.

A medida que sus hijos crecieron y se fueron de casa, los Harding vieron la oportunidad de proporcionar un hogar estable para los niños que de otra manera crecerían en la pobreza. Los Hardings se interesaron en la adopción internacional después de viajar a Uganda con un grupo de la iglesia.

"Me encanta que en nuestra fe, la adopción es parte de la historia – que el bebé Moisés fue adoptado y Samuel, según la Biblia, fue adoptado y el bebé Jesús no era le hijo biológico de José", explica Lisa.

Danyne Bharj Randolph, director de la Casa del bebé Amani, comprende los temores relativos a la explotación de los niños, pero dice que, dadas las opciones para los niños ugandeses, en muchos casos, la adopción es la mejor solución.

"Yo no creo que sea correcto decir que el Occidente es el camino para salvar Uganda, en absoluto. No creo que esa sea la respuesta. Pero creo que si hay gente en Occidente que puede dar a estos niños una familia cuando nadie más puede, eso debe ser lo más importante", dijo Bharj.

Pero James Kabogoza, comisionado adjunto de Asuntos de la Infancia del Gobierno de Uganda, siente que los niños ugandeses deben permanecer en su país de origen.
"No está bien lo que están haciendo. Sé que para ellos es bueno, pero también es malo separar a los padres ugandeses de sus hijos", dijo.

Kabogoza teme que al salir de Uganda, muchos de estos huérfanos perderán de vista su identidad cultural. También cree que, independientemente de las circunstancias, muchos de estos niños estarían mejor con sus padres biológicos. "Eso es lo mejor que le puede suceder a un niño: permanecer con su familia, y crecer con ellos", dijo Kabogoza.

Y agregó: "Sé que sienten que en Estados Unidos les espera una mejor vida, pero se las pueden proporcionar aquí con sus familias, pueden cambiar la vida de ese niño aquí al apoyarlos”, consideró.

Tague Harding, el padre adoptivo de Zach y Philip, entiende que sus hijos perderán parte de su patrimonio cultural al crecer en los Estados Unidos, pero también ve las ventajas. "Es mejor que los huérfanos de Uganda permanezcan en su país en la medida de lo posible, pero tal vez al traernos a estos dos muchachos a casa, y que otras personas hagan lo mismo, podemos crear conciencia de que existe una necesidad”, dijo.

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