Boston, una normalidad en medio del luto y la búsqueda de los responsables
Boston hará una pausa para llorar y sanar sus heridas, tres días después del letal ataque durante el maratón anual de la ciudad que mató a tres personas y dejó heridas a decenas más.
El presidente Barack Obama, quien el miércoles firmó una declaración de emergencia autorizando mayor apoyo federal a Boston, asistió este jueves al servicio religioso en la catedral de Santa Cruz, en la ciudad, donde asistieron al menos 2,000 personas.
Obama reiteró que los autores del atentado serán localizados y llevados a la justicia, y aseguró que el maratón programado para 2014 se llevará a cabo.
“(Los atacantes) eligieron la ciudad equivocada para hacerlo. No aquí en Boston, no aquí en Boston”, afirmó Obama, al resaltar el coraje de los habitantes de la principal urbe de Nueva Inglaterra ante los ataques.
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La ciudad realizará una ceremonia religiosa en la Catedral de la Santa Cruz a las 11:00 hora local, a la que asistirán además del presidente, el gobernador Patrick y el cardenal Sean O’Malley, entre otros.
En tanto, cientos de investigadores continúan su trabajo contra reloj para identificar a dos hombres que, según dijo una fuente policial a CNN, fueron captados por las cámaras de video antes de la explosión relativamente cerca de la línea de meta, mientras uno de ellos llevaba una maleta negra.
En esa maleta es donde los investigadores creen que el atacante colocó los dispositivos explosivos que causaron las muertes e hirieron a más de 180 personas el martes.
“Cada hora estamos más cerca”, dijo el gobernador de Massachusetts, Deval Patrick, a CNN el miércoles. “Y lo digo porque tenemos a los mejores profesionales en todos los niveles trabajando en esto. Y trabajando duro”.
Espacio para el humor
Las emociones permanecen alteradas en la ciudad. Quienes vivieron las dos explosiones en el maratón —y más aun quienes fueron afectados directamente por la tragedia— tratan de superar el horror y recoger los pedazos de su normalidad para reconstruir su vida.
Es tiempo de “hacer espacio para el amor”, dijo Lisa Conti, una estudiante de Boston. “Imagina qué profunda sería la herida si llenáramos los espacios vacíos con odio en lugar de amor”.
Pero no todo el mundo está listo, o dispuesto, a superar esta situación. Para Candace Rispoli, quien presenció el ataque, la emoción aún está presente. “Mis manos no dejan de temblar”, dijo.
Con información de Michael Pearson y Faith Karimi.