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El atentado de Boston revive el conflicto en el norte del Cáucaso

El ataque al maratón pone la mirada sobre Chechenia y otras regiones separatistas, y sus posibles lazos con el terrorismo internacional
lun 22 abril 2013 12:28 PM

No se sabe si los sospechosos del atentado en el maratón de Boston —quienes según las fuentes son dos hermanos procedentes del Cáucaso ruso que se mudaron a Kazajistán antes de viajar a Estados Unidos hace varios años— se radicalizaron como resultado de sus raíces chechenas. Sin embargo, la interrogante crecerá.

Se están investigando los lazos de los hermanos con el Cáucaso ruso, una región que conoce bien la violencia y el terrorismo. Es una zona de conflicto, en la que se encuentra la separatista república rusa de Chechenia, Daguestán, Ingusetia, Kabardia-Balkaria y Osetia del Norte.

El tío de los sospechosos, Ruslan Tsarni, quien actualmente vive en Maryland, Estados Unidos, dijo que han avergonzado a su familia y a “toda la comunidad chechena”.

Tsarni, quien vio a sus sobrinos por última vez cuando eran niños, dijo a los reporteros que nacieron en Kirguistán, pero que pertenecían a la etnia chechena y atribuyó sus actos al hecho de “ser unos perdedores” y albergar “odio por quienes pudieron prosperar”, e insistió que no tenía nada que ver con la religión o el islam.

Después de dos guerras separatistas —que Rusia consideró como terrorismo— en Chechenia hay un gobierno a favor de Rusia, pero la violencia islamista persiste, aunque con menor intensidad.

La población de Chechenia es de cerca de un millón de personas y está compuesta principalmente por musulmanes sunitas, quienes conservan una identidad cultural y lingüística notoriamente distinta a la de los cristianos ortodoxos rusos.

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El nivel de vida de la república sudoccidental del Cáucaso es bajo en comparación con el resto de Rusia. El desempleo está fuera de control, la infraestructura es defectuosa y la tasa de mortalidad infantil es elevada.

Decenas de miles de personas han muerto y hay miles de chechenos desplazados tras años de combates con las fuerzas armadas de Rusia.

Rusia recuperó el control de Chechenia en 2000, después de una ocupación de la capital, Grozny. Desde entonces, la violencia en Chechenia ha disminuido, particularmente después de la muerte del militante islamista Shamil Basayev en julio de 2006, ocurrida en la vecina Ingusetia.

Según el Consejo sobre Relaciones Exteriores, su causa ha recibido el apoyo de los militantes islamistas extranjeros que han llegado para pelear. “La prolongada y violenta guerra de guerrillas en Chechenia ha atraído a unos cuantos militantes islamistas del exterior; algunos son combatientes árabes con posibles lazos con al Qaeda”, señaló el sitio web del centro de estudios.

Desde entonces, los separatistas chechenos se han adjudicado varios ataques terroristas de alto perfil en Rusia y la región del Cáucaso Norte, pero no están involucrados con los ataques en Estados Unidos.

En 2004, unos hombres armados irrumpieron en una escuela y tomaron como rehenes a los niños en Beslán, en la región de Osetia del Norte. Más de 330 personas murieron. La mitad eran niños.

Un líder rebelde checheno asumió la responsabilidad de los mortíferos atentados con bombas que estremecieron dos estaciones del metro de Moscú en marzo de 2010.

Los rebeldes chechenos tomaron como rehenes a 700 espectadores en un teatro de Moscú en 2002. El esfuerzo ruso por liberarlos costó la vida de 120 rehenes. Los rebeldes chechenos están acusados de haber derribado dos aviones rusos en 2004.

Los lazos entre los chechenos y otros grupos militantes probablemente se estudiarán concienzudamente como resultado de los eventos ocurridos en Boston.

El Consejo sobre Relaciones Exteriores de EU señala que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha enfatizado en varias ocasiones que los terroristas internacionales operan en Chechenia; agregan que Putin busca suscitar la empatía de Occidente con la campaña militar rusa en contra de los rebeldes chechenos.

En un reporte del Grupo Internacional para la Crisis que se publicó en octubre de 2012, se advirtió sobre la posibilidad de que la persistencia de los problemas étnicos, religiosos, políticos y económicos podría incrementar las tensiones en la región del Cáucaso Norte y se agregó que “no es probable que los asesinatos cesen pronto”.

El líder checheno Ramzan Kadyrov puso distancia este viernes entre su región y los hermanos de Boston. “Es vano cualquier intento de relacionar a Chechenia con los Tsarnaev en caso de que resulten culpables”, dijo a través de su cuenta oficial de Twitter.

“Crecieron en Estados Unidos, y sus opiniones y creencias se formaron allá. Así que tienen que buscar las raíces del mal en Estados Unidos”, sentenció. “El mundo debería unirse para luchar contra el terrorismo. Lo sabemos mejor que nadie. Deseamos que quienes están sufriendo se recuperen pronto y compartimos la pena de los estadounidenses”.

Mientras tanto, el comité estatal para la seguridad nacional de Kirguistán señaló que los dos hermanos se habían mudado con su familia a Daguestán hacía 12 años y que de ahí se habían ido a Estados Unidos.

Como los niños tenían ocho y 15 años respectivamente cuando dejaron el país, el comité indicó que “considera inapropiado que se los relacione con Kirguistán”.

Un funcionario de la república centroasiática de Kirguistán dijo a CNN que los hermanos tenían un pasaporte de ese país y que lo usaron para solicitar el permiso de residencia en Estados Unidos.

Barbara Starr, Deborah Feyerick, Ivan Watson, Nick Paton Walsh y Matthew Chance, de CNN, colaboraron con este reportaje.

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