Manifestantes turcos planean su siguiente paso tras desalojo en una plaza
Aún dolidos por ser expulsados de la plaza Taksim en Estambul el sábado pasado, manifestantes planean reuniones en 11 vecindarios para discutir cuál será su siguiente paso este miércoles.
En total, desde el 31 de mayo 883 personas han sido detenidas por cargos relacionados con las protestas , dijo Amre Cokgezen, miembro de la oficina de manejo de crisis de la Asociación de Barras de Abogados de Estambul, creada para manejar las detenciones relacionadas con las protestas.
Aunque la mayoría fueron liberadas, aún hay 71 personas bajo custodia que enfrentan cargos por terrorismo, 20 acusadas de participar en el crimen organizado y 28 más por otros cargos, dijo Cokgezen. Otras nueve personas están desaparecidas desde hace más de 10 días, agregó.
Los abogados defensores se reunirán este miércoles con la fiscalía en el Adalet Sarayi de Estambul, uno de los tribunales más grandes de Europa, para recibir los expedientes de los procesos. En tanto, en el vestíbulo del tribunal, aproximadamente 15 personas continuaron con la protesta del “hombre en pie” que inició un hombre solitario en la plaza Taksim el lunes.
Durante más de cinco horas, Erdem Gunduz miró el retrato de Kemal Ataturk, fundador del Estado turco moderno, situado a un costado del Centro Cultural Ataturk en la plaza. El martes, cientos de manifestantes lo imitaban.
Esta escena contrasta con el caos en la plaza el sábado, cuando la policía combatió las protestas con gases lacrimógenos y cañones de agua. Estas escenas suman más de dos semanas de protestas contra el gobierno del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan.
Los disturbios comenzaron en Estambul a finales de mayo, cuando un grupo de personas se presentó para protestar porque el gobierno planeaba destruir el parque Gezi para reemplazarlo con un centro comercial dentro de una réplica de los cuarteles otomanos del siglo XIX.
Los manifestantes dijeron que el plan representaba una sigilosa violación a sus derechos en una sociedad laica . Los disturbios representaron un riesgo para Erdogan, el mandatario en su tercer periodo en el poder. El martes, durante un discurso ante su partido, el Partido para la Justicia y el Desarrollo (AK), el mandatario negó las intenciones de restringir los derechos democráticos.
Erdogan criticó la cobertura de la prensa internacional y reiteró que el gobierno abandonará el plan de construir en el parque Gezi si la gente vota en contra.
“Estoy preocupada por las acusaciones de excesos en el uso de la fuerza de parte de la policía contra grupos de manifestantes pacíficos y esto puede haber provocado graves daños a la salud”, dijo Navi Pillay, a la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, en un comunicado que emitió el martes desde Ginebra.
Sin embargo, Erdogan defendió las acciones de la policía. “Las fuerzas de seguridad pasaron la prueba de la democracia”, dijo el martes, según el servicio de noticias semiestatal, Anadolu. Dijo que el uso de gases lacrimógenos “es un derecho indisputable de la policía” y que las protestas son “un movimiento sin principios y sin moderación basado en mentiras y engaños”.
Aunque no es probable que las protestas pongan en riesgo al gobierno de Erdogan, a quien se le atribuye haber encabezado una década de crecimiento económico, surgen preguntas acerca del estilo de gobierno que para los críticos es cada vez más autoritario.
Karl Penhaul y Gul Tuysuz, de CNN, reportaron desde Estambul; Ian Lee reportó desde Ankara. Los colaboradores: Salma Abdelaziz, Arwa Damon y Joe Duran en Estambul, Antonia Mortensen en Ankara y Tom Watkins en Atlanta, contribuyeron con este reportaje.