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El Papa centra su mensaje en Brasil en los asuntos sociales

Francisco habló de la lucha contra la corrupción y la desigualdad, dos asuntos que acapararon la expectación en su primer viaje al exterior
vie 26 julio 2013 05:18 PM

El primer papa latinoamericano viajó esta semana a Brasil bajo las expectativas sobre su apoyo a las protestas de los jóvenes contra el gasto público o a la lucha contra la desigualdad en algunas de las zonas más pobres del país. Durante la Jornada Mundial de la Juventud, Francisco se pronunció sobre esos y otros asuntos. Recopilamos las claves de su mensaje.

"Este primer viaje es para encontrar a los jóvenes, a los que quiero encontrar no aislados, sino en medio del tejido social. Cuando aislamos a los jóvenes, les hacemos una injusticia pues les quitamos la pertenencia", dijo el Papa en el avión que lo llevó a Brasil el 22 de julio.

Francisco advirtió del daño que causa la crisis mundial en los jóvenes y del riesgo de que haya una generación que nunca ha tenido trabajo.

"La juventud es el ventanal por el que entra el futuro en el mundo y por tanto nos impone grandes retos. Nuestra generación se mostrará a la altura de la promesa que hay en cada joven cuando sepa ofrecerle espacio, tutelar las condiciones materiales y espirituales para su pleno desarrollo", dijo Francisco nada más llegar a Río de Janeiro ante la presidenta Dilma Rouseff.

"Esta es la juventud del Papa"

En la apertura de la Jornada Mundial de la Juventud, Francisco exclamó ante los peregrinos: "Esta es la juventud del Papa". Jóvenes católicos corearon la frase en otros puntos de la visita, desde la playa de Copacabana, escenario de la misa de apertura, hasta en las reuniones de los fieles en las calles de Sao Paulo y Río de Janeiro.

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Dos días después, el Papa aludió al narcotráfico, una batalla social, política y de seguridad en Brasil. “No es la liberalización del consumo de drogas, como se está discutiendo en varias partes de América Latina, lo que podrá reducir la propagación y la influencia de la dependencia química, es preciso afrontar los problemas que están en la base de su uso, promoviendo una mayor justicia, educando a los jóvenes en los valores que construyen la vida común, acompañando a los necesitados y dando esperanza en el futuro”, dijo en el santuario de Aparecida, patrona de Brasil. 

A su regreso a Río de Janeiro, visitó el hospital San Francisco de Asís de la Providencia, dedicado a la recuperación de jóvenes drogadictos y alcohólicos, donde abrazó a dos de ellos y les dijo que la Iglesia no les deja solos y que tienen que luchar para que "no le roben la esperanza".

"¡Cuántos mercaderes de muerte que siguen la lógica del poder y el dinero a toda costa! La plaga del narcotráfico, que favorece la violencia y siembra dolor y muerte, requiere un acto de valor de toda la sociedad", añadió el Pontífice, el primer latinoamericano en liderar el Vaticano.

"A la calle, a armar lío"

"Esta civilización mundial se pasó de rosca. Es tal el culto que ha hecho al dios dinero, que estamos presenciando una filosofía y una exclusión de los dos polos de la vida, que son las promesas de los pueblos: los ancianos y de los jóvenes", dijo en una ceremonia con 40,000 jóvenes católicos en la catedral de Río de Janeiro.

"Quiero que se salga a la calle a armar lío, quiero lío en las diócesis, quiero que se salga fuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que es mundanidad, comodidad, clericalismo, de lo que es estar encerrados en nosotros mismos", dijo en un mensaje que coincide con su discurso desde que ocupó el cargo y que incide en la renovación de la Iglesia católica con el objetivo de acercarla a los fieles, aportar por la austeridad y simplificar sus protocolos.

El mensaje lo reiteró ante la juventud argentina y dijo que los jóvenes tienen que salir, hacerse valer, luchar por los valores y los viejos "tienen que abrir la boca y enseñarnos y transmitirnos la sabiduría de los pueblos". La declaración aludía a las protestas que desde hace un mes llevaron a la calle a miles de brasileños para demandar al gobierno luchar contra la corrupción y por una mejor gestión del gasto público, con menos impuestos y mejores servicios de sanidad, educación y transporte. "Los jóvenes deben luchar contra la corrupción y la injusticia", dijo horas más tarde en otro punto de la visita.

"A menudo se sienten defraudados por los casos de corrupción, por las personas que, en lugar de buscar el bien común, persiguen su propio interés. A ustedes y a todos les repito: nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague. La realidad puede cambiar, el hombre puede cambiar. No se habitúen al mal, sino a vencerlo”, añadió en la favela de Manguinhos.

En contra de la tradición y a pesar de que la visita se consideró de "alto riesgo" por el clima social del país, Francisco quiso usar en Brasil un papamóvil sin blindajes para estar más cerca de los fieles. También en las favelas.

"Trabajen por un mundo más justo"

“Ningún esfuerzo de pacificación será duradero, ni habrá armonía y felicidad para una sociedad que ignora, que margina y abandona en la periferia una parte de sí misma", dijo este jueves en el recorrido por la comunidad de Varginha, en la favela de Manguinhos. Esta comunidad, localizada en el norte de Río de Janeiro, estuvo marcada por la violencia del narcotráfico y de la delincuencia hasta que fue recuperada por la policía hace menos de un año.

"Me gustaría hacer un llamamiento a quienes tienen más recursos, a los poderes públicos y a todos los hombres de buena voluntad comprometidos en la justicia social: que no se cansen de trabajar por un mundo más justo y más solidario. Nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que aún existen en el mundo", dijo en una declaración que retomó la propuesta de Rousseff al Papa de formar una alianza por la igualdad .

Ante un millón de jóvenes, según el Vaticano, de 190 países en la playa de Copacabana, Francisco dijo que “el dinero y el poder pueden ofrecer un momento de embriaguez, la ilusión de ser felices, pero, al final, nos dominan y nos llevan a querer tener cada vez más, a no estar nunca satisfechos". Francisco ordenó hace unas semanas la creación de una comisión que regule las cuentas del Vaticano . “¡Qué fiesta de acogida tan inolvidable la de Copacabana! Dios les bendiga a todos ustedes", exclamó en la ceremonia.

Instituciones políticas: "egoísmo y corrupción"

Francisco realizó este viernes en la playa de Copacabana el Vía Crucis de la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud, uno de los momentos esperados para los varios cientos de miles de jóvenes que asisten provenientes de unos 190 países.

El pontífice llegó al tradicional rito en el papamóvil, en el que recorrió todo el paseo marítimo de Copacabana, de cuatro kilómetros de largo, hasta el lugar donde está levantado el palco, en la otra punta de la playa.

En un mensaje a los asistentes, el Papa dijo que con la cruz Jesús se une a los muchos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas "porque ven egoísmo y corrupción" o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, "por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio", de acuerdo con un reporte de la agencia

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