El papa Francisco atrae más audiencia que los Rolling Stones en Brasil
Una multitud llenó este sábado la playa de Copacabana para participar en una oración con el papa Francisco.
El Pontífice se dirigió a los peregrinos católicos que llegaron para celebrar la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Los organizadores dicen que cerca de tres millones de personas asistieron al evento, según estimaciones de la alcaldía y de la policía. Eso representa casi el doble de los 1.6 millones de fanáticos que estuvieron en un concierto de los Rolling Stones en 2006, y equivale a la cantidad de personas que celebraron la llegada de un nuevo milenio en el 2000.
CNN no pudo verificar la información.
A medida que el papamóvil se acercaba al escenario, la multitud detrás de las rejas en ambos lados de las calles mostraba a Francisco sus pancartas y banderas.
El Papa dijo a los jóvenes que ellos eran los "protagonistas del futuro".
"En sus corazones jóvenes está el deseo de construir un mundo mejor", agregó. "He seguido de cerca las noticias de muchos jóvenes que en todo el mundo han salido a las calles para expresar su deseo de una sociedad más justa y fraterna".
Les dijo a los manifestantes que deben estar motivados por los valores del Evangelio y superar la apatía "con una respuesta cristiana a los problemas sociales y políticos presentes en sus países".
La vigilia de oración había sido programada para celebrarse en un terreno a las afueras de Río de Janeiro en el Campus Fidei (Campo de Fe), pero los organizadores tuvieron que cambiar la sede por las inundaciones.
"Hoy, como siempre, el Señor necesita a los jóvenes para su iglesia", dijo Francisco. "Ustedes están llamados a construir una iglesia más hermosa y un mundo mejor".
El campamento nocturno
Banderas de todo el mundo destacaban en la playa y delimitaban el territorio de los peregrinos, quienes tenían previsto pasar la noche en la playa en sacos de dormir, para tener un lugar en la misa final de este domingo.
"Esto es lo que la Iglesia necesita ahora. Él trajo energía y mucha alegría", dijo Yana Eslovaquia, quien acudió con sus compañeros de la iglesia de St. Anne, una comunidad católica fuera de Houston, Texas.
"En una Iglesia que ha experimentado una hemorragia de fieles, esta noche es una clara indicación de que los jóvenes todavía están dispuestos a considerar esta Iglesia como su casa", dijo el reverendo Thomas Rosica, un sacerdote canadiense que ha estado trabajando con el equipo de comunicaciones del Vaticano.
"Tal y como la elección de Juan Pablo II envió mensajes de alto voltaje al régimen comunista que eventualmente cayó, creo que la elección de Francisco también ha enviado varios golpes a las sectas superficiales que han causado la hemorragia de la Iglesia en esta parte del mundo.
Más temprano, en un discurso dirigido a los obispos brasileños, el papa Francisco reprendió a la Iglesia por la pérdida de muchos de los fieles que se han ido a otras religiones, al decir que deben trabajar más duro para estar cerca de las ovejas y de emplear una "gramática de la simplicidad".
"A veces perdemos a la gente, porque ellos no entienden lo que estamos diciendo, porque hemos olvidado el lenguaje de la sencillez y hemos importado un intelectualismo ajeno a nuestra gente", dijo a los 300 obispos que se reunieron para el almuerzo.
El Vaticano calificó ese discurso como uno de los más largos y más importantes de Francisco hasta ahora. Y marca el tono de lo que puede esperarse sobre su estrategia para la unidad de la Iglesia católica.
El Papa insta a los sacerdotes a salir de la oficina
Francisco reiteró un mensaje familiar, al animar a los sacerdotes y jerarcas a salir de sus parroquias para llegar a la gente, especialmente a los marginados de la sociedad.
Brasil tiene más católicos que cualquier otro país del mundo, pero el número ha disminuido en las últimas décadas. Según el Censo de 2010, solo el 65% de la población total de 191 millones se considera católica, frente al 74% en 2000.
En el mismo período, el porcentaje de brasileños que se consideran evangélicos creció del 15% al 22%.
Francisco reflexionó este sábado sobre las causas. "Quizá la Iglesia parecía demasiado débil, tal vez demasiado alejada de sus necesidades, tal vez demasiado pobre para responder a sus inquietudes, tal vez fría, quizás también se estancó en ella misma, tal vez una prisionera de sus propias fórmulas rígidas", dijo.
"Tal vez el mundo parece haber convertido a la Iglesia en una reliquia del pasado, no apta para nuevas preguntas; tal vez la Iglesia podría hablar con la gente en su infancia, pero no a quienes son adultos".
El Papa llegó a Río de Janeiro este lunes antes del inicio de la Jornada Mundial de la Juventud.
Antes de reunirse con los obispos este sábado, ofició una misa en la Catedral de Río de Janeiro y luego se reunió con políticos y líderes de la sociedad brasileña en el Teatro Municipal.
John Allen contribuyó con este reporte