Al Shabaab marca un nuevo camino para el terrorismo en Nairobi
El asalto de al Shabaab en un centro comercial de Nairobi, Kenya, alarma por su audacia, su escala y lo sofisticado del plan. Ambos, la elección del objetivo y el método, van acorde con el nuevo método de acción de al Qaeda.
Pocos expertos en contraterrorismo están sorprendidos de que el grupo somalí lanzara otro ataque en la capital de Kenya , pues había amenazado con vengarse desde que las fuerzas kenianas entraron al corazón del al Shabaab, en el sur de Somalia.
Ataques a pequeña escala, a menudo realizados con granadas de mano, han provocado muertes en las calles de Nairobi. En septiembre de 2012, las autoridades de Kenya dijeron que habían frustrado un plan para atacar espacios públicos en Nairobi. Las autoridades también frustraron en 2007 un plan del grupo contra turistas occidentales.
Pero el alcance del asalto en el centro comercial Westgate –y especialmente sus similitudes con el ataque en Bombay, India en 2008– muestran que al Shabaan ha llevado su habilidad para realizar golpes fuera de Somalia a otro nivel.
El grupo provocó una carnicería en África, cuando llevaron a cabo ataques con bombas en bares y restaurantes Kampala, capital de Uganda, la noche de la final de la Copa del Mundo en 2010. Más de 60 personas murieron. Al Shabaab dijo que los ataques estaban relacionados con el rol de Uganda en la Unión Africana al apoyar al gobierno de Somalia en Mogadiscio.
Pero el ataque en el centro comercial Westgate fue muy diferente. Involucró a quizá 10 hombres armados que usaron varios puntos de entrada en ese sitio ubicado en un barrio de lujo. El asalto derivó en una toma de rehenes, lo cual atrajo una publicidad máxima.
Al Shabaab dijo que la planeación de los ataques tomaron meses de entrenamiento, y a medida que se desarrollaba, el grupo envió comentarios a través de su cuenta de Twitter.
“Los muyaidines entraron al centro comercial Westgate hoy alrededor de la media noche y todavía están adentro combatiendo a los kuffar (infieles) kenianos en su propio territorio”.
Postulados de al Qaeda
La operación cumple con los requisitos que Ayman al Zawahiri, de al Qaeda, publicó en un mensaje que dio a conocer hace más de una semana.
Asegurarse que el objetivo sea de occidente. El centro comercial Westgate tiene varios establecimientos israelíes y es popular entre extranjeros. Entre las víctimas mortales están tres ciudadanos británicos, dos franceses y dos canadienses, según sus respectivos gobiernos. En su mensaje del 13 de septiembre, al Zawahiri advirtió de los ataques a países no occidentales que fueran parte del régimen de las “fuerzas estadounidenses”. Kenya, con su larga tradición pro-occidental y sus relaciones cercanas con ejércitos de occidente, cumple con ese requisito.
Tomar rehenes donde sea posible. Al Zawahiri recomendó tomar “ciudadanos de países que participan en la invasión a naciones musulmanas” para que sus prisioneros puedan ser intercambiados.
Tratar de evitar víctimas musulmanas. Al Shabaab dijo en su cuenta de Twitter que sus hombres escoltaron a los musulmanes para que salieran del centro comercial antes de llevar a adentro a los “infieles”. Testigos dijeron que los hombres armados en Westgate trataron de identificar a los musulmanes preguntándoles el nombre de la madre de Mahoma, y le dispararon a quién no lo sabía.
Nairobi es vulnerable a los ataques de al Shabaab no tanto por su amplia comunidad somalí, muchos de ellos refugiados de las largas guerras en su país, y quienes viven en el distrito de Eastleigh. Conocido como “pequeño Mogadiscio”, el distrito es hogar de aproximadamente 250,000 somalíes. Y al Shabaab está bien establecido ahí, recolectando dinero y reclutando a nuevos militantes.
Al Shabaab también tiene un aliado en el grupo keniano Hijra, el cual tiene una fuerte presencia en Eastleigh en la ciudad costera de Mombasa. Investigadores tratarán de saber si Hijra jugó un rol en el ataque en el centro comercial. Los militantes de Hijra de Kenya son sospechosos de ser responsables de múltiples ataques de pequeña escala en el país.
Esta es una tendencia preocupante, según analistas. Mientras los combatientes somalíes de al Shaabba no están acostumbrados a operar en el extranjero, los que no son somalíes se han estado entrenando con el grupo del sureste de Somalia. Al Hijra es el grupo que más ha crecido con el entrenamiento. Fundado en una mezquita de Eastleigh en 2008, al Hijra tomó ventaja de la creciente radicalización entre una minoría de 4.3 millones de musulmanes en Kenya para construir una presencia significativa en Nairobi y Mombasa.
Una ofensiva contra al Hijra por parte de las autoridades de Kenya, ayudadas por Estados Unidos, ha debilitado al grupo. De acuerdo con un reporte de 2013 de las Naciones Unidas, “los miembro de al Hijra sufrieron asesinatos inexplicables, desapariciones, continuas detenciones y liberaciones y frustración de planes”. Pero al Hijra está lejos de ser vencida. De acuerdo con un reporte de Naciones Unidas, ha establecido vínculos con al Shabaabn en el este de África y está enlistando a combatientes que están llegando de Somalia “para llevar a cabo nuevas y más complejas operaciones”. Su liderazgo se ha vuelto más cercano a al Qaeda a través de figuras como Abubakar Shariff Ahmed, conocido como Makaburi, y quien se cree favorece ataques a larga escala en Kenya en apoyo a al Shabaab.
Al Shabaab tiene otras alianzas valiosas en la región, incluido el gobierno de Eritrea, el cual lo ve como un aliado útil contra su archienemigo Etiopía. Un grupo de monitoreo de Naciones Unidas reportó en 2011 que los registros financieros y movimiento de cargamentos indicaban que Eritrea le daba un apoyo más que humanitario a al Shabaab.
En septiembre de 2011, el Comando Africano de Estados Unidos advirtió que al Shabaab, Boko Haram en Nigeria, y al Qaeda en el Magreb, estaban tratando de sincronizar sus esfuerzos para lanzar ataques contra intereses occidentales.
La incursión keniana
La capital de Kenya se convirtió en un objetivo vulnerable cuando las tropas de ese país apoyaron ataques aéreos contra Somalia en 2011 en respuesta a una creciente violencia fronteriza. Al Shabaab inmediatamente advirtió que la incursión tendría “consecuencias catastróficas”.
Lo que se esperaba que fuera un compromiso limitado se convirtió en una estrategia de un año a través de las cuales las fuerzas kenianas tomaron el puerto de Kismayo, aunque al hacerlo aumentaron dramáticamente el tono de al Shabaab. De acuerdo con las Naciones Unidas, al Shabaab recolectaba entre 35 y 50 millones de dólares anuales en cobros a negocios en Kismayo y dos puertos secundarios de la costa alta, aproximadamente la mitad de sus ingresos anuales.
Su expulsión de Kismayo cambió la dinámica de al Shabaab. Antes, el grupo evitaba grandes ataques contra Kenya debido a su importancia en el reclutamiento, logística y recolección de fondos. Los comandantes de al Shabaab sabían que la represión de la policía en sus intereses somalíes a Kenya sería devastadora para la comunidad empresarial somalí, lo que crearía una reacción en su contra. Pero tras la pérdida de control de Kismayo, las cosas cambiaron.
En marzo, al Shabaab advirtió que los kenianos no podrían dormir tranquilos en Nairobi mientras sus soldados estuvieran en Somalia. Durante el ataque, el grupo tuiteó: “Por mucho tiempo hemos hecho la guerra contra los kenianos en nuestra tierra, llegó el momento de cambiar el campo de guerra y llevarla a su tierra”.