Terroristas de Somalia mantienen su amenaza tras el ataque en Kenya
Aún no hemos terminado. Ese fue el mensaje que los terroristas de al Shabaab enviaron a Kenya el miércoles, mientras las autoridades buscaban entre los escombros las pistas que quedaron tras la reciente masacre que cobró la vida 67 personas en un centro comercial de Nairobi.
El grupo militante somalí entregó el comunicado a los medios regionales, que a su vez lo enviaron a CNN. Durante cuatro días, empezando el 24 de septiembre, los combatientes de al Shabaab esparcieron balas y llamas a lo largo del centro comercial Westgate de Nairobi. Lo dejaron parcialmente destruido, manchado de sangre y cubierto de cadáveres.
Los miembros del gobierno keniano callaron sobre lo que habían visto adentro tras una inspección que se llevó a cabo a principios de esta semana. CNN descubrió que los atacantes del centro comercial Westgate torturaron a algunos de los rehenes.
Los médicos militares señalaron que los militantes cortaron manos, narices y, en algunos casos, colgaron a los rehenes. CNN vio pruebas fotográficas de una víctima fallecida a la que le habían amputado una mano.
Se espera que en los próximos días y semanas, los legisladores interroguen intensamente a las autoridades de los servicios de inteligencia para saber más sobre la forma en la que ocurrió el ataque.
¿Les avisaron?
Varios miembros del gabinete keniano y algunas autoridades de defensa recibieron un aviso sobre la posibilidad de que al Shabaab estuviera planeando atacar un ataque de ese tipo un año antes de que los hombres armados irrumpieran en el centro comercial de Nairobi, de acuerdo con varias fuentes en la policía y los servicios de inteligencia.
El Servicio Nacional de Inteligencia del país emitió las advertencias como parte de los reportes situacionales regulares que se presentan ante los miembros del gabinete, el inspector general de la policía, los miembros del Consejo Asesor de Seguridad Nacional y las autoridades de inteligencia de las fuerzas armadas.
El equipo de CNN vio una versión electrónica de esos reportes, que contienen una extensa lista de amenazas terroristas procedentes de varias regiones de Kenya durante un periodo prolongado, pero también se especifica que al Shabaab era una amenaza para varios objetivos, entre ellos el centro comercial Westgate.
La noticia de las advertencias llega junto con las revelaciones de que el centro comercial, al que acudían occidentales y turistas, se consideraba un blanco para el terrorismo desde hacía mucho.
Al Shabaab emitió comunicados en los que asumía la responsabilidad e incluso declararon en Twitter que habían enviado a los pistoleros en represalia por la intervención de Kenya en el esfuerzo militar que la Unión Africana emprendió contra el grupo, el representante de al Qaeda en Somalia .
Las fuerzas kenianas mataron a cinco terroristas y 11 personas más se encuentran bajo custodia por su probable relación con los ataques, señaló el presidente de Kenya, Uhuru Kenyatta.
Sin embargo, falta una enorme cantidad de trabajo por hacer para descubrir cómo al Shabaab logró desarrollar un ataque tan bien coordinado y desafiante . Se creía que el grupo terrorista estaba maltrecho a causa de las recientes derrotas en Somalia, su país de origen.
La intervención militar de Kenya
El año pasado, las fuerzas armadas de Kenya participaron en una fuerza pacificadora que derrotó a las fuerzas de al Shabaab para liberar el puerto estratégico de Kismayo en Somalia.
Desde que Kenya emprendió ataques contra al Shabaab en Somalia en 2011, el grupo ha lanzado granadas contra iglesias, paradas de autobús y otros sitios públicos.
El ataque en el centro comercial fue el ataque terrorista más letal en el país desde que al Qaeda hizo estallar la embajada estadounidense en 1998, cuando murieron 213 personas.
Los expertos en terrorismo dicen que el ataque tiene similitudes escalofriantes con el sitio que ocurrió en 2008 en un hotel en Mumbai, India, un objetivo importante y de gran atractivo para los turistas. Un grupo terrorista pakistaní, Lashkar-e-Tayyiba, sitió el hotel por más de tres días y mató a 166 personas.
Ben Brumfield colaboró con este reportaje.