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Ayudantes de príncipes británicos: blanco del 'hacking' en Gran Bretaña

Dos exeditores del tabloide están acusados de conspirar para tener acceso a los celulares de los asistentes de los príncipes británicos
vie 29 noviembre 2013 12:26 PM
exeditora de news of the world es interrogada
rebekah-brooks exeditora de news of the world es interrogada

Se hicieron cientos de intentos por "hackear" los teléfonos móviles de los asistentes de los príncipes británicos Carlos, Guillermo y Enrique, según se pudo conocer durante el juicio contra dos de los antiguos altos ejecutivos de Rupert Murdoch, el magnate de los medios de Gran Bretaña.

El investigador privado de News International, Glenn Mulcaire, usó 296 veces una "línea privada"—que desviaba líneas telefónicas fijas a través de un número de teléfono móvil— con la intención de acceder a los mensajes telefónicos de Mark Dyer, heredero del secretario privado de la corona británica, según explicó el detective Richard Fitzgerald al tribunal.

Entre octubre de 2005 y agosto de 2006 se intentó hackear en 416 ocasiones el correo de voz de Jamie Lowther-Pinkerton, secretario privado de los príncipes Guillermo y Enrique.

Las acusaciones se presentaron durante el juicio contra Rebekah Brooks y Andy Coulson, exeditores del diario News of the World, a quienes se les acusó de conspirar "para interceptar comunicaciones durante su transmisión, sin autorización legal" entre octubre de 2000 y agosto de 2006. Ellos niegan su culpabilidad.

Otros exempleados del tabloide que cerró en 2011 —Stuart Kuttner, Greg Miskiw, Ian Edmondson, Neville Thurlbeck y James Weatherup— también están acusados. Todos niegan su culpabilidad.

Mulcaire recibió una condena por interceptar teléfonos en 2006 y ya se declaró culpable de los cargos de hackeo en este caso.

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Unas horas antes mostraron al jurado unos pizarrones que estaban en la oficina y la casa de Mulcaire, en los que se veían números telefónicos, contraseñas de redes de telefonía móvil y nombres como el de la tenista Venus Williams y de Rebekah Brooks con su apellido de soltera: Wade.

Los pizarrones contenían mensajes que advertían que había que evitar a ciertos miembros del personal que trabajaban para las empresas de telefonía móvil. Al principio del juicio, se mostró al jurado una cinta en la que se escucha que Mulcaire, haciéndose pasar por un ingeniero, recibía números de identificación personal (NIP) de parte de los proveedores de telefonía móvil.

Al presentar las pruebas durante el juicio, Fitzgerald dijo que los mensajes del correo de voz podían interceptarse fácilmente a principios de la década pasada. Cuando la fiscalía le preguntó si esto se debía a una falla de seguridad de los proveedores de redes móviles, Fitzgerald respondió: "Estaría de acuerdo en que está claro que no eran suficientes".

Manual de hacking

Unas horas antes, Fitzgerald explicó al jurado cómo se hackea un teléfono móvil.

El primer método es marcar el número de celular del objetivo; si estaba ocupado o si el teléfono estaba apagado, se activaba el correo de voz. Se podía interrumpir el mensaje del correo de voz al presionar la tecla "*", "#" o "9" y escuchar los mensajes guardados al teclear un NIP por defecto —como "3333" o "1010", según la red británica que usara el objetivo— ya que muchos usuarios rara vez cambian los NIP.

Si el hacker llama al mismo número con dos teléfonos, la primera llamada haría que la línea estuviera ocupada, por lo que la segunda llamada entraría directamente al correo de voz. El primer teléfono incluso podría programarse para interrumpir la llamada antes de que el objetivo se diera cuenta de que le habían llamado.

Otra técnica consiste en marcar un número que dirige directamente al correo de voz de una persona, explicó Fitzgerald. El hacker podría entonces tener acceso a los mensajes al teclear un código; una vez más, estos códigos que forman parte de la configuración por defecto del teléfono celular a menudo no se cambian.

Además de estar acusados de conspirar para interceptar comunicaciones, Brooks, Coulson, Kuttner, Miskiw, Thurlbeck y Mulcaire están acusados de interceptar los mensajes del correo de voz de la estudiante británica Milly Dowler , quien estuvo desaparecida y a la que encontraron muerta en 2002.

Brooks, su esposo Charlie Brooks y su ex asistente personal, Cheryl Carter, también están acusados de conspiración por obstruir la investigación policial del hackeo de los teléfonos.

Los acusaron en mayo de 2012 junto con el exchofer de Brooks, un guardia de seguridad y otros miembros del equipo de seguridad de News International —que entonces era la matriz de News of the World— por cargos de intento de obstruir la impartición de justicia.

El escándalo de hackeo provocó que el primer ministro británico, David Cameron, designara un comité investigador independiente a cargo del Lord Magistrado Leveson, que hará recomendaciones sobre ética periodística y examinará la relación de la prensa con el público, la policía y los políticos.

El juicio se reanudará el miércoles.

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