Rusia libera a los activistas de Greenpeace tras dos meses de prisión
La tripulación y los activistas detenidos cuando iban a bordo del rompehielos Arctic Sunrise de Greenpeace ya son libres para volver a sus países, luego de que la Justicia rusa retirara este miércoles todos los cargos contra ellos en virtud de una amnistía general aprobada la pasada semana.
29 de los 30 detenidos, que pasaron dos meses en prisiones rusas, fueron notificados sobre el sobreseimiento de la causa penal por la que habían sido acusados de gamberrismo.
El marinero italiano Cristian D'Alessandro no pudo completar el procedimiento legal que da por terminada la desventura de los ecologistas en Rusia debido a que no tenía traductor, y tendrá que esperar un día más, según el abogado de Greenpeace, Andréi Suchkov.
En su cuenta de Twitter, la organización anunció sucesivamente el cierre de los procesos contra el turco Gizem Akhan, el neozelandés Jonathan Beauchamp, el holandés Mannes Ubels, el capitán estadounidense del navío Peter Willcox, la argentina Camila Speziale, el polaco Tomasz Dziemianczuk, el ucraniano Ruslan Yakushev y el ruso Dimitri Litvinov.
UPDATE:
#Arctic30 activists Mannes, Camila, Pete, Tomasz, Ruslan and Dima have now all had their cases officially dropped!
— Arctic Sunrise (@gp_sunrise) diciembre 25, 2013
La comisión de investigación notificó este martes al británico Anthony Perrett el final de la investigación contra él.
Por el momento, todos los activistas permanecen en la antigua capital imperial rusa, donde, según adelantó el martes un portavoz de Greenpeace, tienen intención de reunirse este miércoles por la noche para celebrar la Navidad.
Los 30 miembros de la tripulación del navío, entre ellos dos argentinos y una brasileña, fueron detenidos en septiembre tras una acción contra una plataforma petrolera de Gazprom en el Ártico. Tras ser trasladados a San Petersburgo, fueron puestos en libertad bajo fianza en noviembre.
De la tripulación, 26 personas no son rusas. Sin la visa de su pasaporte que certifica su entrada legal en el país, hasta el momento los militantes ecologistas no pudieron abandonar el territorio ruso .
Imputados en un primer momento por piratería, un crimen castigado con hasta 15 años de cárcel máximo, finalmente fueron inculpados por vandalismo, un delito que se castiga con una pena de hasta siete años de cárcel.
La tripulación del barco de Greenpeace habían firmado este lunes un documento en el que no se oponían a la ley de amnistía, aprobada la semana pasada por el parlamento ruso.