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"No tenían nada que ver", dice el padre de dos niños muertos en Tailandia

Una niña de seis años y un niño de cuatro fallecieron por la explosión de una granada en una manifestación afuera de un centro comercial
mié 26 febrero 2014 08:14 AM
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Una niña de seis años murió junto a su hermano menor por la explosión de una granada durante una protesta en Tailandia. En su funeral, había una foto en la que vestía una camiseta con la leyenda: "Amo a papá".

"Me pidió que se la comprara para ponérsela en el Día del Padre", dijo su papá, Thayakorn Yotubon, mientras le salían lágrimas. 

La violencia en las manifestaciones en el país ha aumentado en días recientes y al menos tres niños han fallecido. Este fin de semana, una granada estalló afuera de un centro comercial en Ratchaprasong, en el área de Bangkok. Ahí murieron Cake, su hermano Kane y una mujer de 40 años.

Otra niña de cinco años perdió la vida por un balazo, en la provincia de Trat, en el este.

Thayakorn, quien trabaja como asistente personal y chofer, contó que pasaba cada día con sus hijos y que jamás los dejaba solos. 

El día en que quedaron en medio del ataque era especial, pues su tía que los visitaba de otro lugar los había llevado junto a su primo a pasear. Esperaban por un tuk tuk o taxi cuando una granada fue lanzada cerca de una manifestación en contra del gobierno, afuera del centro comercial donde estaban. 

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Cake y Kane murieron por las heridas, mientras que su primo, de ocho años, se encuentra en estado crítico en un hospital. Su pequeña gorra de beisbol quedó ensangrentada en la escena. 

CNN ha estado cubriendo los disturbios en Tailandia afuera de edificios gubernamentales, pero esta vez era un funeral de dos niños. El equipo en el sitio se preguntaba si debía estar ahí y filmar a los dolientes, pero la familia invitó al personal a pasar y habló con éstos todo el tiempo.

"Mis hijos eran solo niños, dulces niños. Eran muy jóvenes, no debieron hacerles esto... Eran solo niños inocentes, no tenían nada que ver con esto", dijo el padre, Thayakorn.

La madre, quien estaba sentada en la parte trasera, no podía levantar la cabeza, secarse las lágrimas o hablar con los que estaban a su lado. Miembros de su familia le ayudaron a pararse y a mantenerse de pie para caminar hacia los cuerpos de sus hijos.

"Estos no son mis hijos", gritó. "Ellos no se ven de esa manera".

Cuerpos de niños

Los cuerpos de los niños estaban vendados, juntos. Sus rostros no tenían expresión, ni la alegría que su padre describió. 

"Eran niños felices, inocentes y sensibles", dijo Thayakorn. "Les encantaba estar cerca de nosotros, su madre y su padre, todo el tiempo. Eran niños dulces".

Fue una ceremonia budista. En los últimos ritos, miembros de la familia vierten el agua a través de las manos de la persona para simbolizar el retorno del cuerpo a los elementos. Pero esas manos eran demasiado pequeñas.

La madre luchó para llevar a cabo la ceremonia. No podía mirarlos. Incluso el monje budista parecía no tener palabras.

Los funerales budistas en Tailandia son a menudo acontecimientos sombríos, con poca emoción y expresiones de dolor. Pero el fallecimiento de dos niños inocentes en tales circunstancias era demasiado para todos los asistentes. Los familiares y amigos estaban tan angustiados que no podían pronunciar palabras de consuelo.

Y cuando el padre llegó a realizar los rituales, se puso de rodillas, hablándoles a sus hijos. "Eran demasiado jóvenes para morir".

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