Un grupo de ucranianas dice 'no' al sexo con los rusos por Crimea
Las sanciones políticas y económicas no disuadieron a Rusia de afirmar que Crimea ya es parte de su territorio, pero ahora un grupo de mujeres ucranianas se moviliza por un nuevo tipo de embargo: no tener sexo con hombres rusos.
No se lo dé a un ruso es el nombre de una campaña lanzada en Facebook, que busca sumarse a las protestas contra las acciones del país en el territorio de Ucrania.
"Usted necesita enfrentar al enemigo de la mejor manera posible", sugieren las organizadoras en su sitio web. "Tratamos de hacer esto de manera provocadora porque atrae la atención", dijo Irena Karpa, escritora ucraniana y bloguera.
"El más profundo sentido de la campaña es no regalar la dignidad, la libertad, la patria. Se refiere más a las políticas del presidente ruso Vladimir Putin , no es racista", dijo Karpa.
La campaña incluye a mpresarias, periodistas y escritoras, informó Karpa, quien explicó que la frase "No se lo dé a un ruso" es una versión moderna de un verso del popular poeta ucraniano Taras Shevchenko: "Enamórense, doncellas de oscuras cejas, pero no de un ruso".
Opinión: El poder de la mujer, más allá de una huelga sexual
El grupo en Facebook tiene más de 2,500 "me gusta" .
Las activistas ucranianas siguen el ejemplo de mujeres de Liberia, Kenia, Togo, Colombia y otros países que en el pasado realizaron huelgas de sexo por causas políticas y sociales.
La actual presidenta de Liberia y premio Nobel, Ellen Johnson Sirleaf, pidió en 2003 a las mujeres de su país realizar una huelga de sexo para presionar por la paz, en medio de la guerra del país.
En 2012 fue el turno de la activista de Togo, Isabelle Ameganvi, quien llamó a las mujeres a realizar una huelga de sexo por una semana para exigir la liberación de manifestantes de la oposición detenidos antes de que se realizaran elecciones en esa nación africana.
Otro caso ocurrió en 2011, en Colombia, donde un grupo de unas 300 mujeres del distrito Barbacoas, en el sureste del país, inició una huelga de sexo para exigir que en su comunidad fuera construida una carretera.
La idea original proviene de la obra de teatro Lisístrata, escrita por Aristófanes, donde las mujeres rechazan acostarse con los hombres hasta que terminen la guerra del Peloponeso.
