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La comunidad se pregunta el por qué del ataque en Pensilvania

La paz en Murrysville fue interrumpida cuando un joven apuñaló con cuchillos de cocina a 20 de sus compañeros y a un guardia
jue 10 abril 2014 11:56 AM

Un día después de que un estudiante de Pensilvania provocara el caos a lo largo de los pasillos de su escuela mientras blandía dos cuchillos de cocina, sus motivos siguen siendo un misterio.

¿Quién es Alex Hribal, de 16 años , y qué lo atribulaba?

Lo consignaron como adulto y se enfrenta a cuatro cargos de intento de homicidio y a 21 cargos de agresión agravada en relación con las 21 personas a las que hirió.

Algunos compañeros de clase cuentan que tenía pocos amigos y era callado, pero también era "un chico realmente amable".

"No es una familia disfuncional", dijo a CNN el abogado de Hribal, Patrick Thomassey. "Son como la familia Brady. Estos padres tienen una relación activa con sus dos hijos y estamos tratando de descubrir qué ocurrió".

El jefe de la policía de Murrysville, Tom Seefield, dijo que los investigadores aún no entendían qué sucedió. "Creemos, gracias a la investigación, que esto fue aleatorio", dijo al programa New Day de CNN. "En este punto, hasta donde sabemos, nadie era el blanco".

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El hombre que derribó al atacante era un director asistente de 60 años. El administrador, Samuel King, es vecino de Hribal: vive a dos casas de distancia, en la misma calle. 

Una de las líneas de investigación que la policía estudia es la posibilidad de una amenaza telefónica la noche anterior, dijo Seefield. Sin embargo, no hay evidencia contundente.

El FBI confiscó los aparatos electrónicos de Hribal, entre ellos una computadora y un teléfono celular, y los analizarán en busca de pistas, dijo el jefe de la policía.

Los relatos del ataque

Uno de los médicos que trató a seis de las víctimas, principalmente adolescentes, dijo que al principio no sabían que los habían apuñalado. "Solo sentían dolor y notaron que sangraban", dijo Thimoty VanFleet, jefe de emergencias del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh.

"Casi todos dijeron que no habían visto que alguien se les había acercado. Al parecer el pasillo estaba atestado e iban haciendo sus cosas y luego sintieron dolor y empezaron a sangrar".

Una de las víctimas, Brett Hurt, dijo a reporteros este jueves que él solo notó a un "chico" corriendo y que lo golpeó en la espalda.

Un amigo que estaba con él empezó a gritar. "No sé bien qué estaba pasando en ese momento", dijo Hurt desde el hospital. "Todo era muy borroso". 

A medida que el atacante siguió caminando por el pasillo, Hurt empezó a preguntarse si sobreviviría o no. Él sufrió una puñalada en la espalda y tiene lesiones en el pulmón. 

La madre de Hurt dijo que todos deben preguntarse de qué manera aislaron tanto a Hribal para que cometiera un acto así. 

"Estaba muy callado. Simplemente estaba haciéndolo. Tenía esta... mirada en su cara de que estaba loco y solo estaba corriendo y apuñalando a quien se encontraba en su camino", dijo la estudiante Mia Meixner.

De siete heridos atendidos en el hospital Forbes Regional de Monroeville, dos fueron sometidos a cirugías y actualmente están en la unidad de cuidados intensivos, explicó en una conferencia de prensa el médico Chris Kaufmann, jefe de trauma del hospital.

Ambos fueron conectados a equipos de respiración artificial, pero este jueves a uno de ellos le fue retirado el soporte artificial e incluso “ha estado conversando”.

“Van a tener cirugías adicionales”, explicó Kaufmann, pues este miércoles, luego de que fueron ingresados en la unidad de emergencia, los médicos determinaron que no podían realizarles intervenciones quirúrgicas adicionales hasta que estuvieran más estables en su coagulación.

Dos de los siete pacientes que recibió el hospital serán dados de alta este jueves, incluido Hurt, mientras que otros dos podrían abandonar el hospital durante el fin de semana. “A todos les está yendo bastante bien”, dijo Kaufmann.

El sonido del caos

Murrysville, un pueblo con unos 20,000 habitantes, es una comunidad tranquila de clase media ubicado a unos 32 kilómetros el este de Pittsburgh.

"Somos muy pequeños en comparación con otras comunidades", dijo Paula Fisher, quien se mudó de Pittsburgh a ese lugar hace casi 20 años. "Llegué aquí con el propósito de criar a mis hijos en un distrito escolar que nos parecía seguro y sólido académicamente hablando".

Las grabaciones de las llamadas de emergencia que se dieron a conocer después del ataque brindan una especie de banda sonora del terror y el caos que se desarrolló dentro de la escuela.

"No sé qué está pasando aquí en la escuela, pero necesito unas unidades aquí lo más pronto posible", dice un oficial.

Unos minutos después, en otra llamada, otro oficial cuenta agitadamente detalles de las víctimas: "Hay unos 14 pacientes en este momento".

Luego hay otra llamada de auxilio. "Atención, dentro de la escuela hay varias víctimas apuñaladas", relata uno de los oficiales. "Traigan a todos los servicios médicos de emergencia que puedan conseguir".

Sudaderas vueltas torniquetes

Los estudiantes que estaban afuera de la escuela escucharon que la alarma de incendios. La orden de evacuación probablemente ayudó a que más gente saliera de la escuela, dijo Seefeld.

Los estudiantes corrían por todas partes y reinaba "el caos y el pánico", señaló el jefe policial. 

El estudiante Matt DeCesare vio a dos estudiantes salir de la escuela cubiertos de sangre. Luego vieron que los maestros corrían y pedían sus sudaderas a los estudiantes.

"Todos nos quitamos las sudaderas y se las dimos a los maestros para que los usaran como torniquetes para detener el sangrado", dijo DeCesare.

Este jueves, Seefield aplaudió la reacción de los maestros. La policía se reúne con ellos frecuentemente y la escuela tiene planes de reacción ante la violencia, dijo.

"Todo se conjuntó", dijo.

Los investigadores terminaron de recabar pruebas en la escuela, señaló. "La escena del crimen era bastante sangrienta". Unos 50 agentes del FBI y de las corporaciones policiales locales han colaborado en el caso, agregó.

"No estoy seguro de que sepa lo que hizo" 

Hribal no podía parecer más normal, de acuerdo con la descripción de su abogado.

"Escuché estos rumores de que lo acosaban. No creo que eso sea cierto", dijo Thomassey. "Estoy seguro de que en cierto punto descubriremos que causó esto. Tal vez ocurría algo en la escuela de lo que no estoy al tanto o de lo que ni siquiera sus padres están al tanto aún".

Hribal tampoco parecía caer en el estereotipo de los jóvenes con mucha actividad en internet. 

De acuerdo con Dan Stevens, coordinador adjunto de manejo de emergencias del condado, el chico tenía escasa presencia en Facebook y no tenía mucha experiencia en Twitter.

Thomassey dijo que interpondría un recurso para llevar el caso ante un tribunal de menores. Además, quiere que un psiquiatra lo evalúe.

"No estoy seguro de que sepa lo que hizo, francamente", dijo Thomassey y agregó que Hribal siente remordimiento. "Está asustado. Es un chiquillo", dijo el abogado.

El fiscal del condado de Westmoreland, John Peck, se opuso a que se le otorgara fianza; dijo que no había condiciones que protegieran a la comunidad y que "cuando los oficiales lo sometieron", Hribal dijo que "quería morir".

Hribal permanece sin derecho a fianza en el centro de detención juvenil del condado de Westmoreland. Recibió tratamiento para las heridas en sus manos, según la policía.

Una víctima quedó "eviscerada"

La edad de los estudiantes heridos oscila entre los 14 y los 17 años, de acuerdo con Stevens, el coordinador de emergencias. Las heridas fueron laceraciones o punzantes.

Este miércoles había cuatro víctimas en estado crítico, entre ellos uno que quedó "eviscerado" y tal vez no sobreviva, dijo Peck.

La escuela señaló que se celebraron media docena de vigilias de oración durante la noche y que se dispusieron servicios de terapia para los estudiantes.

Pamela Brown y Paul Courson reportaron desde Murrysville; Mariano Castillo y Ben Brumfield escribieron la historia en Atlanta. Chelsea Carter, Miguel Marquez, Greg Botelho, Ashley Fantz, Dana Ford, Jason Hanna, Steve Almasy, Ronni Berke, Justin Lear, Allison Malloy, Stephanie Gallman, Leigh Remizowski, Debra Goldschmidt y Shimon Prokupecz contribuyeron con este reporte.

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