Una huelga en el metro de Sao Paulo provoca caos en la sede mundialista
La huelga "ilimitada" de los empleados del metro de Sao Paulo declarada este jueves causó un embotellamiento récord de 209 kilómetros, el mayor de este año y el tercero mayor de la historia para una mañana, a una semana del inicio del Mundial de futbol.
El tráfico matinal de esta megalópolis de 20 millones de personas genera habitualmente embotellamientos de un promedio de 75 a 105 kilómetros de largo.
El metro de Sao Paulo transporta cada día a unos 4.5 millones de personas.
A pesar del paro, la FIFA manifestó confianza en el torneo. "Nosotros en la FIFA tenemos confianza, el momento será festejado", dijo el presidente de la organización, Joseph Blatter.
"El sentimiento del presidente Blatter y del comité organizador es: 'tenemos el control, no tenemos miedo de los próximos días'", añadió Jerome Valcke, secretario general de la FIFA.
"La huelga es parcial, el metro tiene cinco líneas y tres están parcialmente paralizadas", aseguró una empleada del metro.
En Itaquera, la estación de metro del estadio Arena Corinthians donde se realizará el 12 de junio la ceremonia de inauguración de la Copa del Mundo y se jugará el primer partido (Brasil-Croacia), varios pasajeros rompieron las rejas de entrada. La gente se agolpaba para entrar al tren, que no estaba operando, y algunos pasaron incluso a los rieles.
"El problema va a ser volver en la noche. No vale ni la pena ir, el tren está llenísimo y por la noche va a ser peor. La gente estaba peleándose por entrar al tren", dijo Edith Carvalho, de 40 años, que vive en Itaquera y trabaja en el elegante barrio de Higienópolis, en la zona central de Sao Paulo.
"Vengo de Sao Bernardo dos Campos (en la periferia) y ahora no sé cómo llegar a mi destino; tendré que ir a pie o en bus", señaló por su lado André Luiz Diaz, de 19 años.
Para facilitar los desplazamientos durante la huelga, la alcaldía decidió autorizar a todos los vehículos a circular por las calles, en vez de alternar por matrículas pares o impares como sucede habitualmente.
La situación se ve agravada por la huelga de 75% de los agentes de circulación de tránsito en Sao Paulo.
En la estación Tucuruvi, la cola para tomar un autobús daba la vuelta a una manzana y tenía más de 300 personas, según el sitio G1.
"Voy a trabajar y ya estoy llegando tarde; voy a tener que caminar o tomar un autobús pero no sé cómo llegar sin el metro", lamentó Milene Moreira, de 40 años.
El presidente del sindicato de los empleados del metro, Altino Melo dos Prazeres, dijo el miércoles por la noche que no aceptaría el aumento de sueldo de 8.7% propuesto por la dirección y exige al menos 10%.
En mayo pasado, una huelga de choferes de autobuses provocó caos vehicular y embotellamientos de 168 kilómetros en Sao Paulo.
Aquella huelga coincidió con el paro de policías civiles en varios estados del país para exigir mejoras salariales y reformas a la política de seguridad.