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Marina Silva, la ambientalista de la candidatura inesperada en Brasil

La mujer que amenaza la continuidad de Rousseff en la presidencia se convirtió en candidata tras un accidente aéreo y subió en las encuestas
jue 25 septiembre 2014 09:29 AM

Marina Silva no era la carta fuerte del Partido Socialista Brasileño (PSB) para la elección presidencial de este año, pero ahora las encuestas la colocan como la única candidata que tiene posibilidades de arrebatarle la presidencia a Dilma Rousseff, y terminar así con tres periodos de gobierno del Partido del Trabajo (PT) en Brasil.

Con una historia de superación personal y una reputación nacional e internacional como ambientalista, Silva ha logrado quitarle votos al PT, y ha superado la posición de Aécio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que se colocaba como el segundo favorito.

Sondeos recientes de la empresa MDA de Brasil señalan que la elección se resolvería en una segunda vuelta. Rousseff obtendría el 42% de los votos, un punto más que Silva. El resultado representaría un empate técnico, ya que tiene un margen de error de 2.2 puntos.

La ambientalista buscaba la vicepresidencia como compañera de fórmula de Eduardo Campos, a quien las encuestas no daban posibilidades de ganar.

Pero tras el fallecimiento de Campos en un accidente aéreo en agosto, Silva asumió el rol de candidata presidencial. En poco tiempo logró colocarse a la par de Rousseff, quien parecía ser la ganadora indiscutible.

Lee: Brasil: ¿quiénes son los candidatos y cuáles sus principales propuestas?

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De la pobreza a la política

Silva creció en una familia pobre de 12 hijos en la provincia de Acre, al oeste de Brasil. Cuando tenía 16 años contrajo hepatitis y cinco veces tuvo malaria. Fue analfabeta hasta la adolescencia. Soñaba con ser monja. "Mi abuela me dijo: 'mi hija, una monja no puede ser analfabeta'", recuerda en el portal de su campaña.

Así que estudió, fue trabajadora doméstica, aprendió a leer, se enroló en la escuela pública y se matriculó en la Universidad. Cursó la carrera de Historia.

Su idea de ser monja cambió a inicio de la década de 1980, cuando conoció al ecologista y activista Chico Mendes, asesinado en 1988, una de las primeras voces que denunciaron la destrucción de la Amazonia, y a quien se unió para defender la zona de la deforestación.

Tras su muerte, Silva se dedicó a la carrera política, primero como diputada por Acre y luego convirtiéndose, a los 36 años, en la senadora más joven de Brasil.

"Es una figura muy respetable, tiene una historia muy conmovedora y es percibida como una política honesta", consideró en entrevista Hernán Gómez, académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y especialista en temas de América Latina.

Los factores que han favorecido a la ambientalista de 56 años son "la corrupción en Brasil, que no es exclusiva del PT sino de toda la clase política, además la economía no está yendo tan bien, hay quienes están descontentos por los gastos excesivos en el Mundial, y hay gente que cree que el PT ya cumplió un ciclo y es necesario que haya una alternancia, lo normal en una democracia", consideró.

La bandera ambiental

En 2003 Luiz Inácio Lula da Silva, miembro fundador del PT, llevó a la victoria a su partido. El político nombró a Silva como su ministra de Medio Ambiente, cargo al que renunció en 2008. 

Su dimisión ocurrió luego de que el gobierno decidiera seguir con planes de desarrollar la región amazónica y construir presas, pese a su oposición. La prensa habló de diferencias con Rousseff, entonces ministra de Minas y Energía.

Como senadora, Silva apoyó la protección ambiental de las reservas de Brasil y el desarrollo sustentable. Como ministra de Medio Ambiente logró reducir la deforestación en más del 60% de 2004 a 2007, según su perfil publicado por la ONU.

En 2010, Silva compitió por la presidencia obteniendo el 20% de los votos. Rousseff ganó en segunda vuelta con el 56%.

Contradicciones

La ambientalista se ha mostrado más liberal en materia economica que Rousseff, al decir que al ganar otorgaría independencia al Banco Central del país, lo que daría un mayor peso a los bancos privados en la región, política que va en contra del actual gobierno de izquierda.

La clase media y una buena parte del sector industrial y financiero en Brasil "que quisieran un modelo económico menos volcado hacia el Estado y más en los cánones neoliberales, han encontrado en Marina Silva una alternativa al PT", consideró Gómez.

Ella también ha mostrado diferencias con las propuestas del fallecido Eduardo Campos, que podrían costarle el voto joven.

De religión evangelista, Silva sacó de las propuestas de su partido la legalización del matrimonio homosexual y declaró en septiembre que solo apoya la unión civil.

Además se ha manifestado contra el aborto y la legalización de las drogas. Por eso la presidenta Rousseff la ha llamado "evangelista fervorosa".

Silva también ha suavizado su postura ambiental durante esta campaña.

"Tan se ha suavizado que Marina, que siempre ha estado en contra de los transgénicos, tiene hoy en la candidatura a vicepresidente a Beto Albuquerque, un representante del agronegocio brasileño, sector que se caracteriza por ser bastante protransgénicos y muy dañino con el medio ambiente en sus prácticas agrícolas", consideró Gómez.

Al respecto coincide Eduardo Bueno León, profesor del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Iberoamericana.

"Ella tiene contradicciones y además está siendo promovida, la está respaldando una élite global financiera, que ha llegado a la conclusión de que el modelo de PT en Brasil ya terminó y que el país necesita el libre comercio y la privatización de la empresa del petróleo", explicó.

Alianzas complicadas

Marina Silva ha prometido destinar el 10% del Producto Interno Bruto (PIB) en educación, y pase libre a todos los estudiantes en el transporte público. Pero si llegara a ser presidenta, concretar cambios le sería difícil debido al sistema político. Hay más de 30 partidos registrados y es complicado obtener mayoría legislativa.

"Marina tendría dificultad para formar alianzas en el gobierno, porque el PT ya las tiene bastante aceitadas, ha podido formar alianzas en el Parlamento y es más fácil que tenga mayorías", dijo Gómez.

Brasil tiene el 5 de octubre su primera ronda de votación, con 11 candidatos. Silva dijo a periodistas esta semana que si bien no sería la primera mujer en la presidencia si se ve como "la primera presidente socioambientalista del mundo". 

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