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El gobierno de Dilma Rousseff, ¿altas y bajas 'a la sombra' de Lula?

La presidenta de Brasil que busca la reelección ha dado continuidad al combate a la pobreza, pero su proyecto enfrenta un "desgaste"
lun 29 septiembre 2014 06:30 AM

La mandataria Dilma Rousseff consolidó medidas para reducir la pobreza en Brasil, pero ahora su reelección podría estar en riesgo por la recesión económica, el "desgaste" en el poder de su partido y las expresiones de rechazo hacia la clase política, según analistas.

Rousseff ha replicado medidas sociales y económicas implementadas por su predecesor (2003-2010), sin salirse del guión para reducir la desigualdad, según los analistas consultados. Pero a diferencia de Lula da Silva —que dejó la presidencia con un alto nivel de popularidad—, la administración de Rousseff tuvo circunstancias externas desfavorables.

"A Rousseff le toca vivir el agotamiento de lo que podría llamarse el modelo brasileño. Es decir, llega un momento en que el crecimiento se desacelera, y empiezan a salir a flote otros problemas, que cuando había bonanza no preocupaban tanto", comentó el doctor Rodrigo Salazar, coordinador de la Maestría en Gobierno y Asuntos Públicos de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

"La economía no está yendo tan bien. Brasil está en lo que se llama una recesión técnica", dijo el profesor Hernán Gómez, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

La economía brasileña se contrajo 0.6% en el segundo trimestre de este año; en el primer periodo de 2014 también había tenido una contracción, en ese caso de 0.2%, de ahí que pudiera hablarse de una recesión,  según un reporte de CNNExpansión.

Los especialistas plantean que Rousseff ha tenido éxito al consolidar la continuidad del modelo social y económico de Lula, para reducir la desigualdad. Así que durante su administración no ha hecho un intento por desmarcarse de ese legado, o de implementar con fuerza su propio estilo.

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Pero ahora el "agotamiento" o "desgaste" del proyecto implementado por Lula y el Partido de los Trabajadores (PT), o al menos cierto hartazgo hacia él que han mostrado clases medias y altas de Brasil, es el que podría costarle la reelección.

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"Si uno ve la gestión de Rousseff, es una gestión que intenta reproducir la gestión de Lula, sin la popularidad y el carisma. En lo económico sigue con los mismos parámetros… así que sería muy fácil decir que su principal error fue no cambiar cuando las circunstancias fueron desfavorables", opinó Salazar, de Flacso.

Sin embargo, agregó el especialista, "hubo un cambio de circunstancias externas, que no dependen de su voluntad", así que es difícil precisar si en verdad cometió un error en su política económica, al evitar un viraje o un punto de quiebre respecto a lo hecho por su predecesor.

"El bajo crecimiento que en este momento tiene Brasil es consecuencia también de una caída en el ciclo de crecimiento en América Latina", dijo el doctor Eduardo Bueno León, del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana.

Para Bueno es de destacar que aún en medio de esa consecuencia desfavorable no se haya sacrificado el gasto social. Pero los problemas económicos han sido aprovechados por la oposición, para cuestionar el modelo que impera en Brasil desde el primer gobierno de Lula, dijo.

"Como ocurre con todo gobierno de un partido, de un proyecto, que ha estado 12 años, obviamente hay un desgaste, y en ese desgaste afloran contradicciones", acotó el profesor de la Universidad Iberoamericana.

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"Hay también gente que cree que el PT cumplió ya un ciclo, y que ya es hora de que haya una alternancia", opinó el profesor Gómez, del CIDE, al intentar explicar por qué Rousseff, y en general la clase política brasileña han enfrentado protestas multitudinarias, incluso contra la celebración del Mundial de Futbol.

Cientos de personas salieron a las calles desde el año pasado para pedir mayor inversión pública en educación, transporte y salud, y para pedir un alto a la corrupción, no solo la del Partido de los Trabajadores —que es el de Rousseff—, sino de la clase política en general.

Rousseff prometió atender esas protestas e implementar cambios, pero muchos ciudadanos siguen sin percibir que sean una realidad en diferentes rubros, según los analistas consultados.

Con el contexto de la desaceleración económica en Brasil, y con el ascenso de popularidad que tuvo la candidata Marina Silva, Rousseff sigue dependiendo de la figura de Lula como un factor clave para ganar los votos necesarios el próximo 5 de octubre, fecha de la primera vuelta, y seguir en el poder.

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"Dependerá mucho de cuánta campaña haga Lula a favor de Dilma en las próximas semanas. Si Lula sale a pedir el voto a favor de Dilma Rousseff, eso va a ayudarle mucho", opinó Gómez, del CIDE.

"Lula es una figura, un símbolo, un símbolo con una gran capacidad de arrastre, de legitimidad. Los escándalos de corrupción no lo han alcanzado. El apoyo de Lula es fundamental para Dilma", comentó el doctor Bueno León.

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