Brasil endurece las penas contra la violencia de género
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, sancionó este lunes una ley que determina que la violencia de género sea considerada como un agravante del homicidio con penas de hasta 30 años de cárcel.
La mandataria afirmó que así la violencia contra la mujer pasa a ser en el país una verdadera "cuestión de Estado".
La ley fue aprobada la semana pasada por el Congreso y Rousseff la promulgó en un acto público en el que admitió que en Brasil "15 mujeres mueren cada día por el solo hecho de ser mujeres", así como ocurre con "los negros y los homosexuales", que también son víctimas de la discriminación que existe en la sociedad.
La mandataria se dijo convencida de que solo la mitad de los miles de casos de violaciones de mujeres en Brasil llegan a la justicia, "porque muchas tienen miedo" de denunciar la agresión.
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Según Rousseff, la violencia contra la mujer "ocurre en todas las clases sociales y en todas partes, pero sobre todo dentro de casa", por lo que instó a las agredidas a denunciar cada uno de los casos.
"No acepten la violencia dentro o fuera de sus casas como algo inevitable. Si tienen que salir de casa salgan, que tendrán la protección del Estado brasileño", indicó la mandataria, quien además subrayó que una denuncia hecha a tiempo "puede salvar la vida de una mujer".
Rousseff también pidió combatir al machismo, que "agrede, humilla y, cuando llega al extremo, también mata".
Asimismo, instó a las mujeres a rechazar la idea de que "todo caso de violencia doméstica debe resolverse en casa, porque nadie se debe meter en una pelea" entre marido y mujer.
"Hay que meterse, sí", aseguró la mandataria, quien sancionó la ley que tipifica el feminicidio un día después de la celebración del Día Internacional de la Mujer.
La nueva ley impedirá que los acusados de asesinato de mujeres sean liberados bajo fianza, determina que la violencia de género sea considerada como un agravante del homicidio y establece penas de 12 a 30 años de cárcel.
