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“El agua me llegaba a la cintura”: La devastación que dejó el ciclón 'Pam'

La tormenta dejó 24 muertos al momento y arruinó cosechas, ganado y casas, por lo que actualmente el país se declaró en estado de emergencia
mar 17 marzo 2015 06:31 AM

El ciclón tropical Pam había golpeado la capital de Vanuatu por horas cuando el río Prima se desbordó.

Una pared de agua y lodo llegó a la casa de Sam Upan, tapando las paredes de la iglesia de su vecindario, donde funge como diácono.

Era la media noche del viernes y no tenía más alternativa que salir al viento y la oscuridad.

“¡El agua me llegaba a la cintura!”, dijo.

Upan logró llegar a tierras altas y se refugió en una camioneta estacionada. Afortunadamente, había mandado a su familia a refugiarse al centro de la capital, Port Vila, antes de la tormenta.

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Pero el lunes, tres días después de la tormenta, Uban y sus hijas están sentados en las ruinas de lo que alguna vez fue su hogar. El domingo, construyó una choza temporal para poder dormir. Una penca de plátanos donada por un amigo está en el lodo.

Es la única comida con la que cuenta la familia.

Cerca, Elsie, la hija de Upan, talla el lodo de una playera. Otras familias cerca de este pueblo tropical se enfrentan a dificultades similares tras la tormenta.

Casas endebles

Para muchos occidentales, Vanuatu es un destino vacacional con agua cristalina y yates de lujo. Pero también es uno de los países más pobres del Pacífico y muchos de sus 260,000 habitantes viven en casas muy endebles construidas con lámina.

Esos hogares vulnerables lidiaron el fin de semana con el ciclón Pam, una de las mayores tormentas que han tocado tierra.

El grupo de ayuda Oxfam advirtió que el ciclón pudo ocasionar “uno de los mayores desastres nunca vistos en la historia del Pacífico”.

La tormenta azotó el archipiélago de Vanuatu, consistente en más de 80 islas, el viernes y el sábado, con vientos de 250 kilómetros por hora.

El lunes, la cifra total de la devastación continúa poco clara. Sin líneas de comunicación con la isla, podrían pasar días o semanas antes de conocerla.

Hasta el momento, 24 personas han muerto, de acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.

'Un monstruo'

Baldwin Lonsdale, presidente de Vanuatu, dijo a CNN que la destrucción es mayor a la que su país ha experimentado jamás, describiendo la tormenta como “un monstruo”. Dijo que tomará a este país en desarrollo “un par de años” volver a como estaban antes de que Pam atacara.

En la capital, Port Vila, los residentes todavía resienten el impacto de la tormenta. Miles de personas perdieron su hogar y muchos ganaderos perdieron sus medios de subsistencia.

Muchas personas viven del cultivo de raíces, dijo Jonathan Napat, un oficial de desastres naturales. “De lo que la gente depende se fue por completo”. Están abrumados por la dimensión de la pérdida de comida: “es insostenible, demasiado para contener”, indicó.

Un equipo de CNN que arribó a la capital el lunes vio a más de 100 personas refugiadas en una iglesia. En un valle, los árboles fueron derribados o perdieron sus hojas.

Muchos residentes dijeron que es la peor tormenta que pueden recordar. Y eso que en este país, por lo general llegan ciclones.

Las autoridades indican que el ciclón Pam destruyó o afectó el 90% de las casas en Port Vila, también inundó partes del hospital y destruyó escuelas e iglesias.

'Un golpe demasiado fuerte'

Había algunos signos de progreso en la capital.

La falta de electricidad y de agua corriente no ha detenido a los residentes de trabajar duro para quitar los árboles y las ramas, así como las láminas corrugadas que cayeron de los edificios. El sonido de las cadenas se puede escuchar en toda la comunidad.

El aeropuerto principal ya está en funcionamiento, lo que permite a la milicia australiana y neozelandesa llevar a trabajadores humanitarios y alimento. El primer vuelo comercial desde la tormenta aterrizó el lunes.

Pero la escala de destrucción de la tormenta en las islas del exterior, al norte y sur de la capital, sigue siendo desconocida.

“Es muy preocupante porque esas islas recibieron un golpe demasiado duro”, dijo Tom Perry, vocero de la organización de asistencia CARE Internacional.

Mencionó que CARE espera que los miembros de su equipo vuelen el lunes a las islas del norte y sur del archipiélago.

'Necesitamos su ayuda'

Muchas personas carecen de lo esencial para la vida: agua limpia, comida y refugio.

“Las casas se perdieron, las cosechas fueron destruidas. La afectación es enorme y las personas necesitan nuestra ayuda”, dijo Aurelia Balpe, dirigente de la Cruz Roja en el Pacífico. “A pesar de todo tomará tiempo  antes de que entendamos todos los daños”.

Aproximadamente 60,000 niños necesitan ayuda, indicó UNICEF el domingo.

Vanuatu declaró oficialmente estado de emergencia, abriendo la puerta a otros países para que ayuden.

La localización remota del país es uno de los retos que enfrenta la comunicación internacional. Port Vila está a más de 1,770 kilómetros al noreste de Brisbane, en la costa este de Australia y 2,200 kilómetros al norte de Auckland, la ciudad más cercana de Nueva Zelanda.

Ivan Watson reportó desde Port Vila y Jethro Mullen reportó y escribió desde Hong Kong. Pamela Yokoff, Kristie LuStout, Madison Park y Linda Kinkade contribuyeron a este reporte.

  

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