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Nueve vidas, nueve historias que el tiroteo en Charleston 'apagó'

Las víctimas del tiroteo en una iglesia en Carolina del Sur han sido recordadas por su participación activa dentro de su comunidad
vie 19 junio 2015 04:38 PM

Era un grupo reducido de 13 personas el que se reunía en la Iglesia Episcopaliana Metodista Africana Emanuel para estudiar la Biblia. Se conocían, a excepción de una persona.

No podían saber que este desconocido se convertiría en asesino, un hombre que mataría a nueve feligreses y líderes de la iglesia a sangre fría.

La Policía señaló que Dylann Roof fue a la iglesia de Charleston, Carolina del Sur (Estados Unidos), situada a dos horas de su casa, y mató a tiros al pastor, a otros ministros y a las personas que el 17 de junio habían ido a aprender sobre la Biblia.

Esto es lo que sabemos sobre las víctimas.

El pastor que encaraba la vida con propósito

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El reverendo Clementa Pinckney murió el miércoles haciendo el trabajo para el que siempre tuvo vocación.

Difundía la Palabra cuando él y otras ocho personas cayeron en la masacre.

Pinckney tenía 41 años; se sintió atraído por el ministerio hace casi 30 años, a los 13, de acuerdo con una biografía que se publicó en el sitio web de la iglesia.

Toda su vida apuntó a lo alto. Lo nombraron pastor cuando tenía 18 años. Se graduó con honores de la Universidad Allen y fue presidente de los estudiantes en la escuela de Columbia, Carolina del Sur.

En ese entonces, la revista Ebony lo presentó como uno de los "Mejores universitarios de Estados Unidos".

En 1996, a los 16 años, lo eligieron a la Asamblea de Representantes de Carolina del Sur. Fue la persona más joven en obtener un escaño.

Cuatro años después, los electores lo llevaron al Senado estatal.

Pinckney se volvió aún más influyente a través de su trabajo como legislador y promovió varias causas. Recientemente promovió una legislación para que los policías lleven cámaras corporales porque creía que con ello se salvarían vidas, de acuerdo con su primo Kent Williams, senador estatal.

El articulista David Broder, del Washington Post, lo llamó "un político que daba ánimos y que sorprendentemente no se volvió cínico en lo que respecta a la política".

El asambleísta federal Mark Sanford, exgobernador de Carolina del Sur, estaba entre los que le rindieron tributo el jueves.

"Era un ser humano sobresaliente", dijo Sanford en el programa New Day de CNN. "Tenía una voz áspera y profunda… se podría decir que era la voz de un locutor de radio… y abordaba la vida con esa misma seriedad".

Williams dijo que Pnickney era "un hombre de carácter". "Era un hombre que tenía temor de Dios. Era un hombre de familia".

Williams agregó que "le apasionaba ayudar a los pobres, mejorar la calidad de vida de toda la humanidad, pero particularmente a los más insignificantes entre nosotros".

Le sobreviven su esposa, Jennifer, y dos hijas, Eliana y Malana.

El reverendo que casi sobrevive

Al igual que Pinckney, el reverendo Daniel Simmons era parte del personal de Emanuel y asistía regularmente a las sesiones de estudio de la Biblia de los miércoles.

El hombre de 74 años sobrevivió al tiroteo, pero murió durante la cirugía.

Al principio de su carrera, Simmons sirvió en la Iglesia Episcopaliana Metodista Africana (AME) de Awendaw, al noreste de Charleston.

Una bibliotecaria dedicada a los demás

Cynthia Hurd amaba a Dios, a su familia, a los libros y a su comunidad, según declaró su hermano, Malcolm Graham, a CNN.

La describió como la matriarca de la familia y la fuerza que los mantenía unidos. La bautizaron en la iglesia y asistió a ella toda su vida. Su difunta madre cantaba en el coro. No sorprende que asistiera a un estudio de la Biblia una noche entre semana.

La pérdida de Hurd es "incomprensible" para la Biblioteca Pública del Condado de Charleston, en donde trabajaba.

En un comunicado, la biblioteca señaló que ella era mucho más que una empleada. Hurd "dedicó su vida a servir y a mejorar la vida de los demás".

Las 16 sucursales de la biblioteca cerraron el jueves para honrar a Hurd, de 54 años, quien dirigía la Biblioteca Regional de St. Andrews. Se le cambiará el nombre a esa biblioteca en su honor.

"Pedimos una oración por su familia, sus colegas, su iglesia y su comunidad entera mientras nos reunimos para enfrentar esta trágica pérdida", se leía en el comunicado.

Hurd había trabajado en la biblioteca desde hacía 31 años y "ayudó a los habitantes, se aseguraba de que tuvieran todas las oportunidades para educarse y crecer personalmente", según el comunicado.

Su esposo, Steve, trabaja como estibador en Arabia Saudita. Los familiares están tratando de ayudarle a regresar a casa. Le sobreviven cuatro hermanos mayores, entre ellos Graham, y una hermana.

Una terapeuta del habla y pastora

Sharonda Singleton llevaba lo que parecía ser una vida plena y activa.

Era terapeuta del habla y entrenadora de atletismo en la Preparatoria de Goose Creek, situada a unos 30 kilómetros al norte de Charleston. Había sido atleta en la Universidad de Carolina del Sur en Orangeburg.

También era pastora de la Iglesia AME Emanuel y pertenecía a una familia de deportistas.

Se casó con Christopher Singleton, quien jugaba futbol americano en la Universidad Estatal de Tennessee. Su hijo, Chris, nació en 1995 y juega beisbol en la Universidad del Sur de Charleston.

Antes de luchar contra las lágrimas mientras abrazaba a sus compañeros de equipo, Chris Singleton describió a su madre como "una mujer temerosa de Dios (que) amaba a todos con todo su corazón".

"El amor siempre es más fuerte que el odio", dijo a los reporteros. "Así que si simplemente amáramos como mi mamá amaba, el odio no sería nada parecido a lo que es".

Myra Thompson, maestra de la Biblia

Myra Thompson, de 59 años, también murió en el tiroteo, de acuerdo con el obispo Alphonza Gadsden, quien dio la noticia a la familia de la víctima. Gadsden conocía a Thompson desde hace una década.

"Era una persona que amaba al Señor. Su único objetivo era complacerlo con todo lo que hacía. Ella enseñaba la Biblia cuando la mataron", dijo.

Tywanza Sanders: un joven que 'te hacía sonreír'

La foto del perfil de Tywanza Sanders en Facebook es una selfie en la que se ve a un joven con una magnífica sonrisa y una gorra ladeada. No solo sonreía mucho, sino que hacía felices a sus amigos.

"Si lo conocías, sabías que tenías a un buen amigo de tu lado, sin importar nada", dijo T. J. Grant a CNN. "Te hacía sonreír aunque no quisieras". Su amigo era muy amoroso, particularmente con su familia, dijo Grant. Sanders hablaba con frecuencia de su madre y la iba a visitar todo el tiempo.

El joven de 26 años murió tratando de salvar a su tía, Susie Jackson, según les dijeron a Grant y a A. J. Harley. "Justo así era Tywanza", dijo Hartley, uno de sus mejores amigos. "Siempre ha estado allí para todos, especialmente para proteger a uno de sus familiares… Así que es bueno saber… que no murió en vano".

Sanders era un estudiante callado pero bien conocido por su espíritu cálido y servicial, según un comunicado de la Universidad Allen, de la que se graduó en Administración de Empresas en 2014. Sus amigos le pusieron su nombre a una beca en la preparatoria de James Island porque "en eso creía… en educarse, en estimularse, en crecer intelectualmente", dijo Hartley.

El compromiso de Sanders con su comunidad y su consciencia de su ser eran evidentes en sus publicaciones en las redes sociales, incluso en unas que hizo unas horas antes del tiroteo.

Eso incluye una publicación que hizo en Facebook alrededor de las seis de la tarde del miércoles. Era un video y la frase: "¿Se han dado cuenta de que los medios principales tratan diferente a los manifestantes negros y a los alborotadores blancos?".

Ese mismo día, puso una cita del pionero del beisbol, Jackie Robinson: "Una vida no es importante salvo por el impacto que tiene en otras vidas".

Se trataba de un joven que al parecer quería llegar a alguna parte. Su foto de portada de Facebook (la foto que se despliega detrás de la foto de perfil y que está en la parte superior de la página) tenía solo palabras escritas en colores claros contra un fondo oscuro.

Simplemente decían: "Tus sueños te están llamando".

Una empleada 'líder cálida y entusiasta'

La reverenda DePayne Middleton-Doctor, de 49 años, trabajaba como coordinadora de inscripciones en el centro de aprendizaje de Charleston de la Universidad del Sur de Wesleyan (SWU, por sus siglas en inglés).

"DePayne siempre fue una líder cálida y entusiasta que creía sinceramente en la misión de la SWU de ayudar a los estudiantes a alcanzar su potencial, relacionando la fe con el aprendizaje", dijo Todd Voss, presidente de la universidad.

Middleton-Doctor comenzó a trabajar en el centro de aprendizaje de la universidad en diciembre.

Hizo una maestría en Administración en 1994 tras hacer una licenciatura en Biología y Ciencias Naturales en el Columbia College. Era una experimentada redactora de subvenciones y fue consultora de distritos escolares antes de unirse a la Universidad del Sur de Wesleyan, según la institución.

Sus amigos le dijeron a CNN que tenía cuatro hijas.

Ella todavía cantaba en el coro

Susie Jackson, de 87 años, había sido miembro de la iglesia histórica de Charleston desde hacía mucho, según dijo su nieto a la cadena WEWS, filial de CNN en Cleveland. Tim Jackson recuerda que su abuela era una "persona muy servicial".

Era miembro del coro y también pertenecía al consejo de ujieres de la iglesia, a la que había pertenecido desde hacía muchos años.

Susie Jackson era una persona muy amorosa que tenía una gran sonrisa, según dijo su nieto a la emisora.

Una empleada muy querida que disfrutaba de la jubilación

Incluso antes de su muerte, los antiguos colegas de Ethel Lance la extrañaban mucho.

La mujer de 70 años se jubiló en 2002, pero dejó huella en el Auditorio Gaillard. Ella mandó tras las bambalinas del auditorio durante 34 años, dijo Cam Patterson, director de centros especiales de Charleston.

"Nadie se atrevía a entrar en su territorio. Era su orgullo y su alegría", dijo Patterson.

Lance era una persona y una empleada maravillosa, dijo.

Greg Botelho, Justin Lear, Patrick Cornell y Christina Zdanowicz contribuyeron con este reporte.

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