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3 mitos que configuran el debate sobre las personas transgénero en EU

Entre los argumentos de los partidarios a la política del gobierno de Trump abundan los tienen que ver con la seguridad pública, mientras que los opositores dicen que su impacto es mucho más amplio.
mié 29 marzo 2017 07:15 AM
Agresión
Agresión De acuerdo con los grupos de derechos civiles, son más comunes los informes de personas transgénero que son agredidas en baños que no coinciden con su identidad de género. (Foto: Spencer Platt/Getty Images)

El debate sobre los derechos de las personas transgénero en Estados Unidos a menudo se reduce a la discusión sobre el acceso a los baños.

Los defensores de las iniciativas de ley que restringen el uso de los aseos afirman que protegerán la seguridad pública al señalar que todas las personas, incluyendo hombres y mujeres transgénero, utilicen baños públicos que correspondan a su sexo de nacimiento.

Los opositores dicen que su impacto es mucho más amplio. Para los críticos son un velado intento de discriminar y estigmatizar a personas transgénero para ganar puntos políticos.

Los partidarios defienden su postura con una variedad de argumentos, algunos tienen que ver con la seguridad pública, otros cuestionan el concepto entero de identidad de género. Pero, ¿hay evidencia que apoye algunas de sus afirmaciones?, ¿qué podemos deducir de los sitios que sí contemplan protecciones para las personas transgénero?

OPINIÓN: ¿Trump está en el lado correcto sobre la cuestión de los transgénero?

Veamos cómo soportan el escrutinio esas afirmaciones.

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1. Depredadores en los baños

La afirmación: Los depredadores sexuales se aprovecharán de las leyes y políticas sobre instalaciones públicas que protegen a las personas transgénero para atacar a mujeres y niños en los baños.

Los hechos: Las protecciones contra la discriminación que cubren la identidad de género han existido durante años, y no hay pruebas de que originen ataques en las instalaciones públicas.

Explicación: A partir de marzo de 2017, 19 estados, el Distrito de Columbia y más de 200 municipios de Estados Unidos tienen leyes y ordenanzas antidiscriminación que permiten a las personas transgénero utilizar las instalaciones públicas que corresponden a su identidad de género.

CNN encontró un solo caso de un hombre en Seattle que presuntamente se desvistió en un vestuario de mujeres en 2016, citando como motivación la ley contra la discriminación de Washington.

Por lo demás, cada vez que el tema aparece en las noticias, los fiscales, las agencias policiales y las comisiones estatales de derechos humanos han negado sistemáticamente que exista una correlación entre dichas políticas y un aumento de las agresiones.

CNN contactó con 20 agencias policiales en estados con políticas antidiscriminación que incluyen la identidad de género. Ninguna de las agencias que respondieron reportó alguna agresión en baños después de que las políticas entraran en vigor.

Michael Dunton, oficial de registros del Departamento de Policía de Cranston, en el estado de Rhode Island, dijo a CNN que a su departamento le fue “imposible” encontrar un caso de este tipo: "Monitoreamos con mucho cuidado a los agresores sexuales y no hemos visto ningún caso de depredadores sexuales agrediendo en baños".

En Maine, cuya legislación estatal sobre derechos civiles ha contemplado protecciones a la identidad de género por más de 11 años, la Comisión Estatal de Derechos Humanos no ha tenido conocimiento de un solo incidente.

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"Sé que hay mucha ansiedad asociada con este tema, pero parece estar basada en el miedo y no en los hechos. En este sentido, es realmente desalentador ver que muchos estados (y ahora nuestro gobierno federal) elijan tratar a las personas transgénero con lo que parece odio", dijo la Directora Ejecutiva de la Comisión de Derechos Humanos de Maine Amy Sneirson.

De acuerdo con los grupos de derechos civiles, son más comunes los informes de personas transgénero que son agredidas en baños que no coinciden con su identidad de género.

En una de las encuestas más extensas jamás hechas a estadounidenses transgénero y que no se rigen por estereotipos de género (gender non-conforming), el 70% de los encuestados reportó que le fue impedido el acceso, fue acosado verbalmente o fue agredido físicamente en baños públicos. La encuesta, llevada a cabo por el Instituto Williams de la UCLA en 2013 antes de que la capital de la nación aprobara medidas antidiscriminatorias, se basó en investigaciones anteriores con resultados similares.

2. Los transgénero no merecen protección

La afirmación: Ser transgénero no es una condición válida. Las personas transgénero son enfermas mentales y no deben recibir las mismas protecciones legales o garantías de salud que los estadounidenses gays y lesbianas.

Los hechos: La clara mayoría de las principales comunidades médicas, psiquiátricas y psicológicas coinciden en que ser transgénero no es una fantasía inventada o una enfermedad mental. Es simplemente un estado válido en el que el género de uno no coincide con lo que te fue asignado al nacer.

Explicación: La comunidad médica define la identidad de género como la forma en que las personas se perciben a sí mismas, que podrían ser diferente de su género al nacer. La identidad de género de una persona transgénero es diferente de las expectativas culturales basadas en el género con el que nacieron.

Caracterizar la identidad transgénero como un trastorno mental contribuye a una precaria situación jurídica, violaciones de los derechos humanos y barreras a la atención sanitaria adecuada, según un estudio publicado en The Lancet en 2016 .

Una condición se designa como una enfermedad mental cuando causa una angustia significativa. Para muchos, ser transgénero no causa disfunción -es el estigma social y las barreras para expresar la propia identidad las que causan problemas, según la Asociación Americana de Psicología, la Asociación Americana de Medicina y otras organizaciones de salud.

La Organización Mundial de la Salud adoptará la misma posición en su próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades, prevista para 2018.

El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) incluye el término "disforia de género" para describir la angustia que algunos sienten. El término fue adoptado en 2013 para reemplazar el "trastorno de la identidad de género", que designaba la identidad transgénero como una enfermedad mental. El cambio reflejaba una decisión de 1973 de eliminar la homosexualidad del manual DSM.

3. Permitir que los niños se identifiquen como transgénero es perjudicial

La afirmación: Los niños son demasiado jóvenes para saber si son transgénero, y apoyar a un niño que se identifica como transgénero es abuso infantil.

Los hechos: Las investigaciones demuestran que no permitir que los niños transgénero vivan su identidad de género es dañino y puede ser mortal.

Explicación: Décadas de investigación sugieren que cuando se trata de rasgos psicológicos y habilidades, los niños y las niñas son más parecidos que diferentes. Es más probable que los padres y el entorno del niño influyan en su expresión de género que las partes del cuerpo con las que nacieron, y el concepto de género se vuelve más fijo a medida que crecemos.

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Al igual que lo aconseja para los adultos, la comunidad médica apoya permitir que los niños vivan su identidad de género para evitar la disforia de género u otras condiciones que pueden afectar el desarrollo mental o social.

Grupos como el Family Research Council, considerado un grupo de odio por el Southern Poverty Law Center, citan a la asociación American College of Pediatrics en sus argumentos contra el apoyo a los niños transgénero. Pero el American College of Pediatrics tiene solo unos pocos cientos de miembros en comparación con los 64,000 miembros pertenecientes a la bien establecida American Academy of Pediatrics, que apoya el permitir que los niños transgénero transicionen socialmente a una edad temprana.

La transición social no implica el uso de hormonas sexuales o bloqueadores hormonales hasta la edad de la pubertad, y solo entonces si un paciente y un profesional de la salud lo consideran necesario.

Kwegyirba Croffie de CNN contribuyó en esta nota.

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