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Los jóvenes surcoreanos combaten el feminismo

El gobierno de Moon está tratando de que aumente la cantidad de mujeres en las fuerzas armadas; actualmente, alrededor del 5.5% de los elementos activos son mujeres.
mar 24 septiembre 2019 05:00 AM
Manifestación en Corea del Sur
Los manifestantes exigen juicios justos para los hombres acusados de agresión sexual en un mitin antifeminista en Seúl, noviembre de 2018.

Seúl (CNN) — En la misma esquina de Seúl en la que 10,000 surcoreanas se unieron para exigir que se prohíban las cámaras espía y se acabe con la violencia sexual, en octubre, el líder de un grupo activista nuevo se dirigió a un grupo reducido de jóvenes enfurecidos.

"Somos un grupo que busca la justicia legal, el combate al odio y la auténtica equidad de género", dijo Moon Sung-ho al micrófono ante un par de docenas de jóvenes que blandían carteles.

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Conforme los temas feministas cobran relevancia en Corea del Sur, país profundamente patriarcal, crece el descontento entre los hombres jóvenes, quienes se sienten relegados. Moon, quien dirige Dang Dang We, un grupo que "lucha por la justicia para los hombres", es uno de ellos.

Moon decidió iniciar el grupo el año pasado, luego de que sentenciaran a seis meses de prisión a un empresario de 39 años por tocarle el trasero a una mujer en un restaurante. El caso causó indignación porque se podía condenar a un hombre sin más prueba que el testimonio de la víctima.

Aunque hubo quienes arremetieron contra el juez, Moon, de 29 años, encontró otro culpable: el feminismo. A principios de septiembre, Moon y su grupo organizaron un panel de discusiones en la Asamblea Nacional, el máximo órgano legislativo de Corea del Sur, para exponer lo que para ellos son los supuestos efectos nocivos del movimiento.

"El feminismo ya no es algo relacionado con la equidad de género. Es discriminación y su estilo es violento y lleno de odio", dijo, entre aplausos de su público, compuesto de unos 40 jóvenes.

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'No respaldo el movimiento #MeToo'

El surgimiento de las voces e ideas feministas en la cultura predominante fue la respuesta al asesinato brutal de una joven cerca de una estación de metro en Gangnam, un elegante suburbio de Seúl, en 2016. El perpetrador eligió deliberadamente a una mujer.

La muerte de la mujer desencadenó un análisis de las actitudes hacia la mujer en el país, el cual empezó a abarcar campañas contra el acoso sexual, como el movimiento #MeToo y las protestas contra las cámaras espía, llamado #mylifeisnotyourporn ("mi vida no es tu pornografía").

Para muchas personas, el tema estaba muy postergado en Corea del Sur, país orientado a los hombres que se encuentra muy por debajo del promedio mundial en el Informe Global sobre Brecha de Género 2018 ; las disparidades más importantes son la salarial y el ingreso de las mujeres.

Las activistas encontraron apoyo del gobierno surcoreano y del presidente Moon Jae-in, quien se comprometió a "volverse un presidente feminista" en su campaña presidencial de 2017.

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Desde entonces, ha habido procesos judiciales de gran importancia en relación con el abuso sexual, en los que han estado involucrados políticos, estrellas del K-pop y hombres comunes. Con cada victoria en tribunales, empezó a crecer el descontento entre los hombres, particularmente los jóvenes.

"Yo no respaldo el movimiento #MeToo", dijo Park, un estudiante de Negocios de poco más de 20 años que disiente vehementemente de la noción de que las jóvenes de hoy están en desventaja en la sociedad. "Estoy de acuerdo con que las [mujeres] de cuarenta y tantos y cincuenta y tantos [hicieron sacrificios], pero no creo que estén discriminando a las mujeres de veintitantos y treinta y tantos".

Park no es su nombre real. Pidió el anonimato porque teme que haya repercusiones por sus opiniones. Pasa lo mismo con Kim, otro estudiante de poco más de 20 años que está a punto de graduarse de la universidad. Kim dice que se sienta lejos de las mujeres en los bares para evitar que lo acusen falsamente de acoso sexual. Aunque alguna vez apoyó el feminismo, ahora cree que es un movimiento supremacista de las mujeres que pretende derribar a los hombres.

"Cuando una mujer usa ropa reveladora, es violencia de género y objetización sexual. Sin embargo, la misma persona que critica esto disfrutará de una foto similar de un hombre. Las feministas tienen doble moral", dijo.

Tanto Park como Kim dicen que están castigando a hombres como ellos por los crímenes de la generación anterior. "El patriarcado y la discriminación de género son el problema de la generación mayor, pero los pagan todos los hombres de veintitantos", dijo Kim.

Park y Kim no son los únicos que piensan así. En una encuesta que llevó a cabo Realmeter el año pasado entre más de mil adultos se determinó que el 76% de los hombres de veintitantos años y el 66% de los de treinta y tantos se oponen al feminismo, mientras que casi el 60% de los encuestados de veintitantos años dijo que los problemas de género son la fuente de conflicto más grave en el país.

Lo que enfurece más a Park y a Kim es la política nacional de servicio militar obligatorio: los hombres de su edad se ven obligados a servir en las fuerzas armadas. Al mismo tiempo, piensan que el gobierno está ayudando a las mujeres con programas para entrar en sectores tradicionalmente dominados por hombres.

El fin de la vieja masculinidad

Durante 62 años, los hombres surcoreanos se han visto obligados a entrar al Ejército. La tradición, que data de la Guerra de Corea , exige que todos los hombres capaces de entre 18 y 35 años sirvan entre 21 y 24 meses en las fuerzas armadas. Sin embargo, a diferencia de sus padres, los jóvenes de hoy no creen en este deber tradicionalmente masculino.

El gobierno de Moon está tratando de que aumente la cantidad de mujeres en las fuerzas armadas; actualmente, alrededor del 5.5% de los elementos activos son mujeres, según las cifras más recientes. Pero en este momento, las mujeres están exentas del servicio militar obligatorio.

Park, quien se lesionó cuando prestaba su servicio militar, dice que el servicio militar no le dio beneficio alguno. "Es injusto que solo un sexo sirva cuando tiene poco más de veinte años. Deberíamos estar tratando de cumplir nuestros sueños".

Esta opinión la respaldan las encuestas de jóvenes que llevó a cabo el año pasado Ma Kyung-hee, investigadora de políticas de Género del Instituto de Desarrollo de la Mujer de Corea del Sur.

El estudio de Ma, que incluyó a 3,000 hombres adultos, indica que el 72% de los hombres de veintitantos años creen que el servicio militar exclusivamente masculino es una forma de discriminación de género y que casi el 65% cree que las mujeres también deberían prestarlo. Casi el 83% cree que es mejor evitar el servicio militar si es posible y el 68% cree que es una pérdida de tiempo.

No solo les preocupa perder dos años de libertad. También les preocupa perderse oportunidades. "Si no puedo usar ese tiempo para prepararme, ¿acaso no me rezagaré respecto a las mujeres en el mercado laboral?", se preguntó Kim.

La competencia por un trabajo

En el mercado laboral hipercompetido de Corea del Sur, los empleos bien pagados en grandes empresas son pocos y no muy frecuentes.

En los pasados diez años, la tasa de desempleo de los jóvenes se ha disparado del 6.9% al 9.9%. Si incluimos a los jóvenes que trabajan medio tiempo, así como a los que no están en prisión, en la escuela o en el servicio militar, la tasa aumenta al 21.8%.

Aunque el país gozó de un crecimiento intenso entre la década de 1970 y la de 1990, la generación joven de Corea del Sur trabaja en una economía deprimida. Por otro lado, el precio de la vivienda sigue siendo alto: el precio promedio de un departamento en Seúl es de 670,000 dólares (unos 13 millones de pesos), mientras que el ingreso promedio en la ciudad es de poco menos de 2,000 dólares (unos 40,000 pesos al mes).

La competencia por un trabajo es intensa y lo ha sido más a raíz de los programas gubernamentales para incorporar a más mujeres a la fuerza laboral. Aunque la brecha educativa del país está prácticamente cerrada, las mujeres ganan menos que los hombres y están mal representadas en el gobierno.

En noviembre de 2017, el Ministerio de Equidad de Género reveló un plan quinquenal para ampliar la representación de la mujer en las secretarías, empresas gubernamentales y escuelas públicas. En febrero pasado, se propuso que el plan se ampliara al sector privado con el fin de dar incentivos a los grandes conglomerados para que contraten a más mujeres y cambien la cultura corporativa profundamente centrada en los hombres.

Sin embargo, hay hombres que dicen que estas medidas les están dando una ventaja injusta a las mujeres. "Me preocupa encontrarme en desventaja cuando busque empleo", dijo Kim. "Porque antes, era un trabajo que podría haber obtenido fácilmente por méritos, pero será injusto [que no obtenga el trabajo] debido a la cuota de género".

Park señala que las universidades femeniles son otro ejemplo. En Corea del Sur hay más de una docena de universidades exclusivamente femeniles y no hay equivalentes para hombres. Algunas de estas escuelas ofrecen cursos en carreras extremadamente codiciadas, como Derecho o Farmacología, y como el gobierno está limitando la cantidad de estudiantes de Derecho, entre más lugares tengan las mujeres, menos quedan para los hombres.

En el informe que publicó el año pasado, Ma, la investigadora, señaló que Corea del Sur estaba en un momento de "competencia infinita, en la que es imposible encontrar un empleo estable". La generación mayor de hombres creció en una época en la que las mujeres trabajaban en las fábricas, así que aunque consideraban que las mujeres eran seres más débiles, entendían que se estaban sacrificando por ellos, explica Ma. "Para los hombres de veintitantos años, las mujeres son un competidor a vencer".

El conflicto se exacerba a causa de internet, en donde la misoginia despreocupada se está normalizando, de acuerdo con Ma.

Ma descubrió que era más probable que los hombres que se informaban sobre el feminismo en línea fueran antifeministas que quienes se informaban fuera de internet. También le sorprendió descubrir que es igual de probable que los grupos de mayores ingresos y mayor escolaridad tengan posturas antifeministas como las de los grupos de menos ingresos y menor escolaridad.

Ma descubrió que aunque los padres de las mujeres consideraban que ellas necesitaban protección, muchos jóvenes creen que ahora son las mujeres las que tienen el poder. Para ellos, el movimiento #MeToo, el servicio militar obligatorio y los programas gubernamentales para el desarrollo de la mujer son signos de que el campo de juego está en contra de los hombres.

En busca de una voz política

Hace apenas dos años, los hombres de veintitantos años apoyaban abrumadoramente al presidente Moon. Ahora, menos del 30% de los hombres de veintitantos años apoya a Moon, a diferencia del 63.5% de las mujeres, según la encuesta que Realmeter publicó en diciembre.

La tendencia, que podría explicarse por la inclinación feminista del presidente que el público percibe, ha provocado que algunas personas busquen políticos que compartan sus opiniones. Pero cuando buscan, se dan cuenta de que hay pocas opciones. Una es Lee Jun-seok, un miembro de alto rango del partido centrista Bareun Mirae, quien ha acusado públicamente a las feministas de hacerse de privilegios injustamente a costa de los hombres. La una serie de videos de YouTube, titulada "Lee Jun-seok destruye a una feminista en los debates", tiene más de cuatro millones de reproducciones y decenas de miles de comentarios, casi todos halagando a Lee.

"Conforme [el Partido Democrático gobernante] se inclina por los derechos de la mujer, es claro que la generación [de hombres] de veintitantos y treinta y tantos años se siente perdida", dijo Lee, de 34 años.

Eso se debe a que, actualmente, ningún partido político está aprovechando la cantidad creciente de hombres inconformes. Lee considera que podría surgir un partido con un fuerte mensaje antifeminista en las elecciones generales del año próximo, como ocurrió con los grupos de derecha en Europa.

Por ahora, los esfuerzos de Bareun Mirae por atraer a los jóvenes parecen estar rindiendo frutos. Según una encuesta que llevó a cabo Gallup hace unos meses, los hombres de veintitantos y treinta y tantos años eran los principales partidarios de Bareun Mirae.

Pese a la falta de partidos políticos dirigidos a hombres jóvenes, Moon Sung-ho, de Dang Dang We, no se desanima. "Los males sociales actuales que el feminismo ha engendrado no se crearon en un día. Tomará tiempo y esfuerzo derribarlos. Necesitamos hacerlo gradualmente", dijo.

Ma, la investigadora, cree que el conflicto no se resolverá mientras haya servicio militar obligatorio en Corea del Sur. "Debemos dejar de imponerles la masculinidad a los hombres", dijo. "La sociedad debe ayudar a los hombres a encontrar una masculinidad nueva en vez del antifeminismo".

Sin embargo, Park y Kim se sienten indefensos en su intento por cambiar una sociedad que creen que está dándole prioridad a la mujer.

"Somos un saco de boxeo", dijo Kim, cuando le pidieron que describiera la situación de los jóvenes de hoy. Kim señala que a los jóvenes les está costando comprar su propia casa e incluso invitar a salir a alguien.

Cuando le hicieron la misma pregunta, Park se desanima. "Los hombres de veintitantos años no son parte del sistema. Debemos obedecer lo que diga la gente de cuarenta y tantos o cincuenta y tantos", dijo. "Si todos pudiéramos encontrar trabajo fácilmente y la economía estuviera creciendo, tal vez no tendríamos que pelear tanto".

Seung Cho Nam, Park Jimin y Ji Su Lee contribuyeron con este reportaje.

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