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Estados Unidos da la vuelta a una política de 41 años sobre Israel

Este país dejará de considerar que los asentamientos israelíes en el Margen Oriental son incoherentes con el derecho internacional.
mar 19 noviembre 2019 04:12 PM
Mike Pompeo
Pompeo señaló que el gobierno estadounidense "no está manifestando ninguna opinión sobre la situación jurídica de ningún asentamiento en particular".

Jennifer Hansler, Nicole Gaouette y Jeremy Diamond

Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos, anunció el lunes una importante reversión a una antigua política sobre los asentamientos israelíes en la Margen Occidental ocupada, con lo que se rechazó una opinión jurídica que la misma dependencia emitió en 1978 sobre que los asentamientos "no eran coherentes con el derecho internacional".

Este anuncio, que rompe con el derecho y el consenso internacionales, es el más reciente de una serie de maniobras duras pro-Israel que probablemente agraven las tensiones entre la administración Trump y los palestinos y amplíen la brecha que separa a la administración Trump de los aliados tradicionales de Estados Unidos en Europa.

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"Tras haber estudiado cuidadosamente todas las facetas del debate jurídico […] el establecimiento de asentamientos civiles israelíes en la Margen Occidental no es, en sí, incoherente con el derecho internacional", dijo Pompeo, citando la evaluación que Ronald Reagan hizo en 1981, cuando era presidente, sobre que los asentamientos no eran "inherentemente ilegales".

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Pompeo señaló que el gobierno estadounidense "no está manifestando ninguna opinión sobre la situación jurídica de ningún asentamiento en particular" ni "abordando o prejuzgando la situación fundamental de la Margen Occidental".

'Acusación falsa'

Pompeo añadió que la conclusión se "basa en los hechos, la historia y las circunstancias singulares que rodean al establecimiento de asentamientos civiles en la Margen Occidental".

La Unión Europea repudió rápidamente la nueva postura de Estados Unidos; algunos diplomáticos señalaron que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desea seducir a los electores evangélicos y dicen, en privado, que esta maniobra refleja que Estados Unidos está dispuesto a "pintarle un dedo" al derecho internacional.

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Aunque Pompeo intentó pintar engañosamente la maniobra como la continuación de las políticas de presidentes anteriores, el Departamento de Estado reconoció tácitamente la disrupción que este cambio podría provocar al emitir una alerta de viaje en general para todas las instalaciones del gobierno estadounidense, para los intereses privados estadounidenses y para los ciudadanos estadounidenses en la Margen Occidental, Gaza y Jerusalén.

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Según el derecho internacional, una potencia ocupante no puede construir asentamientos civiles en territorios ocupados. Según el derecho internacional, la Margen Occidental es un territorio ocupado, conclusión que Israel rechaza.

Pompeo trató de insinuar que la Casa Blanca de Trump simplemente estaba repitiendo la postura de Reagan y señaló que "esta administración coincide con el presidente Reagan". Sin embargo, la administración Trump está llegando considerablemente más lejos.

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Desde Jimmy Carter, ningún presidente ha dicho que los asentamientos israelíes son "ilegales" y han optado por referirse a ellos como "obstáculos para la paz" o "ilegítimos", pero ningún presidente, ni siquiera Reagan, revirtió la determinación que el Departamento de Estado tomó en 1978.

La Unión Europea emitió rápidamente un comunicado en el que enfatizó que su "postura respecto a las políticas sobre los asentamientos israelíes en el territorio palestino ocupado es clara y sigue sin cambio: toda actividad de asentamiento es ilegal según el derecho internacional y debilita la viabilidad de una solución de dos Estados y a las posibilidades de que haya una paz duradera".

'Una potencia ocupante'

La Unión Europea exhortó "a Israel a cesar toda actividad de asentamiento conforme a sus obligaciones como potencia ocupante".

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Dos altos diplomáticos europeos en la región dijeron en entrevista con CNN que el anuncio muestra el desprecio al derecho internacional; uno de ellos dijo que era "una decisión vergonzosa que pone de relieve hasta qué punto la administración Trump se ha alejado del consenso internacional y está dispuesto a pintarle un dedo al derecho internacional".

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Para los palestinos, sería "una prueba más de que la administración Trump ya está implementando el llamado 'trato del siglo' y está comprometido con el movimiento de colonos israelíes de derecha y con ciertos grupos evangélicos de Estados Unidos que respaldan a la derecha israelí sin cuestionamientos", prosiguió el diplomático europeo.

Por otro lado, el asediado primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, aplaudió el anuncio de Pompeo. Netanyahu se enfrenta a una posible sujeción a proceso en tres investigaciones sobre corrupción, además de que está luchando por seguir siendo el líder de Israel después de las elecciones poco concluyentes de hace dos meses.

"Hoy, Estados Unidos adoptó una política importante que corrige un perjuicio histórico cuando la administración Trump rechazó claramente la acusación falsa de que los asentamientos israelíes en Judea y Samaria son inherentemente ilegales según el derecho internacional", dijo Netanyahu.

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Netanyahu recibió de buen grado que Pompeo haya afirmado que corresponde a los tribunales israelíes decidir sobre cuestiones jurídicas relativas a los asentamientos de la Margen Occidental cuando dijo que "el sistema judicial de Israel, que ha demostrado ser totalmente capaz de abordar cuestiones jurídica relacionadas con los asentamientos, es el lugar adecuado para que se resuelvan estas cuestiones, no los foros internacionales sesgados que no ponen atención a la historia ni a los hechos".

Hubo quien no estuvo de acuerdo y dijo que el anuncio de Pompeo es el más reciente intento de la administración Trump por desacoplar las negociaciones entre Israel y Palestina del derecho internacional y de la costumbre que han gobernado la forma de abordar el conflicto entre ambas entidades.

Saeb Erekat, secretario general del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), condenó el anuncio de Pompeo sobre los asentamientos en la Margen Occidental y dijo que son un intento más de la administración Trump "por reemplazar el derecho internacional con 'la ley de la selva'".

"Los asentamientos israelíes se roban la tierra de Palestina, se apoderan y explotan los recursos naturales palestinos y dividen, desplazan y restringen el movimiento del pueblo palestino. En resumen, esta empresa de asentamientos coloniales de Israel perpetúa la negación del derecho palestino a la autodeterminación", agregó.

Erekat llamó a la comunidad internacional a "tomar todas las medidas necesarias para reaccionar [a] e impedir esta conducta irresponsable de Estados Unidos".

Shibley Telhami, profesor de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, dijo que la administración había estado quitando todo marco de referencia que se había usado para abordar este conflicto desde hace décadas. Lo que eso significa, de acuerdo con Telhami, es que cuando Pompeo declara que la política de la administración Trump simplemente reconoce "realidades", recompensa a la parte más fuerte.

Una señal

"En esencia, simplemente indica que el poderoso gana y la parte débil pierde; no hay referencia a la legalidad ni a la justicia, todo se trata de quién es poderoso, quién controla", dijo Telhami. "Piensen en la señal que se da con eso al resto del mundo".

Poco después del anuncio, el lunes, 18 de noviembre, el Consejo Asesor sobre Seguridad en el Extranjero del Departamento de Estado emitió una alerta de seguridad para Jerusalén, Gaza y la Margen Occidental; señaló que podría haber represalias por la noticia.

"Las personas y los grupos que se oponen al anuncio reciente del secretario de Estado podrían atacar instalaciones del gobierno estadounidense, intereses privados estadounidenses o a ciudadanos estadounidenses", se lee en la alerta.

"Entre los objetivos potenciales están eventos públicos, tales como manifestaciones, eventos de festividades y reuniones celebratorias; hoteles, clubes y restaurantes populares entre los ciudadanos estadounidenses; sitios de culto; escuelas; centros comerciales y mercados; infraestructura turística; transporte público, y aeropuertos".

"Los ciudadanos estadounidenses deberían sopesar cuidadosamente si ponen su seguridad e integridad personal en riesgo en lugares y eventos que pueden ser blancos", se lee en la alerta, en la que se menciona que los ciudadanos estadounidenses que se encuentren en la Margen Occidental, en Gaza y en Jerusalén "deberían evitar todo movimiento no esencial y eventos que llamen la atención. El gobierno de Estados Unidos no permite que sus funcionarios viajen a la Margen Occidental.

Un funcionario federal dijo que el Departamento de Estado había estado trabajando para tomar esta decisión desde hacía casi un año en coordinación con el equipo de la Casa Blanca que trabaja en el acuerdo entre Israel y los palestinos, mismo que está a cargo de Jared Kushner, yerno de Trump, e incluye al embajador de Estados Unidos en Israel, David Friedman.

Maniobras políticas

Friedman y Kushner apoyaban los asentamientos israelíes desde antes de que la administración Trump entrara en funciones.

El funcionario dijo que esta maniobra no cambia la postura de la administración sobre que la continuación de la construcción de los asentamientos no conduce a la paz entre Israel y Palestina.

Originalmente, la administración anunciaría la medida la semana pasada, pero de acuerdo con el funcionario, lo retrasó por el intercambio de fuego entre militantes palestinos en Gaza e Israel.

Es probable que esta noticia reduzca las posibilidades de éxito del muy anunciado plan de paz la administración Trump en Medio Oriente. Las autoridades palestinas rechazaron la intervención de Estados Unidos como árbitro en cualquier negociación de paz en vista de las maniobras políticas de la administración Trump.

Durante el gobierno de Trump, Estados Unidos mudó su embajada en Israel de Tel Aviv a Jerusalén, desafiando las normas internacionales. También clausuró la oficina de la OLP en Washington y redujo los recursos que destina a los palestinos.

Andrew Carey, de CNN, contribuyó con este reportaje.

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