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Desiertos marinos: el otro desastre ambiental del Golfo de México

El problema de los desiertos marinos es más grande que la fuga de crudo, explican algunos especialistas
jue 03 junio 2010 06:42 AM
desiertos marinos
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Hay un desastre ambiental en el Golfo de México más grave que el derrame de petróleo que fluye al mar de un pozo submarino desde abril pasado: una zona muerta o desierto marino donde no hay vida, dice a CNNMéxico José Sarukhán, Premio Nacional de Ciencias 1990.

Esta zona muerta se extiende “desde la costa del Golfo de México al norte de Tamaulipas y hasta la Florida”, explica José Sarukhán, coordinador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, la dependencia encargada de clasificar y preservar la diversidad de México.

“Es un desastre silencioso al que nadie le hace caso porque no es tan obvio y llamativo, pero tiene consecuencias fenomenales”. 

De acuerdo con datos publicados en la página de Internet de la Universidad de Louisiana, en Estados Unidos, en el 2008 la zona muerta del Golfo de México medía 20,720 kilómetros cuadrados.

Para darse una idea del tamaño de la zona muerta hay que imaginarse que es del tamaño de una cancha de futbol, y que el derrame de petróleo es el área grande del portero, ilustra el oceanógrafo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ejemplifica David Salas de León en entrevista con CNNMéxico.

 Salas dice que la zona muerta ya abarca casi la cuarta parte del Golfo de México.

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A pesar de que se ha dicho que el derrame de petróleo en el Golfo afectará la vida marina y la pesca en las costas de Estados Unidos, dice José Sarukhán, quien fue ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Agrega que hay amplias zonas que no serán afectadas porque no hay nada qué dañar: en esa agua no pueden sobrevivir los habitantes habituales del Golfo, como las tortugas, los delfines y los camarones.

Las zonas muertas se conocen y estudian desde la década de 1970. Y de acuerdo con el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas, hay cerca de 200 desiertos marinos en los océanos del planeta, uno de los más grandes es el del Golfo de México.

Materia orgánica y algas: el origen de las zonas muertas

La zona muerta del Golfo de México existe porque desde hace décadas, Estados Unidos arroja sus desechos agrícolas –fertilizantes– a los ríos, donde viajan hasta llegar al Río Mississippi. Ahí desembocan al Golfo, dice José Sarukhán.

El agua también transporta residuos y materia orgánica de zonas industriales de Estados Unidos, explica el catedrático. Ya en el mar, la materia orgánica sirve de alimento para las algas, las cuales se reproducen rápidamente.

“Al morirse se van al fondo del mar y la descomposición que tiene lugar agota el oxígeno del agua”, dice. Ahí “no pueden vivir peces ni animales, es una especie de desierto de vida animal”. 

El gobierno mexicano debería “ser vigilante, porque hasta ahora las corrientes marinas nos han protegido (de la zona muerta) pero en algún momento podría entrar en aguas mexicanas”, recomienda.

Zona muerta frente a las costas de Tamaulipas

En los últimos 10 años es cada vez más común que el gobierno de Tamaulipas prohíba a los pescadores sacar del mar moluscos, como ostiones y almejas. También pide que no se vendan en los mercados y restaurantes, expone Horacio Ángel Castillo, director general de Inspección y Vigilancia Ambiental de la Agencia Ambiental para el Desarrollo Sostenible de Tamaulipas.

Tamaulipas hizo esta prohibición porque se presentó una marea roja: un exceso de algas que aumenta la toxicidad del agua, explica el funcionario.

Las mareas rojas se presentan entre noviembre y marzo, y son indicadores de que las zonas muertas están aumentando de tamaño.

Tamaulipas tiene una zona muerta frente a sus costas, provocada por los desechos que México arroja al mar, de acuerdo con datos proporcionados por la Agencia Ambiental para el Desarrollo Sustentable de Tamaulipas.

En el 2009, las pesquerías y cooperativas ribereñas de Tamaulipas perdieron 12 millones de pesos a causa de las mareas rojas, de acuerdo con datos de la Secretaría de Desarrollo Económico y Empleo de Tamaulipas.

El mayor riesgo, sin embargo, es que la gran zona muerta ubicada frente a las costas estadounidenses se traslade a aguas mexicanas, coincide Horacio Castillo con José Sarukhán.

Entre mayo y agosto hay una corriente marina que recorre el contorno del continente y que va de sur a norte, explica Julio Sandoval, investigador de la Escuela Superior de ingeniería Química e Industrias Extractivas del Instituto Politécnico Nacional (IPN). Esta corriente aleja a la zona muerta de aguas mexicanas.

Pero, aclara, de octubre a febrero la corriente se invierte y hace que el agua viaje desde Estados Unidos hacia México. Y con el agua, la zona muerta.

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