La Ciudad de México se une a la protesta nacional en apoyo a Sicilia
El grito de un niño de 10 años se escuchó la tarde del miércoles en la explanada del Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México: “fuera Calderón, ni un muerto más”.
Sin importar su edad, el pequeño marchó junto con miles de manifestantes para responder al llamado del poeta Javier Sicilia de salir a las calles para exigir un freno al derramamiento de sangre en la llamada lucha por la seguridad.
Niños, jóvenes, adultos y ancianos, caminaron hacia el Zócalo para guardar un minuto de silencio y colocar una ofrenda de veladoras y flores blancas bajo el asta bandera. El actor mexicano Daniel Giménez Cacho encabezó el contingente.
Exigieron la salida del Ejército de las calles, pero también justicia por el asesinato de Juan Francisco Sicilia Ortega, de 24 años, y los casi 35,000 muertos que ha dejado la lucha contra el crimen, según cifras oficiales.flores rojas se pudieron reunir en el Zócalo, pero los gritos de indignación no pararon.
“Estoy aquí porque mi hijo también murió en esta guerra estúpida”, dijo Julia Cruz, una activista que marchó vestida de blanco y con media cara maquillada en forma de esqueleto.
Julia denuncia desde octubre de 2010 que en la guerra el narcotráfico se asesinó a su hijo, el subteniente piloto aviador, Ricardo Martínez Cruz. Su promesa en esta marcha por la paz fue levantar la voz por cada joven asesinado.
El “estamos hasta la madre” que Sicilia utilizó contra políticos y delincuentes, encontró eco en los jóvenes que exigieron educación, cultura y trabajo.
“Despierta México, estamos hasta la madre de tu pinche indeferencia” , se leía en una pancarta mientras alternaban los gritos de “queremos escuela, queremos trabajo, queremos hospitales, no queremos militares”.
La actriz Julieta Egurrola encabezaba otro contingente de actores y directores de teatro con la consigna: “Ya no queremos violencia, esa es toda la exigencia, queremos paz en nuestra tierra. Hagamos teatro sin parar y no la guerra”.
Un museógrafo, un poeta y un catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), también fueron parte de la marcha. Coincidieron en una cosa: esta no fue una marcha de élites, sino de los mexicanos que se han cansado de no ser escuchados.
“En África las sociedades han cambiado regimenes totalitarios más brutales, en México tenemos instituciones democráticas, leyes y constituciones y además esta sociedad que marcha y se organiza. En este país necesitamos acuerdos que están empezando en la sociedad”, dijo el museógrafo, Miguel Ángel Corona.
Los jóvenes necesitan soluciones que no incluyan “inscribirse al narcotráfico”, gritó molesto el poeta Mariano Flores Castro.
La tarde del miércoles dejó de hondear la bandera en el asta del Zócalo. Al pie de ésta, miles de personas dejaron su ofrenda: veladoras y flores blancas para adornar su protesta.
“No más muertos”, gritaron los 8,000 que se reunieron en el Zócalo. Con la noche, los manifestantes se disiparon, pero no la protesta y la exigencia: "fuera Calderón, fuera el Ejército, más educación".