El crimen amenaza la democracia en Latinoamérica, dice canciller mexicana
La actual amenaza a los gobiernos democráticos de Mesoamérica es la delincuencia organizada trasnacional, pues esta busca desestabilizar las instituciones, aseguró la canciller de México, Patricia Espinosa Cantellano.
El cuestionamiento social hacia las instituciones democráticas debido al avance del crimen organizado y las profundas desigualdades sociales son los retos que debe superar la región, afirmó Espinosa ante ministros y viceministros de países de América Latina y el Caribe asistentes a la Reunión Ministerial Preparatoria de la XIII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla.
Espinosa Cantellano afirmó que es necesario “profundizar la cooperación al respecto y trabajar para que los temas vinculados a integración económica, la cooperación y consolidación democrática y seguridad” de los países de Mesoamérica.
Durante la inauguración del encuentro que se realiza en Tuxtla Gutierréz, en el sureño estado de Chiapas, la canciller mexicana pidió a los representantes de las 10 naciones reunidas refrenden “un rechazo absoluto a quienes intenten desestabilizar nuestras instituciones”, y enfrentar de esa manera conjunta a la delincuencia organizada trasnacional.
Aseguró que debe mantenerse la regla dominante actualmente en los países de Mesoamérica, que es la estabilidad institucional y el mantenimiento de la vía electoral como mecanismo para regular la contienda política, la alternancia y el traspaso de poder.
A esta reunión — previa al encuentro que sostendrán los presidentes de las 10 naciones de Mesoamérica en noviembre próximo— asistieron los representantes en México del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el Banco Interamericano de Desarrollo; el Banco Centroamericano de Integración Económica; y la Organización Panamericana de Salud, entre otros organismos.
La Cumbre surgió hace 20 años cuando se reunieron por primera vez en Chiapas, los líderes de Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua y México, para buscar mecanismos de paz en Centroamérica y el desarrollo de las instituciones democráticas, pues la región vivía un periodo de dictaduras militares. Posteriormente se unieron Belice, Panamá, Colombia, República Dominicana.