Tuiteros se unen contra la "basura electoral" de las calles de México
La inconformidad de un grupo de ciudadanos de la Ciudad de México con la cantidad de propaganda política colocada en las calles se ha traducido en una campaña, organizada en las redes sociales, que invita a las personas a "adoptar" sus vialidades y limpiarlas de "basura electoral".
El movimiento, que se adjudicó el nombre Quita un anuncio, comenzó hace unas tres semanas, luego de que algunos usuarios de Twitter expresaran molestia con las mantas y los carteles situados en espacios públicos con motivo del periodo de elecciones tanto federales como locales, señaló el activista Jesús Robles Maloof, uno de los iniciadores.
Bajo el argumento de que esos anuncios contaminan y muchos violan las leyes por los sitios donde fueron ubicados, los tuiteros decidieron asumir la tarea de retirarlos por su propia cuenta.
Al principio, algunas personas manifestaron temor ante la posibilidad de incurrir en alguna falta y ser detenidas por las autoridades. Por ello, Robles Maloof redactó una Guía ciudadana para quitar un anuncio , a fin de sustentar jurídicamente la medida y explicar a la gente qué puede hacer con los materiales que recoja.
"No sería congruente convocar al respeto a nuestro entorno si no lo hiciéramos de forma legal", dijo el activista.
Con base en los códigos federal y local de Procedimientos Electorales, así como en la Ley de Publicidad Exterior capitalina, la guía indica que es ilegal colocar propaganda en árboles, áreas verdes, semáforos, señalamientos viales, monumentos históricos, paradas de transporte o casetas telefónicas, mientras que es legal hacerlo en postes de luz, bienes del Gobierno del Distrito Federal (GDF), espectaculares en regla o propiedad privada con el permiso del dueño.
Tras la elaboración del documento y su difusión en internet, los tuiteros que concibieron la idea empezaron a convocar a otras personas interesadas a través de la cuenta @QuitaUnAnuncio y de los hashtags (etiquetas) #limpiatuciudad, #adoptatucalle y #basuraelectoral.
Robles Maloof comentó que por el carácter "descentralizado" de la campaña, es difícil saber exactamente cuántos anuncios han sido retirados, pero estima que al menos 1,200 personas lo han hecho de forma individual y que se han organizado unas 18 brigadas.
"Ha habido una gran participación y una gran simpatía. La intención es ir a todas las delegaciones (de la Ciudad de México)", dijo el activista Daniel Gershenson, otro de los miembros de la campaña.
"La postura (del grupo) es que la sociedad civil tiene el derecho y hasta la obligación de limpiar las calles", agregó.
La guía de Robles Maloof propone tres opciones para procesar los anuncios retirados: que los ciudadanos los lleven directamente a centros de reciclaje; que los entreguen a los partidos políticos a los que correspondan, para que éstos se hagan responsables de ellos, o desecharlos para que los trabajadores de limpieza los recojan.
Las reacciones a la campaña
De acuerdo con Gershenson, autoridades locales han reconocido que la campaña está apegada a la ley, aunque los activistas ya solicitaron al GDF permisos por escrito, con el propósito de ampararse si la policía intenta detenerlos.
El área de prensa de la Secretaría del Medio Ambiente local confirmó que la titular de la dependencia, Martha Delgado, expresó públicamente simpatía con la iniciativa ciudadana contra la propaganda ilegal, e informó que se coordinará con las secretarías de Obras y Servicios y de Desarrollo Urbano y Vivienda para retirar los anuncios indebidos.
El Instituto Electoral del DF (IEDF) señaló este jueves en un comunicado que si bien tiene la obligación de "conocer quejas y, en su caso, sancionar a partidos políticos y sus militantes por infringir reglas relativas a la colocación de propaganda y no emplear materiales biodegradables o reciclados", la vigilancia de estos materiales y su retiro "corresponde a otras autoridades locales".
El movimiento Quita un anuncio —que se lleva a cabo mientras las elecciones locales están en periodo de precampañas y las federales de intercampañas— ha tenido eco en estados como Morelos, Querétaro, Jalisco o Oaxaca, donde otros ciudadanos han comenzado a organizarse contra la "basura electoral", según Robles Maloof.
"Esta campaña inició con enojo, pero se ha ido transformando en una campaña de fiesta", dijo. "Más que una campaña de limpieza, es una campaña por el respeto. No se trata de pensar contra los partidos políticos, sino de lo que es mejor para la ciudad".
El 1 de julio, México tendrá 16 comicios: los federales para renovar la presidencia, el Senado y la Cámara de Diputados, y procesos en 15 entidades federativas. De acuerdo con el Instituto Federal Electoral (IFE), unos 78 millones de personas estarán en posibilidad de votar.