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Parteras, "los pilares" en la lucha por reducir las muertes maternas

Las autoridades de Chiapas apoyan la profesionalización de quienes en las comunidades marginadas ayudan a las mujeres en el alumbramiento
jue 12 julio 2012 01:56 PM

En lo que va de julio, Petrona López Hernández ha atendido al menos cinco partos en Tenejapa, una de las comunidades más  marginadas  de la zona conocida como Los Altos de Chiapas, según las autoridades de Salud del estado.

Apenas el martes, recibió a una mujer que tenía al niño "atravesado".

La doctora Susana Cerón, experta en salud materna, explicó a CNNMéxico que esta situación se presenta cuando el bebé está de pie en el vientre en lugar de estar de cabeza y que esto puede poner a la madre en riesgo de hemorragias e infecciones durante el alumbramiento, además de implicar una alta posibilidad de asfixia para el niño.

Después de varios rezos y maniobras aprendidas durante 36 años de atender partos, Petrona consiguió que el bebé se enderezara y naciera sin problemas.

Hace pocos días atendió dos partos en una sola jornada, en la madrugada, a las 2:00 y 5:00 horas, y no tuvo ningún problema, dijo a CNNMéxico. A menudo, antes de atender un alumbramiento, Petrona sueña que recibe un conejito blanco o una paloma con los que adivina el sexo del bebé, añadió.

La mujer de 52 años es una de las casi 5,000 parteras de Chiapas que ayudan a las autoridades de salud del estado en su lucha por reducir las tasas de muerte materna, aseguró Rosa del Carmen Ochoa, subsecretaria de Salud en la entidad.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera las muertes maternas como las ocurridas durante el embarazo y 42 días después del parto.

La tarea de las parteras adquiere relevancia en uno de los estados con peores indicadores en salud materna en el país.

En 2011, Chiapas registró unas 56.4 muertes maternas por cada 100,000 nacidos vivos. El año anterior se situó en los últimos lugares de la lista nacional, solo por arriba de Guerrero, el Distrito Federal y Oaxaca, según cifras de la Secretaría de Salud federal. El promedio nacional de estos fallecimientos en 2011 fue de 49.5, según la dependencia.

"Las parteras se pueden convertir en un recurso estratégico", considera Javier Domínguez, médico cirujano y asesor del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) en el programa de capacitación de parteras en Chiapas.

Cada año en México se presentan 2.1 millones de embarazos, en los cuales mueren en promedio unas 1,000 mujeres, según estimaciones de la Secretaría de Salud federal basadas en datos del Consejo Nacional de Población (CONAPO).

Estas defunciones, prevenibles en el 80% de los casos ocasionan desintegración familiar, mayor riesgo de enfermedad o muerte para los huérfanos, propensión al abuso sexual y un pobre futuro escolar y laboral, explicó Susana Cerón, directora del Centro de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud federal.

México se comprometió en el año 2000 a lograr una reducción drástica en el número de  muertes maternas  como uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

En 1990, el país registró 89 muertes por cada 100,000 nacidos vivos. En 2011 la cifra se redujo a 49.5. Para cumplir el objetivo, cuyo plazo vence en 2015, México debe llegar a 27.2 o menos muertes.

"Chiapas es sin duda para el Fondo de Población de Naciones Unidas un estado importante", destacó el representante del órgano en México, Diego Palacios. "A pesar de los esfuerzos que se han hecho en Chiapas, todavía el estado está por debajo de ese promedio nacional en algunos de sus indicadores".

Los indicadores básicos en salud reproductiva son el uso de métodos anticonceptivos, la tasa de embarazos entre adolescente y la necesidad insatisfecha de planificación familiar, que las autoridades de salud describen como el porcentaje de personas que quieren controlar sus embarazos, pero no cuentan con los anticonceptivos para hacerlo.

Después de Quintana Roo y Nayarit, Chiapas ocupa el último lugar en tasa de fecundidad adolescente, con unos 89 embarazos por cada 1,000 adolescentes.

En el país, estos indicadores son afectados en sentido negativo cuando intervienen variables como población rural o si se trata de hablantes de una lengua indígena. El municipio de Tenejapa reúne ambas.

En el Día Mundial de la Salud, centrado este año en el acceso a la  salud reproductiva , Petrona asistió con algunas de sus colegas, aprendices y pacientes a un taller de capacitación en higiene en el parto, organizado por autoridades locales con ayuda del Fondo de Población de Naciones Unidas.

Al igual que ella, la mayoría de las parteras son indígenas tzotziles o tzeltales que no tienen ninguna instrucción académica, según el gobierno estatal.

Sin embargo, las autoridades apuntan a cambiar esta situación a través de una escuela de parteras, detalló la subsecretaria de Salud de Chiapas.

La escuela, aún sin fecha para su apertura, compartirá la experiencia de una escuela similar que funciona desde hace más de 10 años en San Miguel de Allende, Guanajuato, y concentrará esfuerzos de médicos, educadores y otros especialistas en San Cristóbal de las Casas, donde el gobierno estatal ya analiza las características de sus instalaciones, añadió Rosa del Carmen Ochoa.

La escuela busca profesionalizar la labor de las parteras, como una evolución de la partería tradicional, explicó Susana Cerón.

Petrona López, quien atiende partos desde los 16 años, afirma que la capacitación le ha permitido "aprender mucho" y mejorar la forma en que hace su trabajo.

A través de una traductora, aseguró que los capacitadores le enseñaron cómo cuidar sus instrumentos, cómo administrar suero y cómo cortar el cordón umbilical.

"Las mujeres parteras tienen una comunicación muy directa con la mujer embarazada, sea adulta o joven", dijo a CNNMéxico Alonso Méndez Guzmán, subsecretario de Asuntos Indígenas de Chiapas y expresidente municipal de Tenejapa.

"Tienen que cuidar a ese bebé en el vientre de la madre e incluso muchas veces tienen que rezarle, tienen que quemarle sus velas. Es decir, que el bebé se desarrolle y nazca bien".

El funcionario, que ayuda como traductor y punto de enlace entre las autoridades y las comunidades indígenas, asegura que la comunicación con las parteras se mantiene a pesar de los cambios sociales, pues actualmente existen parteras evangélicas e incluso hombres parteros "que tienen gran respeto en la comunidad.

Para Tejenapa, de casi 40,000 habitantes, y otros municipios en la región, las parteras son “un pilar muy fuerte” en la salud materna debido a que sirven como enlace entre las autoridades y las comunidades más alejadas de los servicios médicos, aseguró Rosa del Carmen Ochoa.

Con esto coincide Susana Cerón. Para ella, el principal valor de las parteras consiste en su capacidad de detectar tempranamente los embarazos y de apoyar en la mayor parte del control prenatal.

En casos difíciles, las parteras enlazan a las mujeres con las clínicas y hospitales locales, donde reciben atención especializada, pero en otras ocasiones están capacitadas para aplicar procedimientos más complicados como cesáreas, según Cerón.

“Son las personas que nos están acercando a las pacientes”, dijo la subsecretaria de Salud estatal.

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