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"Yo ejerzo la ley", responde Arpaio a Sicilia por trato a migrantes

El poeta mexicano y el alguacil de Maricopa tuvieron un encuentro en el que intercambiaron reclamos sobre migración y narcotráfico
jue 16 agosto 2012 11:14 PM

"Parece que te preocupas más de cómo administro mis cárceles", dijo el alguacil de Maricopa, Arizona, Joe Arpaio.

"No me preocupan sus cárceles, me preocupa mi gente", interrumpió Javier Sicilia, líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad. "Administre sus cárceles como quiera, pero no los deshumanice, no los castigue más".

"Yo ejerzo la ley. Es sencillo", dijo el alguacil en un momento.

Arpaio, conocido por sus estrictas medidas migratorias, y Sicilia, quien encabeza la Caravana por la Paz en Estados Unidos, estaban sentados uno frente al otro. Hablaron sobre las drogas, la migración y las armas.

A ratos bromeaban y a ratos soltaban reclamos, como cuando Arpaio le dijo a Sicilia que se quejara de México, porque en las cárceles mexicanas ni siquiera les dan ropa a los presos.

Horas antes, la Caravana por la Paz había protestado frente a Tent City (Ciudad de las Carpas) , una cárcel con unas 2,000 personas construida por Arpaio en 1993 en el desierto de Arizona —con temperaturas de hasta 50 grados a la sombra en verano— donde las celdas son tiendas de campaña y los presos están obligados a vestir los anticuados uniformes a rallas y ropa interior color rosa, entre otras condiciones calificadas como “inhumanas” por sus detractores.

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La visita al alguacil no estaba programada dentro de la Caravana por la Paz. El poeta llegó por sorpresa al edificio de Wells Fargo, tocó en el interfono del piso 17 y dijo: "Soy Javier Sicilia y quiero hablar con el sheriff Arpaio".

Media hora después, esperaba al alguacil en una oficina. Iba acompañado de Jack A. Cole, fundador de Law Enforcement Against Prohibition (LEAP); Roberto Lovato, activista por los derechos de los hispanos y presidente de la organización Presente.org; Ted Lewis, de Global Exchange, y Xochitl Espinosa, gerente de Programas y Operaciones de National Alliance Latin American Caribbean Communities (NALACC).

También estaba Carlos García, director de la organización defensora de los derechos de los migrantes Puente Movement, que promueve la campaña Arresten a Arpaio, no a la gente.

Tras cuatro reelecciones y 20 años en el cargo,  el sheriff de Maricopa fue demandado  en mayo por el gobierno federal estadounidense por presuntas  prácticas discriminatorias  que violan los derechos civiles de inmigrantes. En tanto, espera el fallo de un juicio por acusaciones similares de parte de organizaciones civiles.

Antes de permitir la entrada al grupo, el alguacil preguntó si podía invitar a la prensa local. Hasta que los reporteros llegaron, inició la reunión. 

“Sé que no lo voy a hacer cambiar de opinión pero trate con más humanidad a los migrantes, podría tenerlos con más condiciones más dignas”, dijo Sicilia a Arpaio. Pero el funcionario no contestó.

“Tratar a la gente como perros” es una política indigna para los principios democráticos de Estados Unidos, dijo el poeta. En un momento, apeló a la fe del alguacil: “Usted es católico, como yo. ¿Cómo interpreta esto el evangelio?”, cuestionó.

“Yo no mezclo la religión con la política”, respondió Arpaio a varios intentos de Sicilia de llevarlo a ese terreno.

En medio de la conversación, protestó porque la intérprete de la Caravana le pidió hablar más despacio: “Nadie me va a decir cómo hablar en mi oficina”, dijo y provocó una discusión de cinco minutos sobre el tema. Luego, a otra pregunta sobre sus medidas en materia migratoria, notó la presencia de Carlos García, quien portaba una camiseta roja con el lema de la campaña Arresten a Arpaio, no a la gente.

“Un momento, ¿por qué está ese señor ahí? Esa camiseta no es muy amable conmigo”, se quejó.

“Usted no es muy amable con nuestra gente en las cárceles”, replicó Sicilia.

García había permanecido en silencio, en segunda fila, hasta que el alguacil lo identificó. Entonces le pidieron salir de la sala y escuchar el encuentro, que duró casi una hora, detrás de una puerta vigilada por un funcionario.

Al final, los activistas expresaron su satisfacción por haber forzado el encuentro con el sheriff más duro de Estados Unidos.  "Tratamos de entablar un diálogo cordial. En algunos momentos fue un poco difícil, pero tratamos de sembrar la semilla de la paz en el corazón de Arpaio", dijo Sicilia en una entrevista con la agencia EFE, posterior al encuentro.

La Caravana por la Paz a EU —la tercera que encabeza Sicilia, tras dos recorridos en México— salió el pasado 12 de agosto desde San Diego, California, para recorrer más de 20 ciudades estadounidenses y llegar a Washington DC el 10 de septiembre, junto a organizaciones civiles de ese país y víctimas de la violencia en México generada por el crimen organizado.

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