Los partidos 'apuestan' su credibilidad al éxito del Pacto por México
El Pacto por México somete a prueba la capacidad de los partidos para cumplir sus acuerdos, y con ello, pone en juego su credibilidad.
Representantes de los partidos que firmaron el pacto reconocen en entrevistas con CNNMéxico —realizadas en enero— que la imagen de sus fuerzas políticas se verá afectada si no se concretan los compromisos del convenio, que las obliga a impulsar 95 reformas en el periodo 2012-2018. De ellas, 26 deben quedar procesadas en el primer semestre de 2013.
"Sí creo que aquí hemos hecho una apuesta muy fuerte todos los partidos y el propio gobierno. Si esto no funciona, yo no sé qué pueda funcionar", dijo Santiago Creel, exsenador del Partido Acción Nacional (PAN).
El panista es uno de los integrantes del Consejo Rector del pacto, el órgano instalado a principios del año para coordinar las principales negociaciones y la elaboración de las iniciativas que serán presentadas ante el Congreso.
Otro de sus miembros, el exdirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Jesús Ortega, coincidió en que la firma del convenio representa "una apuesta" de las fuerzas políticas, en la que está en riesgo la confianza de la ciudadanía.
"Solamente tendrá credibilidad este pacto si se van cumpliendo los compromisos. Si no, como otros pactos, como otros acuerdos, quedará olvidado y aumentará solamente el desprestigio de la actividad política", dijo.
Ambos afirmaron que, a pesar de las diferencias entre los participantes, hasta enero ha habido voluntad para mantener los acuerdos.
Citaron como ejemplo el caso de la reforma educativa —la primera que surgió del pacto—, que a finales de 2012 quedó aprobada por las dos cámaras del Congreso en un plazo de tres semanas.
Las negociaciones que vienen
Los integrantes del Consejo Rector aseguraron que sus partidos están dispuestos a negociar para sacar adelante las reformas del pacto. Sin embargo, aclararon que no apoyarán iniciativas con las que estén en desacuerdo.
"No hay nada incondicional, ahí están expuestos explícitamente los términos a los que nos comprometemos en el Pacto por México", dijo Ortega.
El pacto implica que durante los próximos meses se discutan en el Congreso una reforma energética y una reforma fiscal, dos de los temas que tradicionalmente generan más polémica en el país.
Al respecto, Ortega advirtió que el PRD —principal fuerza de la izquierda— se opondrá a cualquier intento de privatizar los energéticos o la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), así como a que se establezca el Impuesto al Valor Agregado (IVA) en alimentos y medicinas.
En contraste, Creel consideró que la ampliación de los programas sociales prevista en el pacto sólo será posible si el Congreso aprueba una reforma fiscal que brinde más recursos al Estado.
Durante el gobierno de Vicente Fox (2000-2006), Creel impulsó desde la Secretaría de Gobernación (Segob) una iniciativa presidencial para gravar alimentos y medicinas, una propuesta que no generó consenso en el Congreso.
El presidente Enrique Peña Nieto, militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), se ha expresado a favor de modificar el esquema vigente del IVA.
Las tensiones de 2012
El Pacto por México fue firmado el 2 de diciembre, un día después de que Peña Nieto asumiera la presidencia, tras unas elecciones en las que todos los partidos intercambiaron críticas y acusaciones.
Luego de esas tensiones, el PRI, el PAN y el PRD —que representan casi el 90% de los asientos del Congreso— han justificado la firma del convenio argumentando que buscan superar sus diferencias para concretar reformas necesarias para el país.
"Nosotros no podemos pagar con la misma moneda con que nos pagó el PRI durante 12 años, estando oponiéndose a todas las reformas que planteaba tanto el presidente Vicente Fox como el presidente Felipe Calderón. Si nosotros pagamos con la misma moneda, pues simple y llanamente el país sigue parado. Yo creo que no podemos hacer eso", dijo Creel.
Por su parte, Ortega señaló que una de las metas del PRD al entrar al pacto es mejorar su imagen ante la ciudadanía.
"Esa es la gran apuesta y ese es el riesgo, que la gente comprenda, entienda y asuma que el PRD ha dado un cambio definitivo en su comportamiento: de verse sólo a sí mismo y de verse a sí mismo como objetivo, el gran cambio que estamos dando es ver el bienestar de la gente como nuestro objetivo", dijo.
El costo de un posible fracaso
Todos los partidos coinciden en que el eventual fracaso del Pacto por México afectaría la labor del Congreso y su credibilidad ante los ciudadanos, aunque difieren sobre quién asumiría el mayor costo.
"(Pagará) el que no cumpla los acuerdos, el que por intereses partidarios o por visiones dogmáticas o por intereses de cualquier naturaleza no cumpla lo establecido en el pacto", dijo Ortega.
Para Creel, la mayor afectación sería para el país, porque perdería una "gran oportunidad" para concretar las reformas que necesita.
Gustavo Madero y Jesús Zambrano, dirigentes del PAN y del PRD, respectivamente, señalaron recientemente que el pacto puede verse en riesgo si el PRI toma medidas "autoritarias", como se refieren a las acciones que el priismo llevó acabo durante los 71 años continuos que ocupó la presidencia (1929-2000).
Por ejemplo, ambos partidos exigen que el PRI garantice que el gobierno de Peña Nieto no utilizará el pacto para favorecer a sus candidatos en elecciones locales.
Ante esos señalamientos, los líderes priistas aseguran que el presidente será "respetuoso" de las contiendas electorales y llaman a mantener el Pacto por México.
"El pacto no es un asunto cupular, no es un asunto de los políticos. Si bien estamos quienes participamos, sugerimos, planteamos y enmendamos, el éxito del pacto radica en acertar en aquello que la gente está esperando", dijo el dirigente del PRI, César Camacho, a finales de enero pasado.