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Niños y adolescentes, los grupos de mayor pobreza en México, según la ONU

Un estudio de Naciones Unidas y el Coneval identificó que los menores de edad están en el grupo social con mayores carencias entre 2008-2010
mié 03 abril 2013 06:56 PM

Los niños y adolescentes mexicanos están en el grupo con mayores índices de pobreza en el país, de acuerdo con un estudio presentado por la oficina de ONU-México en colaboración con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).

El 41% de los menores de 18 años se encontraba en condición de pobreza, a diferencia del 35% de la población general, según el informe Pobreza y Derechos Sociales de Niñas, Niños y Adolescentes en México que analizó el periodo 2008-2010 en todo el país.

Además, el 12% de los niños y adolescentes del país enfrentaba la pobreza extrema, también por encima del promedio del resto de la población del país donde una de cada diez personas está en el renglón más alarmante de la medición de las carencias personales.

“En el periodo de estudio, más de cinco millones de niñas, niños y adolescentes vivían en hogares donde el ingreso per cápita era inferior a la línea de bienestar mínimo y sufrían tres o más carencias sociales”, dijo la ONU en el informe presentado en la Ciudad de México.

Una persona es pobre, bajo los criterios del estudio, cuando carece de al menos uno de los siguientes factores de bienestar: servicios médicos, educación, seguridad social, una vivienda con servicios básicos y espacios adecuados, así como  una alimentación suficiente . La pobreza extrema es la carencia de tres o más de estos indicadores.

Sin embargo, el estudio encontró que la pobreza no aumentó en ese periodo y que los programas del gobierno sobre acceso a la educación, salud y seguridad social combatieron la pobreza de los menores de edad.

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El estudio identificó que los menores que crecen en comunidades indígenas, en familias numerosas , donde el jefe o jefa de familia tiene un nivel bajo de educación o edad, tienen mayores condiciones de pobreza. Las niñas son 55% más pobres que los niños.

El estudio indicó que cuando un niño vive una situación de pobreza, existe “una mayor probabilidad” de que la condición quede permanentemente a lo largo de su vida, e incluso sea reproducida en su familia, lo que subraya la importancia de combatir el problema desde su raíz.

“La pobreza en la infancia y la adolescencia genera daños, a veces irreversibles, lo que otorga un sentido de prioridad a su atención”, dijo el informe en su presentación.

En el caso de la vivienda, un hogar con pobreza es aquel que tiene techo y paredes de “material inadecuado”, sin agua potable, electricidad y drenaje, y donde viven más de 2.5 personas por cada habitación.

En el periodo estudiado (2008-2010) México sufrió “un deterioro significativo de los niveles de ingreso”, dice la ONU, lo que afectó en especial a la población menor de 18 años “que de por sí ya se encontraba en mayor desventaja”.

Durante esos años, seis de cada 10 niños estaban en familias que no contaban con los ingresos suficientes para adquirir los bienes y servicios básicos para el desarrollo personal. En general, la población del país que sufría bajos ingresos fue del 52%, de acuerdo con las estadísticas de Coneval.

Sin embargo, también hubo mejoras en el acceso de los menores de edad a los servicios de salud y la seguridad social, pues se redujo alrededor de 10% la carencia de acceso al médico y a programas de seguro social.

“Adicionalmente, se observaron mejoras en los indicadores de carencia por rezago educativo, calidad y espacios de la vivienda y servicios básicos en la vivienda”, dijo la ONU. La alimentación fue el campo en que, por el contrario, se amplió la brecha entre la población pobre y quienes carecen de alimentos suficientes.

La diferencia entre los estados del norte y sur del país sigue prevaleciendo, mientras que en los estados del norte existe una incidencia de 39% en la pobreza de los niños y adolescentes, en el sur y sureste la condición afecta a siete de cada 10 menores.

De forma similar, un niño que vive en una ciudad —con una población mayor a los 100,000 habitantes— tiene mayor oportunidad de evitar la pobreza, a diferencia de quienes viven en comunidades de menos de 2,500 pobladores donde las necesidades se quintuplican: 4.6% contra 26.6 por ciento.

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