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Las reformas de Peña 'brillan' más fuera de México: Bill Richardson

Dentro de México crean polémica, pero fuera del país los cambios del presidente atraen inversionistas, dice el exgobernador de Nuevo México
mié 12 febrero 2014 06:20 AM

Mientras las reformas estructurales que Enrique Peña Nieto promovió en su primer año de gobierno causan polémica e incluso protestas en México, desde fuera del país se les observa como cambios "favorables" y como "un éxito" para el mandatario mexicano, dijo Bill Richardson, exgobernador de Nuevo México y excolaborador del presidente Barack Obama. 

Para Richardson, quien visitó México para dar una conferencia en el Colegio Americano, un ejemplo de esa situación se da con la reforma energética, que considera "la más impresionante" de las propuestas impulsadas por Peña Nieto. 

La reforma abre el sector energético a la inversión privada nacional y extranjera —que permaneció bajo control exclusivo del Estado durante 75 años—, una medida a la que se oponen los partidos de izquierda y un sector de la población, pues argumentan que con esto México entregará sus energéticos a particulares.

Para Richardson, político del Partido Demócrata, esa desconfianza carece de fundamento y Peña Nieto hasta ahora ha podido superarla. 

"Los recursos de México no van a ser violados. Va a haber lo que se llama partnerships, seguimientos fuertes entre compañías americanas, rusas españolas, francesas, y creo que es impresionante lo que ha ocurrido. (…) Cuando un presidente, y es igual en Estados Unidos, toma una decisión controvertida, por ejemplo la de energía, hay un costo político. Pero el presidente Peña Nieto tiene buenas encuestas, está arriba del 50%", dijo en entrevista.

Richardson visitó México una semana antes de Obama y el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, viajen al país para una cumbre trilateral, y señaló que desde Estados Unidos y espacios como el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) se ven con buenos ojos las siete reformas que Peña Nieto ha concretado hasta ahora —educativa, de telecomunicaciones, financiera, fiscal, en transparencia, política y energética—, pues se considera que esos cambios impulsarán el desarrollo tanto de México como de la región. 

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"Se ve muy favorable y se ve más favorable en Estados Unidos creo que en México, porque este señor ha tenido siete éxitos. (…) Se ve inversionistas o líderes políticos de otros países que (ven que) estas reformas que ha hecho México no nomás son significantes, pero han sido hechas en un año", dijo. 

Las reformas promovidas por Peña Nieto aún necesitan que el Congreso apruebe leyes secundarias para que puedan funcionar. Líderes de partido y de las Cámaras legislativas consideran que ese proceso será complejo, aunque Richardson confía en que el presidente y su equipo sabrán negociar con la oposición. 

La difícil reforma migratoria 

El gobierno de Estados Unidos, en tanto, enfrenta su propia negociación con el Partido Republicano para sacar adelante una reforma migratoria, con la que busca abrir vías para que alrededor de 12 millones de migrantes indocumentados —el 60% de ellos originario de México— tengan acceso a la ciudadanía estadounidense. 

Obama ha dicho que el tema será prioritario de su mandato, que termina en enero de 2017, pero Richardson reconoce que esa meta se está complicando. 

"La situación política en Estados Unidos ahorita está muy negativa. Me preocupó mucho lo que dijo el presidente de la Cámara (de Representantes), John Boehner, que iban a demorar la reforma migratoria hasta el año que entra. Eso no es bueno porque el Senado americano ya aprobó una ley bastante buena. Es importante que, en la opinión mía, se legalicen los 12 millones, principalmente mexicanos", dijo. 

Para el exgobernador de Nuevo México —fronterizo con los estados mexicanos de Sonora y Chihuahua—, el "obstáculo principal" que deberá superar Obama en este asunto será el bloque más conservador del Partido Republicano, integrado por los congresistas del llamado Tea Party. 

¿Clinton o Biden? 

Richardson considera que a pesar de las críticas hacia Obama, los demócratas están en condiciones de volver a ganar la presidencia en las elecciones de noviembre de 2016. 

En su opinión, uno de los factores que juegan a su favor es que el Partido Republicano "no quiere cambiar" y sus posturas en temas como la migración harán que pierda el voto hispano. 

Algunos analistas en Estados Unidos señalan que la definición de la candidatura demócrata estará entre la exprimera dama y exsecretaria de Estado Hillary Clinton y el vicepresidente Joe Biden, dos políticos a los que Richardson dice conocer bien. 

Con los Clinton mantuvo contacto durante la presidencia de Bill (1993-2001), en la que fue secretario de Energía. Sin embargo, se distanció de ellos en 2008, luego de que decidió apoyar a Obama en la búsqueda de la candidatura presidencial. Por otra parte, a Biden lo trató dentro del equipo de Obama durante la contienda de ese año. 

Pero a dos años de esa nueva elección, Richardson opta por mantener bajo reserva en qué bando se ubicará. 

"No me quiero meter todavía, pero creo que va a haber más candidatos de ellos dos. Es importante que el partido tenga un debate interesante, pero vamos a ver. Voy a terminar siendo político, sin confirmar a quién voy a apoyar", dijo.

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