Toma de alcaldía de Apatzingán, por problemas entre el alcalde y el cura
El palacio municipal de Apatzingán, en el estado de Michoacán, cumplió este martes 24 horas tomado por civiles, que el lunes desalojaron del lugar al alcalde Uriel Chávez y exigieron su renuncia.
La toma de la alcaldía representa un nuevo episodio de tensión en Michoacán, donde desde mediados de enero el gobierno federal desplegó un operativo para combatir a la delincuencia organizada y contener a los grupos de autodefensa que se formaron para enfrentar a los delincuentes.
Para el comisionado federal, Alfredo Castillo, la toma de la alcaldía no implica un conflicto de grandes dimensiones, sino que derivó de un problema personal entre Chávez y un sacerdote local, Gregorio López.
“Estamos sobre todo en un tema personal entre dos factores importantes y representativos”, dijo el comisionado a la emisora Radio Fórmula.
“Consideramos que necesitamos que estos actores puedan dirimir estas diferencias, y si hay elementos, pues no utilizar el micrófono, sino darlas a conocer ante las autoridades”.
La declaración se produjo un día después de que unas 50 personas llegaran a la alcaldía y sacaran a Chávez, quien fue rescatado de la protesta por policías federales, según reportes del gobierno estatal.
Castillo dijo que los manifestantes no portaban armas y que no se registraron hechos de violencia.
López señaló al respecto este martes que sus problemas con Chávez, militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), no son personales, sino que es “el pueblo” el que exige su renuncia por presuntos vínculos con el grupo delictivo de Los Caballeros Templarios.
“No soy yo. Es el pueblo el que está reclamando. Es más, ahorita siguen tomadas las instalaciones. Ya no va a entrar él. El pueblo así lo quiere”, dijo el prelado a Radio Fórmula.
Chávez rechaza las acusaciones y ha retado a Gregorio López a que presente pruebas en su contra.
La ausencia de administración pública municipal debe llevar al Congreso de Michoacán a considerar la desaparición de poderes en algunos ayuntamientos del estado, dijo este martes el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, según Notimex.
"Observamos que había y hay incapacidad en materia de seguridad pública por parte de gobiernos municipales, incapacidad en materia de administración del propio ayuntamiento y ahora observamos, con esta toma del ayuntamiento de Apatzingán el día de ayer, una ausencia de gobierno”, mencionó Plascencia.
Ubicado en el centro de Michoacán, el municipio de Apatzingán tiene alrededor de 120,000 habitantes, es decir, cerca del 3% de la población estatal.
Las tensiones en la localidad se producen mientras el gobierno federal mantiene operativos contra la delincuencia y ha anunciado inversión en turismo y en el campo para impulsar la economía.