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"Mi sueño de inmigrante se convirtió en una pesadilla en México"

Hondureños que perdieron partes de su cuerpo al viajar hacia EU criticaron la "persecución" y el riesgo que padecen los inmigrantes
mié 16 abril 2014 04:20 PM

Quince hondureños a los que mutiló la Bestia en México quieren evitar que más inmigrantes experimenten el mismo dolor.

Años después de vivir el infierno de que el paso implacable del tren devorara partes de su cuerpo, regresaron a territorio mexicano para pedir que mejoren las condiciones de los inmigrantes que cruzan el país de sur a norte.

En un albergue del Distrito Federal, en el que estuvieron hasta este miércoles, José Luis Hernández contó en entrevista cómo perdió una pierna, un brazo y tres dedos de una mano al caer hace casi 10 años del tren en Ciudad Juárez, Chihuahua.

Aquel día, después de varios kilómetros de viaje en la Bestia, con el temor de que lo detuvieran las autoridades migratorias o de que hubiera un ataque de un grupo delictivo, el cansancio lo tenía agotado.

Entonces, en un momento en la oscuridad, dio un paso en falso y cayó. Si bien sobrevivió tras recibir atención médica, su vida dio un giro del que aún intenta recuperarse.

"El cansancio, el sueño, hacen que se debilite uno y se caiga de ese tren, por eso hay tanto mutilado… emigré como la mayoría de los jóvenes, con la ilusión de cumplir un sueño en Estados Unidos. Lamentablemente ese sueño se convirtió en pesadilla", comentó en entrevista.

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José Luis lamenta que ya no pueda tocar la guitarra o jugar futbol, como lo hacía cuando era niño.

"A veces estoy soñando en mi casa, en mi cuarto, sueño con que estoy tocando mis canciones con mi guitarra. Despertar de ese sueño y ver que mi realidad es otra, es difícil. Me siento en mi cama, me pongo a llorar, y me desahogo con Dios", relató.

Tanto él como otros 14 migrantes hondureños viajaron desde el 20 de marzo pasado a México, con la intención de difundir sus historias e incluso reunirse con el presidente, Enrique Peña Nieto, para plantearle algunas demandas, como recibir apoyo para obtener prótesis nuevas. 

Tras hacer diferentes escalas, llegaron a la capital mexicana y se instalaron en un albergue ubicado en la colonia Vallejo, cerca de la estación del Metro Misterios, donde contaron con la ayuda del grupo Scalabrinianas: Misión para Migrantes y Refugiados.

Este miércoles dieron una conferencia, horas antes de emprender el regreso a su país,, en la que hablaron sobre su "frustración" porque no tuvieron una respuesta concreta a sus peticiones. "Merecíamos algo más", mencionaron. 

En su lista de demandas está la emisión de visas de tránsito y otras medidas de protección para los migrantes centroamericanos que cruzan cada año México en su intento por llegar a Estados Unidos.

"De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Migración (INM) en nuestro país el flujo migratorio anual es de 25 millones de ingresos legales y 450,000 migrantes indocumentados", indica un comunicado de la presidencia mexicana emitido en 2013.

En un reporte especial emitido por la Comisión de Derechos Humanos (CNDH) en 2011 se indica que la mayoría de los inmigrantes indocumentados son de Centroamérica.

En ese estudio se apunta que los inmigrantes están en situación de vulnerabilidad "extrema", ante delitos como el secuestro.

En un periodo de seis meses, de abril a septiembre de 2010, la Comisión contabilizó 241 situaciones de secuestro de inmigrantes, con un total de 11,333 víctimas.

Ellos mismos dicen que arriesgan su vida al subir al tren y que están vulnerables ante la operación de criminales  que supuestamente se coluden con las autoridades. 

"Queremos cambios de fondo en la política migratoria para evitar el aniquilamiento de sueños", expresaron.

Durante su conferencia hablaron de que en México ocurre "la migración más peligrosa del mundo", y que en este país los migrantes son como "corderos en medio de leones".

En diciembre de 2013 el gobierno mexicano indicó que elaboraría un programa en materia migratoria para "desarrollar acciones concretas" en beneficio de las personas migrantes nacionales, extranjeras y de sus familias.

"Nuestras mutilaciones son el resultado de persecuciones hechas por parte de agentes de migración, policías municipales, estatales y federales en nuestro intento de buscar una vida digna", mencionaron.

Norman Saúl Varela, quien de acuerdo con su relato perdió su pierna por el paso de la Bestia, al huir de policías y agentes de inmigración en Tabasco, dijo que los inmigrantes viven una situación trágica. 

"Siguen mutilando nuestros sueños", dijo. Al regresar a México, hace unos días en algún punto del recorrido, Norman Saúl volvió a encontrarse con la Bestia.

"Yo quería destruirla. Recordando lo que me había pasado. Se llevó mis sueños. Mi fuerza. Dejándome imposibilitado".

Tanto Saúl como José Luis forman parte de la Asociación de Migrantes Retornados con Discapacidad de (Amiredis), que agrupa a unos 450 migrantes hondureños que están mutilados, después de sufrir percances con la Bestia. 

Utilizan prótesis, muletas y sillas de ruedas para poder moverse.

Este miércoles iniciaron el camino de regreso en autobús a la ciudad de El Progreso, en el Departamento de Yoro, Honduras, con un sabor amargo.

"Es triste cómo le truncan los sueños a uno con tanta persecución que hay acá... porque todos se quieren aprovechar de los migrantes y somos presas fáciles", dijo José Luis.

"No estoy resentido con México. Estoy resentido con grupos criminales que se aprovechan con los migrantes. Estoy resentido porque no hay voluntad política de los gobiernos centroamericanos y de México de poder cambiar esta dura realidad de los migrantes", agregó.

En 2010 las autoridades ubicaron 72 cuerpos en fosas en el municipio de San Fernando, Tamaulipas, muchos de ellos pertenecientes a inmigrantes provenientes de Guatemala, Hondurasy  El Salvador.

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