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Los 'millenials' salen de la vida digital para ayudar a las víctimas del sismo

Con un casco, chaleco y botas, los jóvenes mexicanos han poblado de ayuda los sitios donde el sismo causó mayores afectaciones.
mar 26 septiembre 2017 07:43 PM
Colaboración
Colaboración En las zonas de desastre es común observar concentraciones de personas menores a 30 años actuando en las labores de apoyo.

Demoliendo la fama de individualistas e indiferentes de los millenials, los jóvenes mexicanos han llevado la batuta de la solidaridad en un país traumatizado por el fuerte sismo que ha segado más de 300 vidas y pueden convertirse en un motor de cambio.

"Nos toman como muy apáticos, (...) pero esta fue la oportunidad para demostrarles de que a pesar de que somos jóvenes, vamos a dar todo por nuestro país", dijo Carlos Alberto Vázquez, recién licenciado en Relaciones Internacionales y voluntario en Álvaro Obregón 286, un edificio de la Ciudad de México colapsado por el sismo.

Con un casco, chaleco y botas, Carlos Alberto hace cola junto a unas 50 personas, la mayoría menores de 30 años, para poder entrar en la zona cero de este inmueble, donde se calcula que todavía hay alrededor de 35 personas sepultadas.

No tiene conocimientos específicos en obra ni en rescate, pero sí enormes ganas de ayudar. Con la indispensable vacuna antitetánica puesta y su nombre y número de teléfono pintados con un rotulador en el brazo, está listo para lo que considera un deber.

Hoy seguirá formando cadenas humanas para remover escombros o repartiendo comida con el resto de compañeros. Tal y como han hecho centenares de miles de jóvenes estos días en México, ante la que ha sido probablemente la peor tragedia que recuerdan.

INFOGRAFÍA: Jojutla: Entre las ruinas, el caos y la esperanza

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Angélica Rodríguez tiene 22 años y es estudiante de Derecho. Lleva varios días de voluntaria.

"Yo si estuviera en una situación similar me gustaría recibir apoyo", consideróla joven, quien dijo estar "de contrabando", porque sus padres no le dejan ayudar a pie de derrumbe, por miedo a que le pueda pasar algo.

El director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), Juan Martín Pérez, valora muy positivamente este advenimiento de los jóvenes tras el sismo de magnitud 7.1 que impactó el centro de México este 19 de septiembre.

"Se rompe la lógica imperante. Los protagonistas y líderes están siendo ellos", consideró el experto, quien afirmó que la tragedia ha sido el detonador de una necesaria "ruptura generacional" que puede dar más voz a los jóvenes.

No obstante, hay varios peligros. Entre ellos, que la política busque apropiarse de este movimiento que, hoy por hoy, carece de figuras claras. "Es un liderazgo colectivo. Un liderazgo de 'hashtags'", afirmó Pérez.

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La mayoría de jóvenes coincide en que las redes sociales fueron determinantes para lanzarse a ayudar. "Estamos más informados. Nos apoya la tecnología", resumió Luis Enrique Jiménez, quien asegura apenas ve la televisión.

Las redes han sido estos días una fuente inagotable de información, también de rumores. Pero para el titular de la Redim, son los más jóvenes los que mejor discriminan entre lo verdadero y lo falso.

De hecho, se popularizó la etiqueta #verificado19S y se montó una plataforma para corroborar datos.

Alex nació 16 años después del terremoto de 1985, que dejó miles de muertos en la Ciudad de México y tuvo lugar otro 19 de septiembre.

Aquél sismo marcó un antes y un después en la ciudadanía y en la política. Surgieron figuras como Superbarrio Gómez, un luchador por la vivienda digna encarnado por el activista social Marcos Rascón.

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Para los jóvenes, es como un relato que escucharon en casa desde pequeños. Y tras el pasado martes, decidieron actuar. "El recuerdo del 1985 ha empujado a muchos a ayudar. Al pensar lo que les pasó a sus familias", comentó Álex.

"A mi mamá le da gustó que yo esté aportando. Yo quisiera dar comida, pero desgraciadamente las posibilidades económicas no me lo permiten, pero es mejor dar manos", agregó Carlos Alberto.

Hiperconectados mediante redes sociales, desconfiando de la política así como de los medios de comunicación tradicionales y rememorando el ejemplo de solidaridad que también originó el terremoto de 1985, los jóvenes se apoderaron de las calles.

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No obstante, se desconoce si el movimiento perdurará o será efímero como tantos otros fenómenos en tiempos modernos.

"Es pronto para saber si el nuevo modelo colectivo se mantiene en una identidad generacional que logre dialogar con otra generaciones y apuesta por la reconstrucción nacional", concluyó Pérez, quien consideró que para que los jóvenes no regresen a su mundo digital será imprescindible "crear mecanismos de participación ciudadana".

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