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Jobs bajo la lupa por culpa de Madoff

La Comisión de Valores de EU indaga la forma en que Apple ha informado sobre la salud de su CEO; la SEC busca restablecer su credibilidad luego del escándalo que le significó el fraude de Madoff.
mar 27 enero 2009 06:00 AM

La situación de Apple y su CEO Steve Jobs han obligado a la Comisión de Bolsa y Valores de EU (SEC, por sus siglas en inglés) a indagar sobre la forma en que la compañía ha revelado los problemas médicos de Jobs.

Pero las causas de la investigación quizá estén más relacionadas con la propia SEC que con la salud del CEO, pues la SEC intenta restablecer su credibilidad luego de ignorar durante años las señales de advertencia del caso Madoff y ahora, claro, no puede darse el lujo de ignorar los sucesos tocantes al cáncer pancreático de Jobs, un tema que los directivos de la empresa han considerado como personal y privado y que no compete a los inversionistas. 

La investigación se desencadenó después de que la semana pasada Jobs anunciara que tomaría una licencia médica por seis meses, a pesar de que días antes había asegurado a sus inversionistas que su apariencia demacrada se debía a un "desequilibrio hormonal."

Jobs fue diagnosticado con la enfermedad en octubre del 2003, pero no reveló nada hasta agosto del 2004, al día siguiente de su cirugía, cuando públicamente se autoproclamó "curado." Pero en junio de 2008, su apariencia deteriorada desató la sospecha de que el cáncer había reaparecido, negada por un portavoz de Apple quien dijo que Jobs sufría de "un virus común." Un mes después, el New York Times informaba que Jobs se había sometido a otra cirugía para solucionar problemas nutricionales relacionados con su operación de cáncer.

Los temores se avivaron nuevamente -y el precio de las acciones de Apple comenzó a caer- cuando Apple anunció en diciembre que Jobs no aparecería en la conferencia de MacWorld. Para acallar los rumores, la empresa afirmó el 5 de enero que Jobs padecía un "desequilibrio hormonal" y las acciones se recuperaron un 4% ese día.

Pero el secretismo en torno a los padecimientos de Jobs podría romper las reglas corporativas, asegura el profesor en derecho Jack Coffee, pues la condición médica de los ejecutivos -como cualquier otra condición que potencialmente afecte el desempeño de la empresa- está sujeta a dos principios de revelación.

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El primero, que la empresa tiene la obligación periódica de revelar "cualquier riesgo conocido, evento, tendencia o incertidumbre" que pueda afectar "el resultado futuro de las operaciones." Coffee admite que es difícil saber si la condición médica de un directivo entra en esa categoría, pues depende de la indispensabilidad del ejecutivo para la empresa y la severidad de su condición.

El segundo principio de revelación es más sencillo de entender y aplicar, explica el profesor. Una vez que la compañía decide revelar algo sobre la salud de un ejecutivo, esa información tiene que ser cierta y totalmente verdadera. "No puedes mentir" indica Coffee.

En el caso de Apple, la junta directiva y su CEO quizá estén en otra situación legal. Aunque ambos están sujetos a obligaciones de revelación, es muy posible que toda la información que sale de la junta en torno a la salud de Jobs provenga del propio Jobs. 

Hipotéticamente, si un CEO engaña al consejo sobre su condición médica y luego el consejo, confiando en esa información, publica un informe errado sobre la salud del CEO, dicho ejecutivo estaría cometiendo fraude accionario, no así el consejo... ¿por qué? Porque hacer declaraciones falsas por negligencia no constituye fraude, para ser fraude la declaración tiene que haber sido hecha intencional o irresponsablemente.

(Este articulista no tiene, desde luego, ninguna razón para creer que Jobs malinformó al consejo de Apple. Es muy posible que entre el 5 y el 14 de enero los doctores de Jobs encontraran nueva información que les obligó a cambiar sus evaluaciones. Esa es, sin lugar a duda, la pregunta que la SEC quiere que se responda.)

A pesar de que las últimas revelaciones han sido frustrantes para los accionistas de Apple, no creo que la investigación de la SEC llegue a una acusación de fraude. La solidez de un caso contra Jobs o Apple es directamente proporcional a la gravedad de la salud de Jobs. Y nadie quiere interponer una demanda contra el icono de una empresa americana que lucha por su vida.

Lo que tampoco quiere decir que la investigación emprendida por la SEC es desacertada. Por el contrario, la SEC necesitaba llevarla a cabo para recordarle a las corporaciones que hay reglas de revelación que aplican a todos y para demostrarles a los inversionistas dubitativos que la Comisión sigue activa.

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