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CEO de AIG pide que devuelvan los bonos

Liddy solicitó a empleados que recibieron más de 100,000 dólares que devolvieran al menos la mitad; indicó que algunos empleados regresaron sus bonos y otros dejaron la empresa luego de recibirlos.
mié 18 marzo 2009 07:15 PM
Liddy fue increpado por manifestantes que vestían ropas de color rosa brillante y portaban pancartas. (Foto: Reuters)
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El presidente ejecutivo de la golpeada aseguradora estadounidense AIG, Edward Liddy, dijo este miércoles que trataba de evitar el colapso de la firma cuando permitió el pago de 165 millones de dólares en bonos, lo que generó indignación en la gente común y la Casa Blanca.

Edward Liddy, quien asumió como presidente y presidente ejecutivo de American International Group Inc en septiembre, cuando el gobierno intervino por primera vez con una serie de rescates, dijo que había pedido a los empleados que recibieron más de 100,000 dólares en bonos que devolvieran al menos la mitad.

"Los estadounidenses están preguntándose algo muy simple, ¿Por qué pagar algo a esta gente?", dijo Liddy ante el subcomité de la Cámara de Representantes.

"Esta es la respuesta: estoy tratando desesperadamente evitar un colapso descontrolado de esa empresa".

Liddy dijo que algunos empleados ya devolvieron la totalidad de sus bonos, y que algunos dejaron la empresa después de recibir los bonos.

AIG se enfrenta al intenso reproche del público, de los legisladores y del presidente estadounidense, Barack Obama, porque tras aceptar 180,000 millones de dólares de ayuda estatal para evitar la quiebra pagó bonos a sus empleados, incluidos 1 millón o más pagados a 73 personas.

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Liddy argumentó que los bonos eran necesarios para retener a los empleados con conocimiento especializado para deshacerse de 2.7 billones de dólares en títulos complejos que terminaron arrastrando a la empresa al borde del colapso el año pasado.

La furia desatada por los bonos amenaza con socavar los esfuerzos de Obama por resolver la crisis del crédito y sacar a la economía de una profunda recesión.

El mandatario ha dicho que podría pedir al Congreso más dinero que el fondo de rescate de 700,000 millones de dólares aprobado en octubre.

"Está bien que la gente esté indignada. Yo estoy indignado", dijo el miércoles Obama.

Muchos votantes consideran a los rescates financieros como dinero gratis entregado a ejecutivos ricos que tomaron malas decisiones, y los fuertes bonos alentaron esa ira.

"Es moralmente reprochable y fiscalmente irresponsable esperar bonos en dinero por poner a un gigante corporativo de rodillas", dijo la representante demócrata Carolyn Maloney. Su colega Paul Hodes bromeó con que había que ponerse de pie ante AIG por "arrogancia, incompetencia y codicia".

Pero existía preocupación de que el ambiente hostil en Washington aleje a los grandes inversionistas privados, como los fondos de cobertura, a los cuales el gobierno necesita para que le ayuden a comprar los activos tóxicos de los balances de los bancos y para estabilizar el sistema financiero.

Clamor popular

Canalizando el clamor popular, varios demócratas y republicanos en el Congreso buscan obligar a AIG a revelar los detalles de los bonos y propusieron imprimirles cargas tributarias tan altas que los beneficiados se queden sin nada.

El representante Barney Frank, el demócrata que encabeza la comisión de Servicios Financieros de la Cámara baja, intentará pedir a Liddy que dé los nombres de aquellos que recibieron bonos.

"Si el señor Liddy no quiere darnos los nombres, entonces convocaré a la comisión para votar una citación para los nombres", agregó.

"Intentamos usar nuestro poder para conseguir los nombres," puntualizó.

Liddy se rehusó a dar nombres, argumentando preocupaciones por la seguridad de sus empleados, y leyó en voz alta lo que dijo eran ejemplos de amenazas de muerte recibidas por ellos.

Paralelamente, tres republicanos pidieron a la Comisión de Bancos del Senado enviar una citación para obtener documentos relativos a los bonos, y el Comité Judicial de la Cámara aprobó una legislación que apunta a recuperar el dinero.

El fiscal general de Nueva York, Andrew Cuomo, quien envió a AIG una citación para que publique la lista de los empleados que recibieron los bonos, dijo que pedir a los empleados que devuelvan la mitad del dinero era "demasiado poco demasiado tarde" y que cubría a apenas 298 de los 418 receptores de los bonos.

"Si AIG no tiene nada que esconder y no está avergonzada por los pagos, debería darnos la lista ahora. La era de los enormes bonos envueltos en un halo de misterio debe terminar", dijo en un comunicado.

"Preferimos no ir a la corte sobre este tema, pero AIG nos está dejando pocas opciones", añadió.

Además, el Departamento de Justicia de Estados Unidos está trabajando con el Tesoro para determinar cómo se puede seguir adelante para recuperar los bonos, dijo el fiscal general Eric Holder.

La sala de audiencias de la Cámara estaba repleta, con más de 80 personas dentro y decenas esperando afuera. La fila para ingresar ya tenía 40 personas una hora antes de empezar la audiencia.

Cuando ingresó Liddy, se entretuvo brevemente en hablar con un puñado de manifestantes, muchos de los cuales estaban vestidos con ropas de color rosa brillante y portaban pancartas.

El representante Paul Kanjorski, un demócrata que preside el subcomité, estaba cada vez más frustrado con la interrupción y dijo a los manifestantes que no "prueben mi paciencia". Gritó "Bajen las pancartas!" y más tarde los carteles fueron confiscados.

Uno tenía un cartel que decía "Echen a Geithner," en referencia al secretario del Tesoro, Timothy Geithner, quien ha sido el arquitecto de los rescates.

Obama dijo que tiene plena confianza en Geithner y aseguró que estaba "tomando las medidas correctas" para mejorar la economía.

La situación ha puesto a Obama en una delicada posición en la que trata de equilibrar su empatía con la ira de la gente y seguir manteniendo su enfoque en el asunto mayor: recuperar a la economía.

"Existe un instinto entre los miembros de nuestra clase política para convocar espectáculos públicos de juicio con los que maquillan sus propios defectos", dijo Joseph Brusuelas, director de Moody's Economy.com.

"Esto está a punto de dañar el progreso real realizado por la Reserva Federal para resolver la crisis financiera", añadió.

 

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