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EU endurece postura ante GM y Chrysler

El gobierno de Obama exige a Chrysler concretar una alianza con Fiat para recibir apoyo; se comprometió a financiar a GM por 60 días mientras concreta una reestructuración.
lun 30 marzo 2009 08:50 AM

El gobierno de Barack Obama tomó el lunes el volante de la complicada industria automotriz de Estados Unidos al forzar la salida del presidente ejecutivo de General Motors (GM), presionar para una fusión de Chrysler y amenazar con declarar en quiebra a ambas.

Las medidas ocurren después de que PSA Peugeot Citroen, el segundo mayor fabricante de autos de Europa en términos de ventas, despidiera a su presidente ejecutivo, Christian Streiff, y nombrara en su reemplazo al ex jefe de la acería Corus Philippe Varin, a partir del 1 de junio.

El gobierno de Obama se comprometió a financiar las operaciones de GM sólo por los próximos 60 días, periodo durante el cual debe llevar a cabo una reestructuración general, en vez de concederle los 16,000 millones de dólares en préstamos que solicitó la que hasta hace poco fuera la mayor automotriz del mundo.

Rick Wagoner, presidente ejecutivo de GM desde el año 2000 y que encabezó la firma durante la veloz depresión de los últimos cinco años, fue obligado a abandonar su cargo a pedido del panel del gobierno que lidera Steve Rattner, un ex banquero de inversión. También será reemplazada la mayoría del directorio.

"Nos queda mirar atrás y pensar que la designación de Wagoner como presidente del directorio y presidente ejecutivo en 2003 fue poco más que un acto para asegurar que continuara la dinastía de arrogancia y fracaso del directorio de GM", comentó Howard Wheeldon, estratega senior de la correduría BGC Partners.

Wheeldon sostuvo que la partida de Wagoner era casi inevitable, desde el momento que la automotriz pidió fondos del Gobierno, y manifestó su decepción de que las autoridades no hubieran insistido antes con un reemplazo externo.

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Fritz Henderson, el protegido de Wagoner que era presidente y presidente operacional de GM, fue nombrado como nuevo presidente ejecutivo.

La partida de Wagoner ocurre en medio de las críticas al Gobierno de Obama por no haber impedido los pagos de bonos a ejecutivos de la aseguradora American International Group.

Un alto dirigente sindical de Opel, la marca alemana de GM que está siendo escindida junto a la filial británica Vauxhall y busca inversionistas y apoyo gubernamental, dijo que las medidas de todos modos llegaban con retraso.

En Francia, Thierry Peugeot, presidente de PSA, dijo en un comunicado que las dificultades excepcionales que enfrenta la industria obligaban a un cambio en la administración, pero Streiff se defendió al afirmar que sus medidas habían ayudado al grupo a soportar la tormenta.

Algunos analistas veían con buenos ojos la designación de Philippe Varin.

"Trae a alguien que puede mirar al problema con ojos frescos. La esperanza será que aquí tendremos un impacto similar al que tuvo (Sergio) Marchionne en Fiat y al que Varin tuvo en Corus", dijo Stuart Pearson, analista de Credit Suisse.

A Chrysler, controlada por el fondo de inversión Cerberus Capital Management, le dieron 30 días para completar una alianza con la italiana Fiat o enfrentar un recorte de fondos estatales que podría forzar su liquidación.

Fiat no estuvo inmediatamente disponible para hacer comentarios.

El panel automotor de la Casa Blanca rechazó un pedido de Cerberus para que Chrysler pudiese ser viable por su cuenta, argumentando que tenía una línea de productos relativamente pequeña y débil, y que su participación de mercado se había reducido en Estados Unidos.

Si Chrysler logra cerrar una alianza con Fiat y acuerdos de ahorro de costos con los acreedores y con su mayor sindicato, el Tesoro consideraría invertir otros 6,000 millones de dólares en ella, dijeron los funcionarios.

Funcionarios de Estados Unidos afirmaron que habían habido progresos en las últimas negociaciones con el equipo de trabajo gubernamental. Fiat había acordado tomar menos del 35% de Chrysler, cifra que habían negociado inicialmente ambas, indicó un alto funcionario.

Mientras tanto, Henderson, un arquitecto clave del plan de renovación de GM que fue rechazado, estaría trabajando con funcionarios y asesores de Estados Unidos para desarrollar una reestructuración más agresiva.

"Creemos que nuestro acercamiento a GM está partiendo con una hoja de papel en blanco", dijo el alto funcionario.

El gobierno de Obama no ha descartado una rápida bancarrota para GM o Chrysler, aclaró.

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