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El ‘capitán del barco’ de los Yankees

George Steinbrenner apostó en 1973 por comprar al equipo de los Yankees de Nueva York; la historia de su compañía naviera escapa de la imagen del hoy fallecido magnate del béisbol.
mié 21 julio 2010 02:00 PM
Steinbrenner puso más de 40 millones en su firma naviera, American Ship, para evitar que quebrara. (Foto: AP)
yankee george steinbrenne (Foto: AP)

George Steinbrenner falleció la semana pasada. El dueño de los Yankees es recordado por la prensa por haber encumbrado a su equipo de béisbol, por haber amasado una reputación como uno de los propietarios más vilipendiados.

Pero hay otro elemento de la vida del Jefe que no ha sido discutido aún: la forma en que Steinbrenner se convirtió en ejemplo del Estados Unidos postindustrial, al trasladar el centro financiero de su familia de la industria a los deportes.

El negocio de la construcción de barcos que su familia controlaba le dio los recursos para comprar a los Yankees de Nueva York en 1973, algo que comenzó siendo un juego. Intentó antes y en vano comprar a los Indios de Cleveland. Con el tiempo, la construcción naval decayó y los Yankees se inundaron de dinero, el club de béisbol era ahora la fuente de riqueza para la familia, y eso ayudó, a su vez, a que Steinbrenner mantuviera a su constructora American Ship Building.

Esta idea me intrigaba, y la expuse en un artículo en el diario Newsday en 1992. A Steinbrenner también le gustó, como me lo dijo en una conversación.

Que Steinbrenner hablara conmigo dice mucho sobre él (algo bueno, de hecho). Unos días antes, el Newsday lo había enfurecido porque apareció una nota firmada por Marty Noble y por mí. Allí decíamos que el equipo debía limitar su gasto en agentes porque había pedido un préstamo por 100 millones de dólares contra sus contratos de transmisión y el dinero se distribuyó entre los propietarios, de los cuales 55 millones fueron a parar al bolsillo de Steinbrenner.

Él no había querido contestarme al teléfono cuando estábamos elaborando esa historia, y respondió a una lista de preguntas vía fax saltándonos y dirigiéndose directamente a nuestro jefe, el editor Tony Marro. A pesar de su enojo, Tony publicó la historia como nosotros la habíamos previsto.

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Aunque toda mi vida he sido fan de los Yankees, nunca he sido un gran fan de Steinbrenner. No quería que se inmiscuyera en el equipo, solamente tenía que contratar a los jugadores que necesitábamos y dejarlos en paz para seguir ganando la Serie Mundial.

Pero mi opinión sobre él cambió cuando me di cuenta que puso una importante cantidad de su propio dinero (más de 40 millones) en American Ship sin hacer alarde alguno. "Hay una conexión sentimental" me dijo cuando le pregunté por qué ponía dinero en el negocio naviero que su bisabuelo empezó. "Cuando creces entre barcos, lo llevas en la sangre".

¿Por qué no dejó que American Ship colapsara? "La bancarrota es la herramienta que usan los grandes para arruinar a los pequeños a los que deben dinero" me dijo. Más tarde, en los 90, la empresa efectivamente quebró.

Entretanto, los Yankees prosperaron financieramente más allá de cualquier previsión, convirtiendo a la familia de Steinbrenner en multimillonarios.

La clave de todo fue diversificar y alejarse de un negocio equivocado, de la industria pesada de esa América industrial que empalidecía, hacia el insuperable negocio del entretenimiento.

"El timing lo es todo. Es mejor ser suertudo que ser bueno" me comentó en 1992. Nadie puede contradecir eso.

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