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CEOs de 1 dólar: ¿generosidad o ardid?

Un presidente ejecutivo que acepta un sueldo mínimo pretende transmitir su confianza en el negocio; sin embargo, suelen compensarse de otras formas y obtener ganancias millonarias.
vie 03 junio 2011 06:02 AM
Lee Iacocca, ex jefe de Chrysler, fue pionero en los sueldos de un dólar. (Foto: Photos to Go)
un dólar (Foto: Photos to Go)

Un presidente ejecutivo que acepta un sueldo anual de un dólar envía un mensaje poderoso: que es un jugador en equipo al que le gusta hacer sacrificios por el bien de la compañía. Es cierto que quizá el ejecutivo está recibiendo opciones de acciones generosas además de su sueldo, pero esos pagos dependen del éxito del corporativo. El sueldo de un dólar al año es un gran gesto, que pretende transmitir la confianza del presidente en el futuro del negocio. Pero también podría ser una cortina de humo: un estudio reciente realizado por los profesores Gilberto Loureiro, Anil K. Makhija y Dan Zhang dice que en muchos casos, los salarios de un dólar no son más que estrategias de relaciones públicas: "Vemos evidencia consistente con la percepción de que un presidente ejecutivo con un sueldo de un dólar está poniendo en marcha una artimaña para ocultar sus propósitos de arrendamiento con estos planes de pago", dijeron. "En lugar de ser un acto de sacrificio, como pretende serlo, nuestros hallazgos sugieren que la adopción de salarios de un dólar muestran un comportamiento oportunista por parte de los presidentes ejecutivos más ricos, confiados e influyentes".

El pionero del sueldo de un dólar fue el ex presidente de Chrysler, Lee Iacocca, quien aplastó su salario a finales de los 70 mientras la complicada compañía automotriz discutía con el Gobierno en busca de ayuda. Otros presidentes ejecutivos siguieron sus pasos: Nelson Peltz de Wendy's/Arby's Group, Sumner Redstone de CBS, y otra serie de ejecutivos como Steve Jobs, de Apple, Larry Ellison, de Oracle y John Chambers, de Cisco.

La idea ha tomado una mayor tracción en años recientes, pues líderes ejecutivos como Eric Schmidt, de Google, y John Mackey, de Whole Foods, también adoptaron la medida. Durante la crisis financiera, los presidentes ejecutivos de los fabricantes de autos GM, Chrysler y Ford prometieron pagarse a sí mismos un dólar. También lo hizo el presidente de Citigroup, Vikram Pandit, quien recibió un sólo dólar en 2009 y en 2010. Su ascetismo duró poco: el banco lo premió recientemente con un paquete de pago de varios años con un valor que supera 20 millones de dólares. 

No es ningún secreto que estos presidentes abnegados frecuentemente compensen lo que perdieron en el sueldo cargándose de opciones de acciones. Loureiro y sus coautores echaron un vistazo a la compensación total de los 50 presidentes ejecutivos de compañías públicas que ganaron un dólar o menos entre 1992 y 2005, y descubrieron que, cuando se incluía un sueldo basado en capital, ganaban tanto como sus contrapartes. Los presidentes ejecutivos de un dólar dejaban ir una media de 610,000 en sueldos anuales, pero ganaban más de dos millones de dólares en recompensas de opciones incrementales.

La compensación de acciones puede ser algo bueno. Cuando los presidentes ejecutivos renuncian a un salario alto o a bonos a cambio de capital, alinean su riqueza con el éxito de la compañía, lo que debería motivarlos para conseguir el crecimiento. Según el estudio, esta ‘hipótesis de alineación' es la razón citada con mayor frecuencia para el sueldo de un dólar. Pero la teoría no está basada en los hechos. Los autores descubrieron que las compañías que recortaban el sueldo de un presidente ejecutivo no tenían una necesidad demostrable de alinear el desempeño ejecutivo con los resultados. Tampoco tenían oportunidades de crecimiento significativas o un historial de haber recompensado a sus líderes con opciones.

La hipótesis de la alineación es socavada por la alta tasa de renuncias entre los presidentes ejecutivos de un dólar: una vez que el plan salarial es descontinuado, sólo el 48% de los presidentes ejecutivos que aceptaron el recorte permanecen en su puesto. Entre 1993 y 2001, la tasa de renuncias total entre los presidentes ejecutivos de compañías públicas fue de sólo 9%.

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Los autores del estudio alegan que el sueldo de truco publicitario se explica mejor por la ‘hipótesis de poder administrativo', que afirma que esos presidentes ejecutivos de un dólar están en busca de sus propios intereses. Dicen que los negocios que instituyeron los sueldos de un dólar tenían una gobernabilidad corporativa débil. Sólo el 34% tenía un comité de compensación independiente, en comparación con un promedio de 67%. El poder en las compañías de un dólar se concentró en la cima; sus presidentes ejecutivos tenían una participación de propiedad promedia de 10% (en comparación con el 3.2% de sus contrapartes). Las instituciones externas tenían una propiedad de sólo 53% de la compañía (en comparación con el 61%).

Los presidentes ejecutivos de un dólar son ricos y confiados, incluso más que el ejecutivo promedio. Esto corrobora la hipótesis del poder administrativo, según el estudio, pues los líderes ricos y desenvueltos son más propensos a buscar sus propios objetivos. Un impresionante 30% de los presidentes ejecutivos de un dólar aparecieron en la lista de Forbes 400 de los estadounidenses más ricos, en comparación con el promedio de menos de 5% entre los presidentes ejecutivos en general. Tenían el doble de posibilidades de ser descritos en reportajes como "optimistas" o "seguros".

Pero la confianza por sí misma no es ninguna preocupación; el estudio también descubrió que los presidentes ejecutivos de un dólar tenían problemas que los volvían vulnerables a la ira pública, como investigaciones gubernamentales, bajo desempeño corporativo y dilemas personales. De los 50 presidentes ejecutivos que aceptaron un sueldo de un dólar, 25 tenían riesgos de relaciones públicas explícitos. Esto podría ser una coincidencia, pero los autores lo dudan: "No es ninguna sorpresa que este grupo haya decidido adoptar sueldos de un dólar como un camuflaje de sus beneficios".

Si eso les parece cinismo, consideren esto: en el primer año después de que las compañías anunciaron sueldos de un dólar para los presidentes ejecutivos, lograron rendimientos sobre activos comparables a los de sus contrapartes. Después de eso, sus rendimientos se deterioraron. Las compañías de un dólar tenían un desempeño significativamente inferior al de sus contrapartes en el mercado de acciones después de tres años.

Los hallazgos de los autores son críticos, pero quizás no son completamente concluyentes, según otro estudio reciente de la autoría de Sophia J.W. Hamm, Michael J. Jung y Clare Wang. Ellos analizaron a distintos presidentes ejecutivos que aceptaron sueldos de un dólar y encontraron varias disparidades dentro del grupo.

Aunque los ejecutivos que recibieron salarios totales más altos eran más propensos a reducir su desempeño con el tiempo, dijeron que los que recibían paquetes salariales más bajos eran más propensos a lograr rendimientos de acciones mejorados y a mejorar el desempeño. Al final, el salario de un dólar fue irrelevante; lo que importaba era los resultados finales.

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