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Una crisis cultural ‘amenaza’ a Facebook

Una vez que salga a Bolsa, la firma deberá ‘transformar’ a sus empleados para seguir siendo exitosa; Facebook también debe convencer a Wall Street de que el uso que le da al dinero es el correcto.
jue 01 marzo 2012 11:45 AM
Facebook corre el riesgo de bajar la guardia y crear involuntariamente un caos organizacional.(Foto: AP)
facebook me gusta (Foto: AP)

Cualquier día de éstos Facebook organizará una fiesta deslumbrante. ¿Y por qué no? No todos los días una compañía debuta en Bolsa por decenas de miles de millones de dólares.

Festeja Facebook, pero cuídate del día siguiente. Más bien, cuídate del año siguiente y del año que le siga a ése.

Porque una vez que la red social reciba esa masiva inyección de liquidez, la compañía podría verse afectada por algo que duele más y dura más que una resaca: un cambio de cultura. ¿La razón? Es simplemente difícil generar pasión, humildad y la paranoia a gran escala (los valores definitorios de una empresa dinamizada) cuando todos están con la panza llena y el corazón contento.

Y tras la fiesta, Facebook se sentirá exactamente así, feliz y satisfecho, en especial el personal de más antigüedad y aquellos que controlan el barco: sus directivos.

Oh, vamos, me dirán, los ejecutivos de Facebook no son tontos. No permitirán que la Oferta Pública Inicial  (OPI) cause estragos en su cultura ganadora. Y estamos de acuerdo...sólo con la primera parte de esa afirmación. Es cierto que muchos directivos de Facebook son los mejores en su área, basta ver lo que han logrado hasta ahora.

Pero un nuevo orden mundial está a punto de vislumbrase en Palo Alto, uno donde Wall Street pronto exigirá saber cómo planea Facebook gastar el capital recién creado.

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¿Dominará el espacio de los medios sociales con la compra de Twitter? ¿Ampliará su alcance mundial a golpe de adquisiciones? Tales preguntas son importantes, por supuesto, y los directivos de Facebook las abordarán. Deben hacerlo, sin duda, con la salvedad de que esa estrategia a menudo distrae a los líderes de otra actividad: la construcción de una cultura.

Y existe también otra dinámica que pronto se apoderará de la compañía. Tras la OPI, Facebook tendrá dos clases de ciudadanos, una realidad innegable. Algunos de sus 3,000 empleados (varios cientos, según algunas estimaciones) tendrán una fortuna en sus manos . Mientras que los de reciente contratación tendrán que conformarse con meras posibilidades.

Eso no es bueno. A menos, claro, de que alguien se asegure de que ‘los que tienen' se preocupen por el destino de ‘los que no tienen', a quienes les irá bien si la compañía continúa prosperando. Y cuando digo "alguien" me refiero a los altos directivos de la empresa.

¿Y cómo pueden hacerlo? Bien, podrían comenzar con una enérgica campaña de su parte, acompañada de una imagen vívida de cuán estupendamente le irá a Facebook en los años por venir, sí y solo sí, hasta el último empleado se compromete con la misión de la compañía.

Pero las palabras solamente hacen la mitad del trabajo. Las evaluaciones del desempeño son la otra parte.

Sí, hemos escuchado que las evaluaciones de desempeño no son cosa de Silicon Valley . Pero sostenemos que los elementos del comportamiento organizacional son universales. 

Si Facebook quiere urgencia, velocidad e intensidad en su misión, esos valores deben ser evaluados y cuando se demuestre su cumplimiento, deben traducirse en bonificaciones monetarias y ascensos en el trabajo, o lo contrario.

No vamos a enfrascarnos en los detalles que rodean a la gestión de recursos humanos en Facebook, el punto que queremos destacar es que las buenas culturas corporativas no suceden por accidente.

Como cualquier compañía con las arcas llenas y con directivos sintiéndose un poco inmunes a todo, Facebook corre el riesgo de bajar la guardia y crear involuntariamente un caos organizacional si no se compromete con los valores (desde la cúpula a la base). La misión y los valores -y la cultura que ellos generan- realmente importa.

En pocos años, la cultura ganadora de Facebook la ha llevado lejos. Y si Facebook continúa haciendo lo correcto luego de su OPI, entonces de verdad tendrá un motivo para festejar.

Este artículo pertenece a la edición de Fortune del 19 de marzo de 2012.

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